empresa privada

En cierta ocasión hace ya algunos años, en la fábrica de Almussafes en Valencia, estuvieron varias semanas de huelga en la planta de Ford bajo la dirección de la central de Europa perteneciendo a Alemania. Fueron huelgas por el aumento de sueldos. Los alemanes, que de esto saben mucho, citaron después de la comida del mediodía a todos sus empleados en una nave industrial de la fábrica. La empresa puso una pantalla de grandes dimensiones y una vez apagadas las luces, empezó a rodar la cinta de cine que estaba preparada para aquella función.

[ALDI contratará a más de 600 personas en este semestre]

Al principio del rodaje sacaron primeros planos de los trabajadores, inmediatamente se veía algunos de los rostros leyendo periódicos entre conche y coches. Igualmente se pudo observar las fumatas en los cuartos de baño, con incesantes anomalías y pérdidas de tiempo en menesteres inequívocos de artimañas, unas veces para charlas con los compañeros, perdiendo tiempo para en trabajo, etc. etc. Hubo un silencio profundo en aquella sala inesperada para una cinta de cine.

El encargado y locutor, les dijo a los presentes “Ahora vamos a poner otra cinta de una fábrica de Ford en Alemania”. Por lo visto hacían los mismos modelos de coches que en España. En ella se pudo ver que el trabajo era incesante, continuo, de un ir y venir en aquella planta sin descanso. Los trabajadores iban y venían en aquella nave con los máquinas y accesorios, ahora transformada en salón de cine.

Cada uno trabajaba en su puesto, aquello era orden y disposición. Al término de aquella cinta hubo personal que se miraban unos a otros en silencio. Hubo un adelantado, siempre los hay, posiblemente sería uno de los colaboradores de aquella huelga, diciendo: estos trabajadores son alemanes. Silencio se rueda. Aquel locutor seguía en silencio, un silencio excesivo y cuando empezó el murmullo, dijo con voz templada: estos son obreros de la fábrica Ford en Alemania, no eran alemanes, todos, absolutamente todos eran compatriotas vuestros, venidos todos de vuestra tierra, de España.

He leído en el apartado de economía de la Razón lo siguiente: ¿Está preparada España para la jornada laboral de cuatro días? Leyendo esta pregunta me quedé un buen rato en silencio. Bien es verdad que el trabajador español ha cambiado de aquellos tiempos a los de ahora. Poco a poco se ha ido sembrando la semilla del buen trabajo que hacemos los españoles en donde en aquellos tiempos las universidades laborales, junto a los profesores se encargaban y estimulaban en el trabajo a los alumnos que había en aquellos años.

No voy a entrar en las 10 horas en cuatro días, ni nada parecido, ni en su aumento de trabajo ni los días de descanso en la semana, solamente me hago a mí mismo una meditación: Entre aquellos trabajadores que se marchaban a Alemania a trabajar, el intervalo de hace ahora más o menos 40 años, los trabajadores actuales no son los mismos. Bien por las carencias de trabajo y estímulo que se tienen en él, o bien por los cambios de empresa, creo que sería un caos y una anarquía por la carencia y el escaso tiempo que tiene el obrero en asimilar los trabajos emprendidos en cada jornada, sumado a los “regalos” que le da al trabajador el estado, todo ello haría ridículo y aventurero tener un trabajo. Las personas no cambian con el tiempo, es el tiempo y la necesidad la que te muestra como son en realidad.

1 Comentario

  1. Venimos siendo educados en la ignorancia, apatía, indolencia y aceptación de la pérdida de Libertad. Así que infantilizados, amedrentados y con mascarilla aceptamos la destrucción de la economía, culpabilizando a los ricos y resentidos con los que se enfrentan a esta situación.

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