Uno de los personajes más siniestros y que más famosos se han hecho a propósito del virus, con permiso de Carballo, ha sido la viróloga del CSIC Margarita del Val. Cualquiera que analice sus declaraciones a lo largo de estos dos años de farsa, se dará cuenta de que se ha contradicho en todas sus apariciones públicas, quedando como una simple vocera del oficialismo, y, a pesar de ello, todos nos siguen vendiendo a esta individua como si fuera nuestra experta de cabecera.

Y nosotros nos preguntamos: si es tan experta, ¿por que se desdice siempre de sus propias palabras? Pero nunca comete el error de no hacerlo bajo una premisa fundamental: no tirar por tierra la “eficacia” de los medicamentos experimentales (escuchen el piticlín de los euros).

Ahora, Margarita no quiere que la farsa se acabe, ¿cómo querer con los jugosos beneficios que le tiene que estar reportando? Nos cuenta la “personaja” que “considera necesario mantener las medidas de prevención contra al Covid, como la ventilación de espacios, la higiene de manos, el uso de mascarillas y la realización de test de antígenos, pese a reconocer la eficacia de la vacunación”.

Querida tipeja, si las vacunas son tan eficaces, ¿nos das una sola razón lógica para mantener las medidas en lugar de dejarlo en el aire, con esa vaguedad argumental que te caracteriza? Explica por qué, querida. ¿No son tan eficaces? Pues que extraño, ¿no? Si a un problema se le aplica una solución eficaz, en el mundo de la lógica y de la racionalidad, se habría acabado el problema, ¿no, experta? Que vaya a tomar el pelo a otros que para malos pelos, los suyos.

 

7 Comentarios

  1. No se porque será, pero a esta vieja bruja no la puedo tragar, me da mucho asco y ganas de vomitar cuando la escucho hablar de las medidas de la farsa y me parece todo una comparsa, no es de extrañar que muchos le llamemos Margarita del Mal ya que es mal, ruin y asquerosa, yo no puedo ver a esta mocosa, se sentirá orgullosa de estar colaborando en esta dictadura que nos han colado en España y en el mundo entero y todo por poder y dinero.

  2. No se porque será, pero a esta vieja bruja no la puedo tragar, me da mucho asco y ganas de vomitar cuando la escucho hablar de las medidas de la farsa y me parece todo una comparsa, no es de extrañar que muchos le llamemos Margarita del Mal ya que es mala, ruin y asquerosa, yo no puedo ver a esta mocosa, se sentirá orgullosa de estar colaborando en esta dictadura que nos han colado en España y en el mundo entero y todo por poder y dinero.

  3. Y “esto” era el empoderamiento de las mujeres? Llegar por llegar para acomodar el culo y evidenciar que no servimos y dar así la razón a quienes acusamos de frenarnos, de cerrarnos los caminos? Llegar para no demostrar lo que “valemos”? Llegar para demostrar nuestra falacia y dejarnos en evidencia? Llegar para mostrar al mundo que hubiera sido mejor seguir teniéndonos a la sombra de…, siendo la sombra de…, O simplemente una sombra?.
    No nos ha dado más que chonis, verduleras del mercado y niñatas soberbias que confunden no tener vergüenza con seguridad y orgullo mal entendido con firmeza. No dan su brazo a torcer se hayan dado cuenta o no de sus meteduras de pata continuas, hasta que esas mismas pifias a fuerza de corregirlas y aumentarlas se acaban convirtiendo en todo su ser, y alejan de ellas cualquier atisbo de racionalidad. Aún con eso y todo, zasca tras zasca, siguen sin bajarse del burro hasta convertirse en la caricatura de la caricatura que ya eran, pues nunca llegaron a ser algo parecido a personas.

    La mujer en un momento dado y llevada por su resentimiento generalista y no concretado, decidió empoderarse sobre el mal gusto, el verdulerismo y la histeria, lo cual me indicó desde el principio que, como mujer, no debía seguir su movimiento desquiciado, que me guardaría mis quejas y reivindicaciones para mejor ocasión y que me sacudiría mi victimismo, que me detecté gracias a ellas.

    La damisela en peligro feminista, perpetua los roles que tanto dice combatir, ahora sin que nadie le obligue a mantenerlos, más que ella misma aferrada a las ventajas de serlo y desagradecida donde las haya, sopapeando al héroe que sigue protegiendola pese a todo, como el señor que es.

    La imagen gráfica de lo que digo, es ese chico estoico de brazos caídos, que impertérrito aguantaba las hostias, gritos y descalificaciones de la histérica y en su actitud no detectabas miedo a poder ser acusado de agresión machista. Siquiera la intentaba para agarrándole los brazos, era simplemente una estatua a la espera de que se calmara, solo paciencia, condescendencia y perdón. Seguro que visteis aquel video.

    Que pena de todo. Yo sigo queriendo que esos héroes que no dudarían en poner su vida en peligro por protegerme, no desaparezcan de este mundo. Pese a todo lo que están teniendo que soportar, aún les pido un último sacrificio supremo: que no cambien nunca, que no se dejen deconstruir, que se sigan construyendo día a día en ese imaginario mío que abona mis sueños y ensueños de realidades mágicas.

    Hombre sé lo que quieras ser, pero nunca jamás lo que quiere una feminista que seas. No dinamites mi imaginario, permíteme que siga soñando apartada de esta realidad cutre, vulgar, ordinaria y obscenamente obtusa. Sigue siendo mi último mohicano o mi último larga carabina. No cambies nunca.

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