El belicista Sánchez, evitando el control del Congreso de los Diputados como ya es costumbre, ha enviado al Mar Negro tres buques de guerra españoles, concretamente el “Meteoro”, el “Sella” y la fragata “Blas de Lezo” con un total de 331 marinos a bordo, además de estar preparando el envió de seis aviones de caza Eurofigther a Bulgaria, manteniendo e incluso ampliando nuestro contingente de tropas del Ejército de Tierra en el Báltico, que ya cuenta con 480 hombres y 80 vehículos blindados, situados en Letonia y siete aviones Eurofighter acompañados de 130 hombres, con base en Lituania.
Esos 941 soldados españoles, han sido enviados para participar en la denominada Presencia Avanzada Reforzada de la OTAN que hace de fuerza disuasoria, con su presencia permanente, cerca de la frontera rusa.
Pero ¿Saben nuestros compatriotas porque existe una crisis entre Rusia y Ucrania y las raíces profunda de este conflicto?
La población española está siendo aleccionada por los medios de comunicación, que están mostrando a Rusia como una agresora e invasora militar de una nación libre e independiente que tiene una cultura historia y cultura propias y que su independencia se remota al principio de los tiempos. Muestran a Rusia como la que altera la paz en Europa, mostrando a Ucrania como una nación democrática, donde los derechos civiles de sus habitantes están garantizados en un estado de derecho y el mundo occidental se está sacrificando para defenderles. Todo ello está muy lejos de la realidad.
Ucrania nunca ha sido una nación independiente, ha formado parte de Rusía desde siempre, siendo la ciudad de Kiev, el lugar donde nació, en el siglo IX, la nación rusa. La vinculación histórica de Ucrania y Rusia es indiscutible. El escritor ruso Nikolai Gogol, nacido en el territorio de Ucrania, que escribió la novela histórica de Taras Bulba, nos relato la historia de los famosos cosacos de Ucrania en lucha contra los invasores polacos, por la independencia de Rusia, la patria madre de los ucranianos.
La república de Ucrania fue un invento de Lenin en el año 1920, cuando dividió al antiguo imperio ruso en repúblicas más a o menos autónomas, que conformaron la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) hasta la caída del comunismo en el año 1991, año en el que Gorbachov renuncio a ser presidente de una URSS que ya no existía. Desde ese momento Yeltsin y Gorbachov, en la reunión de Alma Ata (Kazajistan) decidieron arriar la bandera de la hoz y el martillo y firmar con los presidentes de la RSFS de Rusia, RSS de Ucrania y RSS de Bielorrusia en el Tratado de Belovezhie el 8 de diciembre de 1991 por el cual se declaró disuelta la Unión Soviética y se creó la CEI. El 21 de diciembre de 1991, Armenia, Azerbaiyán, Bielorrusia, Kazajistán, Kirguistán, Moldavia, Rusia, Tayikistán, Turkmenistán, Ucrania y Uzbekistán firmaron el Protocolo de Almá-Atá ingresando en la CEI.
En ese momento nació, la que hoy conocemos como república independiente de Ucrania. Desde ese día y dada su situación estratégica, tanto Estados Unidos como Alemania aprovecharon la destrucción de la URSS para iniciar la salida de Ucrania de la CEI y ponerla bajo la tutela de Occidente, con la promesa de unirla a la Unión Europea y a la OTAN. Esa promesa nunca se cumplió, como tampoco se cumplió la promesa de no integrar los estados europeos que pertenecieron al Pacto de Varsovia, en la OTAN. En pocos años y traicionando el pacto con Rusia, EEUU incorporo a naciones de la Europa Oriental a la Alianza Atlántica, hasta llegar a las fronteras de Rusia,
Viendo Rusia como se le acercaban tropas y material militar norteamericano a sus fronteras, dio por rota la posibilidad de llegar a un entendimiento con la OTAN como aliado y comenzó a buscar su propia seguridad militar, en este caso, enfrentándose diplomáticamente a la OTAN y a la Unión Europea.
En esta pugna, la prensa y la televisión muestran a Rusia como un depredador territorial bajo la dictadura de un líder comunista llamado Putin. Nada más lejos de la realidad. Putín no es comunista, en Rusia no hay actualmente un régimen comunista y Ucrania nunca fue invadida, ya que formaba parte de Rusia desde su nacimiento como estado en el Rus de Kiev.
