El sofisma de la realidad

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No soy filósofo. Ni lo pretendo. Aunque he de decir que la filosofía, que nunca me atrajo, es una disciplina fundamental para la conformación de la mente humana, que ayuda a convertir al ser humano en un ser pensante, racional e intenta dar respuesta a muchos interrogantes del hombre, del mundo, de la vida y del universo a nivel de conciencia y del espíritu. La filosofía de verdad, la que yo entiendo, la que ahora sí me atrae, no la de las escuelas adoctrinadoras, nos dice que en última instancia la realidad, cualquier realidad, la creamos nosotros mismos. 

Y aunque esto desprende cierto tufillo a New Age o Nueva Era, ha de quedar claro que tampoco pertenezco o me siento atraído por este movimiento o corriente pseudo espiritual que ha sido creado por la CIA – agencia que a su vez está gestionado por el Vaticano – para controlar el despertar, la percepción de la realidad y la actitud humana. Por lo tanto, la CIA vigila muy de cerca que la narrativa de la espiritualidad y la supuesta ascensión de la humanidad a la 5D, creada por ellos mismos, mantenga a los supuestos despiertos dentro de una jaula guiando su percepción. Es decir, sales de una Matrix y te metes en otra controlada por supuestos entes de otras dimensiones, como Ashtar Sheran, creados por el Vaticano. Muchos de los promotores de la Nueva era, que son famosos investigadores, canalizadores y gente conocidísima de los campos de la espiritualidad, metafísica y esoterismo, están en la nómina de la CIA o son tontos útiles manipulados por dicha institución y convertidos en instrumentos de dicha agencia sin siquiera saberlo.

Entonces, al final del día no es la Nueva Era ni son las élites ni es Soros ni es Bill Gates ni son las grandes familias adineradas ni es Blackrock ni es Vangurad ni son los políticos ni son los medios masivos de desinformación, sino nosotros, los zapatitos rotos, como le gusta a Swaruu de Erra denominar a los seres humanos de a pie, somos quienes creamos la realidad que observamos porque nosotros somos poderosos y creadores y por tanto los artífices de dicha realidad. 

Otra cosa muy diferente es que los entes antes mencionados nos manipulen impía y sibilinamente y guíen nuestra percepción para que nosotros creemos una realidad que a ellos les interesa. ¿Qué significa eso? Que esos entes no tienen la facultad de crear, no tienen alma, luego tienen poco o nada de humanos y nos necesitan para llevar a cabo sus planes. ¿Y qué son entonces? Son entidades que también han sido creados por nosotros, los seres humanos que tenemos alma y conexión con la Fuente. 

¿Y cómo ha sido eso? Los hemos creado con una energía muy poderosa que mana de las emociones más intensas del ser humano; del miedo en general, pero especialmente del miedo a la muerte, del terror, del sufrimiento, de la tristeza, de la desesperación, de la enfermedad. En algunos círculos esotéricos y del misterio esa energía se le llama loosh. 

Las emociones humanas junto con el pensamiento y la atención consciente o incluso inconsciente (que es aún más poderoso) ayudan a concentrar energías creadoras y sirven tanto para crear cosas positivas como para crear cosas negativas qué en última instancia, y si persiste dicha emoción y atención creadora, serviría para materializar dichas creaciones. A este proceso se le llama Mecánica de la manifestación y también ley de los espejos, ley de la atracción, el gran secreto, etc. Dichas creaciones pueden ser realidades o entidades que suelen llamarse egrégores o tulpas. Sin entrar en detalle, diré que las cosas negativas se crean más fácilmente que las positivas, porque las energías negativas son mucho más fáciles de generar y de mantener en el tiempo proporcionando de manera constante al ser humano emociones negativas que acaparen toda nuestra atención en ellas y agiten nuestros sentimientos y pensamientos desde lo más profundo de nosotros. Sí, las élites, Soros, Bill Gates, las grandes familias adineradas, Blackrock, Vangurad, los políticos, los medios de comunicación, los Illuminati y muchos más, son todos tulpas de nuestra propia creación. Los hemos creado con nuestros miedos ancestrales y necesitan de nuestro miedo y nuestra atención para subsistir. Si alguien dice que esas entidades vienen del astral (también llamados arcontes) o son extraterrestres puede que tenga razón, pero en definitiva no dejarán de ser de nuestra propia creación. Y si nosotros los creamos también podemos destruirlos. Así de sencillo. 

¿Y cuáles son sus planes? Su único plan es procurarse el sustento, la energía loosh, de manera indefinida. Esa es la razón por la que nuestra existencia desde tiempos remotos se ha desarrollado junto con guerras, persecuciones, masacres y genocidios. Guerras mundiales, guerras locales, persecuciones y genocidios por religión o raza o creencia. Generación de miedo y terror al por mayor. Todo esto obra de estas entidades que siempre tienen hambre. ¿Alguien puede decirme si ha habido algún periodo largo de la historia en que no haya habido algún desastre humano ya fuera supuestamente natural o artificial? La respuesta es no. Siempre ha habido algo para mantener el miedo y el terror en algún lugar del planeta por muy localizado que fuera.   

