Está claro que lo que mal empezó, y que hará, “oficialmente”, dos años dentro de poco más de un par de semanas, no podía acabar así como así. Después del trabajo que costó montarlo –años, parece, ¿verdad Sr. Gates y Cía.?–, agravarlo durante todo un año –con sus treguas vacacionales interesadas: “Hemos vencido al virus y doblegado la curva”– y mantenerlo a trancas y barrancas durante otro, había que continuarlo de alguna forma. No se podía permitir que se terminara todo tras haber ido, cual avezado surfista, “de ola en ola”, hasta la playa de la realidad que poco a poco se va imponiendo. Y qué mejor que la maldad del despiadado Vladimir Putin, que ataca sin piedad a la pobrecita Ucrania, en la que esos “medios de manipulación masiva” han “encontrado” el relevo para seguir alimentando el miedo, que tan buenos resultados dio con lo anterior. Ya supongo que con esta entradilla, no faltarán los que me incluyan, sin leer más, en el grupo de “negacionistas”, en el que la oficialidad coloca a todo el que se muestra simplemente crítico con los mensajes oficiales. Pero recomiendo llegar hasta el final y, después, actuar en consecuencia, que ha sido mi recomendación en cualquier caso.
[Selección de Monitor de tiempo libre y Coordinador-Animador sociocultural para un municipio de Valladolid]
Como he repetido no pocas veces, no negué nunca la existencia de lo que dos años después se ha querido “gripalizar” para salir del paso y que, con más contradicciones que certezas científicas, constituyó el mensaje diario principal de todos los medios oficialistas del mundo occidental. Lo que no acepté nunca fue la falta de objetividad informativa y el bloqueo mediático a los científicos –cada día más numerosos– que decían que no se estaba tratando adecuadamente la enfermedad, cuestionaban su método de diagnóstico y alertaban, después, sobre las posibles consecuencias a medio y largo plazo que un producto, que se pretendía administrar como “vacuna”, sin testar de manera contrastada, podría ocasionar. Y tampoco voy a negar ahora que exista un conflicto desde la costa Norte del Mar Negro hasta la frontera con Rusia y Bielorrusia, unida a la primera por el Tratado de la Unión de 1997, ratificado después por sus presidentes, Boris Yeltsin y Aleksandr Lukashenko en Diciembre de 1999, y todavía incompleto desde la llegada de Putin en el año 2000. Y, por supuesto, una sola muerte inocente que pueda producirse y parece que puede haberlas ya, hay que condenarla y justificaría un alto el fuego inmediato. Pero claro, tenemos del lado opuesto nada menos que a la inútil ONU –¡cuántas vidas se podrían salvar con el coste improductivo de tan nefasta organización!– y a la “todopoderosa” y fallida Unión Europea, autodestruyéndose con líderes cada vez más mediocres y que, como dice un “chiste”, su única “seña de identidad” actual, es Eurovisión.
Conviene recordar que no es la de Ucrania, estado sobre el que existen dudas –sobre esto volveré después–, la primera anexión de sus antiguos territorios que Rusia pretende desde la disolución en 1991 de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas que lideraba, la U.R.S.S., como se conocía desde su creación en 1922. Ocurrió con Chechenia, entre 1999 y 2009, que finalmente, y después de dos guerras y miles de muertos, forma parte de la Federación Rusa. También con Georgia, en 2008, de la que dos regiones autónomas, Abjasia y Osetia del Sur, son prácticamente rusas. Y lo mismo ocurrió con Crimea en 2014 que, tras su declaración de independencia y un referéndum, se unió a Rusia junto con Sebastopol, algo que continúa siendo objeto de disputa por parte de Ucrania, que ya veremos cómo queda después de esta incursión rusa.