Como muestra, hacer notar que, los dirigentes de Rusia, en tiempo de la URSS, han sido en su mayoría ucranianos o descendientes de ucranianos (Jruschov, Brezhnev, Chernenko, Gorvachov) y los destinos de Rusia, siempre han estado unidos a los de Ucrania. En resumen, que Ucrania nunca ha sido una nación subyugada por Rusia, sino que formaba parte de ella y de sus avatares históricos, entre ellos las matanzas de millones de personas que los comunistas cometieron con la población campesina rusa en todos los territorios rurales de la URSS, no sólo con la ucraniana.
En Ucrania actualmente, no vive la población rusa y otras minorías como la tartara, ambas de habla rusa, en un cuento de hadas democrático. Lejos de ello, se están pisando los Derechos Humanos de estas personas, con una discriminación salvaje contra la población ruso parlante en los Estados bálticos y en Ucrania, en todos los ámbitos, pero especialmente en la educación, la cultura y las publicaciones de libros en ruso, los cuales están prohibidos. Se ha llegado, como en Cataluña, a prohibir que los niños hablen en ruso en las escuelas.
En Ucrania ha comenzado un proceso para retirar el lenguaje ruso, pese a que el idioma ruso es utilizado por entre el 40 y el 50 % de la población nacional.
Como resultado, la posibilidad de recibir educación en ruso en Ucrania se ha reducido en más del 80 %, y el Gobierno ucraniano ha dado pasos hacia la destrucción del multilingüismo y el multiculturalismo en su país.
Ucrania se está mostrando con la población rusa como un enemigo de su libertad de expresión, son intolerantes, por sus clausuras de medios de comunicación en lengua rusa y por las expulsiones de periodistas que utilizan la lengua rusa.
En este escenario histórico, vamos a analizar que es actualmente la OTAN y que se nos ha perdido en aquellas tierras, donde la presencia española y la influencia de nuestra nación es prácticamente nula.
La OTAN nació el 4 de abril de 1949, tras el tratado de Washington, con el único objetivo de evitar el expansionismo comunista en Europa y proteger el modo de vida occidental, mediante un sistema de defensa mutua de los estados miembros, en el caso de que fueran atacados por una potencia extrajera, (que no era otra que la Unión Soviética y sus estados satélites representados militarmente, por el Pacto de Varsovia).
Tras la caída de la Unión Soviética, la razón de existir de la OTAN no ha sido otra que servir de instrumento a los intereses estratégicos y comerciales de Estados Unidos de América y de Inglaterra, convirtiendo en comparsas al resto de los miembros del Tratado del Atlántico Norte, que sirven al son que toca del mundo anglosajón que comanda la OTAN.
¿Los intereses de España son los mismos que los de Inglaterra y Estados Unidos?
Evidentemente no, más aun, nuestros intereses están enfrentados con los de Inglaterra y EEUU.
Desde hace más de 300 años mantenemos un contencioso con Inglaterra por la ocupación de Gibraltar, ocupación ilegal del istmo con la construcción de un aeropuerto y por el uso militar de las aguas territoriales españolas, incumpliendo Inglaterra las resoluciones nº 2353 aprobada el 19 de diciembre de 1967, que establece que toda situación colonial que destruya parcial o totalmente la unidad nacional y la integridad territorial de un país es incompatible con los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas y específicamente con el párrafo 6 de la Resolución 1514 (XV) de la Asamblea General sobre descolonización en genera y la resolución nº 2429 de la XXIII Asamblea General de Naciones Unidas aprobada el 18 de diciembre de 1968, que pedía al Reino Unido como Potencia administradora que pusiese término a la situación colonial de Gibraltar antes del 1º de octubre de 1969, declarando que el mantenimiento de dicha situación es contrario a los propósitos y principios de la Carta.
Con Estados Unidos y con la OTAN, tenemos otro litigio pendiente, ya que en caso de ataque de una potencia extranjera a Ceuta y Melilla (como ha sucedido con la invasión propiciada por Marruecos de la ciudad de Ceuta en el verano de 2021) la OTAN no nos protegería ni movería ni un dedo, al estar estas ciudades fuera del tratado firmado por la España de Felipe Gonzalez y la OTAN.
Mientras nosotros enviamos aviones a “proteger” las fronteras orientales de la OTAN “por una presunta agresión rusa”, la OTAN no ha movido ni un barco cuando el parlamento marroquí declaró zona económica exclusiva aguas territoriales españolas de Canarias. Más aun. Marruecos es el mayor aliado de EEUU en África y está construyendo una base militar frente a las Islas Canarias con el placet de Estados Unidos, que le ha premiado al moro, con la planificación de la mayor base norteamericana en Marruecos, concretamente en Tan Tan, mientras se llevan a Aviano (Italia) a los marines que estaban acantonados en la base de Morón de la Frontera.
