Israel ha sido, desde el primer día en el que comenzó toda esta farsa, uno de los países más avanzados en esta experimentación que se está realizando en todo el mundo. Hemos estado siguiendo con mucha atención todas las noticias que se están produciendo en aquel país en el que, como sabrán, ya se está aplicando la cuarta dosis de vacunación a partir de los 60 años. También fue de los primeros en aplicar la tercera y así, con las dos primeras.
Pero a pesar de ello, las curvas de contagios siguen aumentando, como está sucediendo en los países más inoculados, pero, desgraciadamente, también los fallecimientos. Si nos vamos al gráfico en el que se nos ofrecen datos oficiales de contagios, la cosa está clara y demuestra que las inoculaciones son, precisamente, las famosas variantes.
Observen lo baja que estaba la curva en marzo de 2020 y cómo ha subido a medida que ha habido más inoculaciones.
Pero la cosa es todavía más preocupante si nos vamos al gráfico de fallecimientos y comparamos los datos de marzo de 2020 con respecto a los que nos encontramos ahora. Observen la desproporción de muertes a medida que se ha ido inoculando a la población, Los números cantan y la curva del gráfico también.
Las evidencias son tan grandes que, la verdad, ya no sabemos ni qué hacer para que cada vez haya más personas despertando. Si la farsa solo fuera a nivel económico, créannos, nos enfadaríamos muchísimo pero todo esto sería, tan solo, cuestión de dinero. Pero es que se están perdiendo vidas y esto ya no es ni soportable, ni perdonable a ningún nivel.
El problema es España y la estupidez de los españoles porque el nivel de inconsciencia de los españoles es el mas alto de toda la UE y de toda Europa, no tenemos nada mas que ver como aqui va todo el mundo embozalado a pesar de que el maldito pedro sanchez le haya dado permiso a los españoles para quitarse la mascarilla en la calle. Amigos de El Diestro, a su comentario de “ya no sabemos ni qué hacer para que cada vez haya más personas despertando” es que ya no podemos hacer nada mas y por otra parte ya no somos nosotros quienes tenemos que hacerlo, son los borregos los que lo tienen que hacer, y no lo haran no abriran los ojos hasta que no se lo digan por la tele.
Eso o que ocurra una desgracia aun mayor en todas las familias españolas que empuje de una bofetada de realidad y no solo lo vean con sus propios ojos, sino que lo sientan en su propia alma, y me refiero a la muerte en masa de miles, si no millones, de personas inoculadas por ese veneno experimental mal llamado vacuna. Algo de lo que estoy convencido que va a ocurrir.
Donde vivo han muerto varios vecinos de repentinitis, y aun asi siguen sin verlo, esta claro que se lo tienen que decir claramente por la television y eso de momento no va a suceder.
Por tv y hespeeeeeeertos como beeeeeeee beeeeeee leeeeeeen, esteeeeeeeeban brbree, así enfermen y mueran todos, y si belén dice que es un “omicrón variante campechana” y embozálate con dos ffp20, y ahí está la verdad máxima suprema y su amada pastora líder hembra alfalfa.
Por lo general, el que tenga cierta inquietud por conocer, saber y cuestionar lo que durante siglos se nos ha vendido como realidades, viendo cómo Israel está siendo acribillado, se preguntará el por qué. Sin ser un conocedor de nada, pero intentando utilizar la lógica y los datos que todos tenemos a nuestro alcance, podría llegar a una conclusión, que si bien muchas de las referencias consultadas, se ve claramente están manipuladas, puede darnos una idea aproximada del motivo de este “ensañamiento”. No hay más que recurrir a Los protocolos de los sabios de Sión , para descubrir el antisemitismo que contienen sus textos.
EL error más común es, no diferenciar a los sionistas de los judíos y en este caso, a los israelitas. Pues realmente, no tienen nada que ver, porque si bien los sionistas son judíos, no todos los judíos son sionistas y si lo extendemos a la población en general, es muy probable que, los que profesan otras creencias, aún menos.
Les utilizaron en su día, tras el victimismo arrastrado del Holº, para que la ONU, les reconociera como Estado, a costa de Palestina, que es lo que los sionistas querían y es su fin. Tras años de espera, ha llegado el momento de hacer limpieza étnica y en ello están. Les consideran de clases inferiores y no se rebajan a mezclarse con los súbditos de Israel, cómo hicieron con los que sacrificaron en su dia en la Alemania de Hitler. Les mantendrán mientras así, hasta que se hagan con el enemigo que justifica la frontera de Palestina, Irán.