Y al hilo de lo dicho, me llegó, en esa fuente inagotable que son las redes sociales, una reflexión anónima sobre el conflicto de Ucrania, que comparto y que empezaba con una introducción que yo no hubiera mejorado: “Una vez más… como viene siendo habitual, los medios de desinformación masiva occidentales tratarán de confundirnos y engañarnos con respecto al conflicto de Ucrania. Dejarán la “plandemia” a un lado, para repetirnos, durante las 24h, que ¡RUSIA HA INVADIDO UCRANIA!… La mayoría de la gente aborregada creerán lo que su dios TV les cuente, pero una gran parte de la gente del mundo occidental sabemos que eso es MENTIRA… porque Rusia no ha invadido Ucrania”. Esto último no soy capaz de afirmarlo con esa rotundidad a la vista de los hechos, pero las “explicaciones” y reacciones del mundo occidental, U. E. y EE. UU., invitan al menos a considerarlo.
Continúa después este autor anónimo con su interesante reflexión, que explica “resumidamente”:
Ucrania ha sido parte de Rusia durante unos 300 años y fue una de las fundadoras de la Unión Soviética en 1922. Cuando Occidente desmantela la Unión Soviética en 1991, poco después, en 1992, Ucrania se declara República independiente y los EEUU y sus aliados europeos tratan de todas las maneras posibles, incluidas falsas revoluciones, llevadas a cabo por tipos como Poroshenko, puestos por occidente… De hacerse con el control de Ucrania e integrarla en Europa y en la OTAN, por razones geoestratégicas y políticas. Digamos que es el sueño de los americanos y de sus “p.t.s” europeas. De ésta forma, podrían instalar bases militares y armas nucleares dentro del territorio ruso.
Pero buena parte de la población de Ucrania no se traga el cuento y se levanta con grandes protestas que terminarían con miles de muertos rebeldes por parte del ejército ucraniano, apoyado siempre por los americanos, los europeos y por supuesto por la OTAN. En 2012 se inicia una guerra civil que dejaría a Ucrania rota, social y económicamente. Siempre, repito: con el apoyo de Occidente a los gobiernos afines… Poroshenko, fue todo un ejemplo de súbdito occidental.
En 2014, las regiones del Dombas (Donestk) y Lugansk se declaran independientes de Ucrania… En 2012, ya lo habían hecho, Abjasia y Osetia del Sur y fueron reconocidas por Rusia, al mismo tiempo que se anexionaba Crimea, después de un referéndum donde los habitantes de ésta región eligieron por más del 90% pertenecer a Rusia, porque son rusos… Al igual que los habitantes de Donestk y Lugansk… Estas repúblicas fueron reconocidas por Rusia la semana pasada.
Desde que en 2014 estas regiones se declararon independientes, han tenido que soportar una guerra con el ejército ucraniano y Occidente y en numerosas ocasiones han solicitado a Rusia ayuda e integrarse en la federación rusa.
Ahora, por fin, y ante las amenazas de Occidente y de la OTAN, Putin y su gobierno han decidido intervenir para acabar con los crímenes que Occidente y el gobierno de Ucrania vienen cometiendo contra los habitantes de éstas regiones y, por supuesto, Rusia permitirá que si desean integrarse de nuevo, lo hagan como rusos que son… ¡Punto!… Sres. Borrell, Sánchez, Margarita Robles y todos los que engañáis a una sociedad aborregada.”
Así terminaba la reflexión recibida a la que me permito añadir lo que parece que faltaba, el ¡Basta ya de engaños o medias verdades y manipulaciones!
Y voy ahora con lo que dejaba antes pendiente respecto a las dudas sobre el “estado” de Ucrania. Se trata de una información que no tengo contrastada, pero que pone en boca del que fuera Secretario General de la ONU en 2014 Ban Ki-moon una declaración que podría sembrar serias dudas sobre la realidad del estado de Ucrania. Según mi fuente, “El Secretario General de las Naciones Unidas ha declarado que Ucrania no ha solicitado el registro fronterizo desde 1991, por lo que el estado de Ucrania no existe… El 07/04/2014 hizo una declaración sorprendente, cuya distribución en los medios ucranianos e Internet está prohibida. El conflicto entre los dos países fue discutido en la sesión del Consejo de Seguridad de la ONU. De ahí se extrajo que Ucrania no ha registrado sus fronteras desde el 25/12/1991. La ONU no ha registrado las fronteras de Ucrania como estado soberano. Por tanto, supondría que Rusia no está cometiendo ninguna violación de derechos en relación con Ucrania.