Estados Unidos rearma a Marruecos con los modernos F-35 e Israel (el fiel aliado de EEUU) y Marruecos. planean la construcción de una base militar a 40 kilómetros de Melilla y les dota de drones armados con misiles que están estacionados en las fronteras de Ceuta y Melilla y cuyo armamento tiene un alcance de 14 Kilometros.
Mientras el yanqui y el moro, junto con Israel, convierten a Marruecos en el mayor ejército de África, nosotros desplazamos los aviones que deberían estar defendiendo el cielo de Canarias y los barcos que deberían estar frenando la invasión de las aguas territoriales, a las fronteras de Rusia para vigilar que a los países Balticos y a Bulgaria no le sobrevuelen aviones rusos.
Nuestra patria no tiene ningún conflicto con Rusia, ni existe interés nacional español en permanecer en esas fronteras orientales de Europa, donde priman los intereses económicos alemanes y la estrategia geoestratégica de más allá del Atlántico. Para Inglaterra, enviar tropas a Polonia y asesores a Ucrania, no es más que la continuación de un viejo enfrentamiento de siglos, que mantiene el Imperio Ingles contra el Imperio Ruso, donde Ucrania es una pieza muy preciada del puzle geopolítico en el que se ha convertido esa zona.
Mientras Inglaterra siempre ha apadrinado a Polonia y ha temido que Turquía se convirtiese en una especie de vasallo ruso, Estados Unidos sabe que la energía rusa, terminará por colonizar Europa, por lo que necesita expandir la OTAN a las fronteras de Rusia, con el objetivo de controlar esa influencia de Moscú y la dependencia de los europeos del gas ruso.
Putin sabe, que ni la población de Rusia quiere una guerra, ni Rusia necesita un conflicto armado para controlar el territorio Ucraniano. La OTAN no va a defender a Ucrania de una invasión rusa de la región del Donbás, (Ucrania no forma parte de la OTAN), ya que para que esas dos provincias ucranianas entren en la Federación Rusa, no se necesita hacer ni un disparo, ya que el ejercito ucraniano hace muchos años que está ausente de esas provincias que están bajo el dominio militar de las milicias prorrusas y la población es 100% rusa. Para su ocupación, por parte de Rusia, solo hace falta un referéndum en Donetsk y Lugansk y una votación en la Duma rusa, aceptado el resultado de ese plebiscito para anexionarse ese territorio pacíficamente, asegurando el suministro de agua dulce a la península de Crimea.
Estados Unidos ha movilizado la flota de la OTAN en el Mar Negro, con el único objetivo de dificultar esa operación incruenta de anexión y para evitar a toda costa que la ciudad de Odessa y su puerto (ahora ucraniana y siempre rusa), sea ocupada por fuerzas militares rusas, cerrando el acceso de Ucrania al mar negro. Nunca olvidemos, que muy cerca de Odessa, se encuentra el territorio prorruso de Transnistria, donde tienen base militar 2.500 soldados rusos, que harían de pinza militar para una hipotética anexión de Odessa en cuestión de días. (Como curiosidad, la ciudad de Odessa fue fundada para Rusia por un español, el conde José de Ribas, al servicio de la Emperatriz, Catalina la Grande).
Además, la unidad de la OTAN y los intereses de cada miembro de esta Alianza, se encuentran enfrentados. Mientras Alemania envía 5.000 cascos a Ucrania como ayuda militar, para no quedarse sin el gas de Putín, Sánchez, envía tropas y barcos a la frontera Rusa, para ver si Biden le recibe de algún modo, que no sea en el camino a un cuarto de baño, cuando sea presidente de la Comisión Europea en el segundo semestre del año 2023.
En cambio, Rusia tiene una fuerte unidad, un mando único militar, esta fortalecida tras su papel en Siria y juega con el declive norteamericano demostrado tras la vergonzosa huida de Afganistán. Ucrania, si espera que la OTAN o EEUU les defienda, sólo tiene que mirar lo sucedido en Afganistán. EEUU ha demostrado que no es un aliado muy fiable.