Pero hasta ahora, parece ser que no habían encontrado la forma de alimentarse de manera continua, más controlada a nivel global y de mayor calidad, tan solo habían logrado manipularnos para crearnos una realidad negra, llena de terror y un miedo irracional que los alimentara hasta hartarse, pero con la nanotecnología desarrollada a espaldas de la sociedad han llegado hasta tal punto que podrán hacerlo con la neuro modulación o control de nuestras mentes de manera más directa insertando dicha nano tecnología en la vacunas de todo tipo y sobre todo en la del COVID. Cuando le den al botón de encendido podrán insertarnos pensamientos y emociones como dijo Sebastián Piñera, presidente de Chile o Klaus Schwab, presidente y fundador del foro económico mundial o Boris Johnson o incluso nuestro amadísimo presidente Sánchez. Y cuando puedan encender dicho botón nos sumirán en una realidad diferente que estará llena de terror y sufrimiento constante.

La realidad que vivimos una gran mayoría ahora y la que hemos vivido siempre es, en sí, un sofisma, una falacia, una realidad falsa que se pretende pasar por la verdadera y que ha sido insertada en nuestro inconsciente colectivo. Es una matrix creada artificialmente por la manipulación maquiavélica de nuestras mentes y emociones realizada desde los medios de comunicación masiva y desde los propios gobiernos. Y esta manipulación, como dice Yázhi Swaruu, aparte de generar energía loosh, hará que el Inconsciente Colectivo engendre o manifieste construcciones mentales que se hacen realidad como profecías y sistemas de creencias autocumplidos, que a su vez generan egrégores y tulpas que se convierten en más demonios y en más criaturas que encarnan lo malo, como los gobiernos malvados, los reptiles regresivos devoradores de hombres y arcontes de todo tipo. Todo esto se engendra desde la mente del Inconsciente Colectivo humano. En definitiva, desde nuestras mentes. Y esta realidad alimentará a esas entidades y hará desaparecer a la raza humana.

Con el transhumanismo y la neuro modulación será más sencillo crear esas realidades o manipular nuestras percepciones, pero seguirán siendo falsas. Ya no harán falta los medios de comunicación masiva ni policía ni ejército ni gobiernos, pero están demasiado ciegos para darse cuenta de esto y ahora colaboran sin saberlo creyendo que por colaborar se salvarán. 

¿Qué podemos hacer para acabar con esto? Para combatir esto lo primero que tenemos que entender es que la muerte no existe. Ese es el miedo ancestral y primordial con el que nos han controlado y siguen controlando. El cuerpo, nuestro biotraje, muere, pero nuestro ser, nuestra esencia, nuestra consciencia no. Al otro lado nos llevamos nuestras ideas y nuestras creencias, seguimos siendo nosotros, pero nuestra conciencia se expande y vemos las cosas de otra manera mucho más expandida. Nos damos cuenta de lo poderosos que somos y de la gran capacidad de crear que tenemos. Una capacidad que tenemos ahora también. Si no tienes miedo a la muerte ¿qué importa un virus mortal o el cambio climático o una guerra atómica? Si no tienes miedo a la muerte, si no tienes miedo en general, la batalla está ganada. 

Y la batalla ya está ganada. Estas satánicas entidades saben que ya somos muchos que nos hemos dado cuenta de su plan y que no tenemos miedo. Por eso lo han acelerado. Ellos tienen miedo de perder su sustento y actúan a la desesperada. Quieren eliminar a los que ya sabemos que somos su sustento y que ya no estamos dispuestos a alimentarlos. Ven peligrar su existencia y por ello necesitan acelerar su plan: eliminar a los conscientes o despiertos y neuro controlar al remanente con los que tener alimento cuando los plazca sin tener que montar una guerra sangrienta. Solo con apretar un botón tendrán a todos los humanos neuro modulados creando energía loosh a base de emociones negativas insertadas en nuestro corazón y mente. Cada vez que tengan hambre nos ordeñaran como a las vacas estabuladas. Somos la ganadería del hexágono como dice el Dr. Sevillano. Aquellos que por ventura se den cuenta de esto y se rebelen serán sacrificados, también con un botón. No se mancharán las manos de sangre y siempre dirán que ha sido un virus, aunque a estas alturas a quien le importará. Ya no necesitarán poner buena cara ante el público. ¿Qué público? 

Abramos los ojos, elevemos nuestro nivel de consciencia, seamos conscientes de que ocurren cosas muy feas en el mundo, pero dejemos de poner nuestra atención en ellas y en esos entes, dejemos de tener miedo, dejemos de alimentarlos. No veamos la tele, no votemos a los políticos corruptos que son, en definitiva, tulpas construidas desde nuestro miedo y en cuyos cuerpos habitan seres infernales, arcontes, cuya creación lleva nuestra firma. Busquemos el lado positivo, seamos felices, riamos y alcemos nuestra vibración. Creemos con nuestra imaginación un mundo mejor, una sociedad emocionante donde no quepan los políticos, las religiones, el dinero, las sociedades secretas o discretas, los entes negativos y toda esa caterva de monstruos y entidades no humanas que han asolado este planeta desde tiempos inmemoriales con el único fin de alimentarse de nuestros miedos y explotarlos hasta la muerte en este planeta que nunca ha dejado de ser una granja como diría Salvador Freixedo. 

“Y si nosotros los creamos también podemos destruirlos. Así de sencillo.”