Un grupo de psicópatas gobierna el mundo y eso, no podemos consentirlo.
No la quieren desmontar, son impermeables a la razón y a las evidencias porque, sencillamente, mienten con pleno conocimiento. Cuando una de las partes va de mala fe, es imposible el diálogo.
El acto de la la intervención de Joan-Ramón Laporte Roselló en el Congreso de los Diputados ha sido un retrato de los dos años de esta planeada crisis sanitaria. Los políticos, obedeciendo el dictado de los conspiradores y por ello traicionando a sus propios países, han aprovechado esta “oportunidad” (según la denominaron frotándose las manos Karl Schwab, Carlos Windsor, Bill Gates, así como todos sus sicarios gubernamentales) y se han apropiado, con la pasividad de los médicos, de un supuesto o generado problema sanitario para llevar adelante la agenda criminal, asesina y de latrocinio.
El espectáculo de las tres señoras políticas frente al Dr. Laporte deja las cosas muy claras. La ignorancia de las tres era manifiesta, insultante y vergonzosa, y sus argumentos, frente al profundo conocimiento del Profesor y a sus claras explicaciones, eran sectarios y hasta indecentes.
Es decir, se ha tapado la boca, y se sigue haciendo -vease la respuesta de El País a un lector-, a quienes debían haber podido hablar y gestionar el supuesto problema, y la crisis sanitaria se la han quedado, para utilizarla según la agenda criminal prescrita, unos personajes ignorantes sin escrúpulos. Las cifras de muertes y efectos adversos graves, así como la referencia hecha por el Profesor a los deportistas fallecidos, no ha suscitado ningún comentario por parte de las tres señoras políticas, que han pretendido corregir al compareciente con la matraca de que la inoculación ha salvado muchas vidas y de que el gobierno de coalición, especialmente Sánchez nos ha regalado una gestión magnífica de una crisis que han ayudado a organizar ellos mismos.
Yo he llegado ya a un punto, no sé ni cómo describirlo, tal vez de catarsis?…no sé, pero la cuestión es que – salvo por mi niña tozuda – lo cierto es que ya me dan igual todas esas muertes. Y no, no es por deshumanidad (no lo creo, vamos), sino más bien por una cuestión de fatalismo. Creo que he aceptado no ya mi limitación, sino la inconmensurable limitación de los otros.
Os confesaré algo que me avergüenza sobremanera, algo que creo en lo más profundo: soy especial. Recuerdo como, a cuenta de los autistas, se empezó a cambiar el lenguaje para que sus papás no se sintieran tan mal por no tener un niño “al uso”. Se afeaba que nos refirieramos a ellos con palabras como raro o normal (no) y se conminaba a todo el mundo para que se usara la palabra “especial”, pues bien, yo tengo uno en mi familia y os puedo decir que sí, que lo es, junto conmigo y mi hijo, los únicos que vemos más allá.
“Hay 3 clases de personas:
– los que ven.
– aquellos que ven cuando se les muestra.
– aquellos que no ven (Leonardo da Vinci)
Mi niño autista ve algunas cosas, muchas más aún cuando se las muestras y, lo más importante de todo, no le molesta y es más, está ávido de explicaciones que le ayuden a entender lo que no comprende. Lastima que “me lo han vacunado”, pero pase lo que pase, más allá de su familia (solo lo es política para mí) él sabe que siempre tendrá mi regazo para compartir nuestra abrumadora soledad.
Y digo “me lo han” porque su abuela, la que comparten él y mi hijo, o sea mi exsuegra, le hace un acoso mezcla de reprobación, desagrado, reproche y frialdad (nunca fue lo que se dice “cálida”, pero lo de ahora es hielo perpetuo del Himalaya), a mi hijo, que entiendo que alguien tan frágil y tan “metido” en esa familia políticamente correcta socialista y progresista tipo (hasta con su gay y todo); haya sido incapaz de resistir a la presión. Mi hijo es otra cosa, empezando porque es brillante (y no es caldo de mamá caldosa), curioso, inquieto, inconformista (hasta consigo mismo) y sobretodo de sangre rebelde trasmitida por mua. De su otra mitad, gracias a Dios tiene poca. Sin menospreciar sus otras cualidades, que las tiene, pero los socialistas de toda la vida son así: mansos, obedientes, acriticos, comodones e indolentes de pensamiento. Más si cabe, si son funcionarios (y todos lo son), burgueses acomodados y bastante y, encima no solo lo son sino que tienen pensamiento de tal. Mi pobre niño autista, frágil y dependiente no tenía – lejos de mí – ni la más mínima posibilidad.