España está apartada de cualquier decisión que se tome por parte de las naciones, que como ella, son miembros de la ONU. No estamos invitados ni a las videoconferencias que Biden realiza con los líderes de Inglaterra, Francia, Italia y Polonia. No contamos para nada, pero enviamos tropas al Báltico y al Mar Negro.
España debe de permanecer neutral en este conflicto y no aparecer como ptencia agresora a los ojos de una nación, como Rusia, que en futuro podría ser, como poco, nuestra proveedora de gas, ante una guerra previsible entre Argelia y Marruecos, como conflicto de despiste organizado por EEUU y Rusia, para evitar el enfrentamiento directo entre ambas potencias, pero enseñarse los dientes mutuamente.
Ante esto, Sánchez está cometiendo un error, haciendo de “chacha” de los anglosajones, lo que demuestra que carece de política exterior, por no hablar de la interior.
Rusia nos provee del 19,3% del gas que llega a España, es el 2º proveedor del gas que consumimos y el 8º de petróleo con el 8,7% del crudo que llega a España. Esta dependencia es mayor cada día, como consecuencia de los cortes de gas que realiza semanalmente Argelia y las necesidades energéticas españolas.
Argelia continúa siendo el principal suministrador de gas natural a España, con un total de 16 496 GWh, lo que se traduce en un 48,4 % del total de gas importado.
En caso de enfrentamiento armado con Rusia, nos encontraríamos con que el fiel aliado de Rusia, que es Argelia y la propia Rusia, nos cortarían el suministro de gas, dejando a España en una situación energética más que preocupante.
¿Y ante esto que hace Sánchez?
La semana ha comenzado con frenesí diplomático. Reuniones a ambos lados del Atlántico con el objetivo de rebajar las tensiones que siguen enquistadas en la frontera entre Ucrania y Rusia.
El presidente francés, Emmanuel Macron, que este lunes se reunió con Vladímir Putin, ha celebrado consultas con su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski. Peskov ha hecho saber que, el presidente ruso, expresó su gratitud a Macron por ir a Moscú para continuar el diálogo y “buscar posibles vías para salir de la situación”…. “Pero de momento, por supuesto, no podemos constatar que se esbocen vías reales de solución. Por ahora, no percibimos ni vemos disposición de nuestras contrapartes occidentales de tomar en consideración nuestras preocupaciones”.
Mientras esto sucedía, el dirigente de Estados Unidos, Joe Biden, recibía ayer en la Casa Blanca al canciller de Alemania, Olaf Scholz, para conocer su posición real respecto a Rusia, más allá de enviar 5.000 cascos a Ucrania.
El canciller alemán, Olaf Scholz, ha recibido a los presidentes de Francia y de Polonia para examinar la crisis de Ucrania e informarse mutuamente de los últimos esfuerzos diplomáticos realizados.
Rusia y Bielorrusia han organizado maniobras militares en Bielorrusía entre el 10 y 20 de febrero, creando una pinza sobre Ucrania, que se encuentra virtualmente rodeada de tropas rusas.
Putin ha advertido de que en caso de una guerra entre su país y la OTAN “no habrá vencedores”, ya que Rusia cuenta con un potente “arsenal nuclear”. Ante esto, Estados Unidos y la Unión Europea han reiterado su “unidad” en la respuesta ante la amenaza rusa en Ucrania, con la preparación de un paquete de “duras sanciones” y la “cooperación estratégica” para asegurar el suministro de gas en Europa en caso de que Moscú ataque Kiev.
Los ánimos de guerra se enfrían, pero la victoria rusa está muy cercana. Ucrania se convertirá en una zona neutral y nunca formará parte de la OTAN ni de la Un8ón Europea. La influencia de Rusia sobre Europa se acrecienta y la Unión Europea pierde el poco prestigio que pudiera tener a nivel diplomático, convertida en un reino de taifas y en un gallinero de naciones, que buscan, como Hungría, relaciones bilaterales con Rusia, al margen de la Unión.
La estrategia diplomático militar de Rusia ha vencido sin pegar ni un tiro. Ha conseguido un fuerte reajuste del equilibrio territorial existente en Europa después de la caída del muro de Berlín, desplazando a EEUU hasta los límites del Atlántico, con bases militares en Marruecos.
Todo esto sucede mientras en España nadie conoce que hace ni quién es el ministro de Asuntos Exteriores, el presidente está embarcado en una campaña electoral regional y jugando con los fondos europeos y con las mascarillas, a ver araña algún voto en Castilla y León.
¿Quo Vadis España?