Según el Tratado de la CEI –Comunidad de Estados Independientes–, el territorio de Ucrania es un distrito administrativo de la URSS. Por lo tanto, nadie puede ser culpado por el separatismo y el cambio forzoso de las fronteras de Ucrania. Según el derecho internacional, el país simplemente no tiene fronteras oficialmente reconocidas.
Para resolver este problema, Ucrania necesita completar la demarcación de las fronteras con los países vecinos y obtener el acuerdo de estos, incluida Rusia, sobre su frontera común. Se requiere documentar todo y firmar tratados con todos los estados vecinos.
La Unión Europea ha prometido su apoyo a Ucrania en este importante tema y ha decidido proporcionar toda la asistencia técnica.
Pero, ¿firmará Rusia un tratado fronterizo con Ucrania? No claro que no.
Dado que Rusia es el sucesor legal de la URSS (confirmado por las decisiones de los tribunales internacionales sobre disputas de propiedad entre la antigua URSS y países extranjeros), las tierras en las que se encuentran Ucrania, Bielorrusia y Novorossiya pertenecen a Rusia, y nadie tiene derecho, sin el consentimiento de Rusia, para disponer de esta zona. Básicamente, lo que Rusia tiene que hacer es declarar que esta área es rusa y que todo lo que sucede en ella es un asunto interno de Rusia.
Cualquier interferencia será vista como una medida contra Rusia. ¡Sobre esa base pueden anular las elecciones del 25 de mayo de 2014 y hacer lo que el pueblo quiera!
Según el Memorándum de Budapest¹ y otros acuerdos², Ucrania no tiene fronteras. El estado de Ucrania no existe (¡y nunca ha existido!).”³
Y como la información que nos dan los medios es uniforme con el mensaje oficial que interesa al guionista que los maneja, termino con el enlace⁴ de una entrevista que hace el director de El Diestro al abogado Eduardo Rodríguez de Brujón, experto en lo que concierne a Rusia y países de su entorno, que en la primera parte y en sus conclusiones pone, a mi juicio, el contrapunto de la versión oficial en no pocos aspectos, que conviene tener en cuenta. Aunque tampoco sobra lo que dice de la Agenda 2030, cuya insignia acompaña las solapas de muchos de nuestros políticos.
Ojalá que el conflicto de Ucrania se resuelva en días, como pasó en Georgia y, sobre todo, sin que haya víctimas inocentes. Pero creo que lo van a tener que resolver solos, a la vista del papel que estamos viendo de los agentes occidentales, con más escenografía que fondo. Y no olvidemos que de escenografía, el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky, sabe un rato, ya que viene precisamente de la escena interpretativa y del show.
- https://es.wikipedia.org/wiki/Memorándum_de_Budapest
- https://news.un.org/es/story/2014/03/1297641
- https://noticiasdelmundo.news/la-peligrosa-fantasia-nuclear-de-zelensky/
- https://eldiestro.tv/video/esto-es-lo-que-de-verdad-esta-pasando-entre-rusia-y-ucrania/
Con el tema de Ucrania, nos pasa algo similar con lo sucedido con el COVID en marzo de 2020, estamos con desconocimiento de lo que realmente está sucediendo en los comienzos de esta intervención rusa en Ucrania. De todas formas de Ucrania tenemos antecedentes con lo de Donetsk y Luhansk que a su vez se independizaron por el montaje de Maidán por yanquilandia en 2014. Los ataques indiscriminados a Donestsk y Luhansk estaban siendo especialmente cruentos contra los civiles. El mayor de los descaros con la ampliación de la OTAN en Ucrania hace intervenir a Rusia; es decir, si no interviene ahora Rusia, posteriormente podría causarle mayores daños y víctimas a los propios rusos.
Resumiendo y sin poner la mano en el fuego por Putin y, evidentísimamente mucho menos, por la OTAN, podríamos decir que el pueblo ruso entiende que la intervención de su ejército en Ucrania es de tipo antiterrorista, no como la típica intervención de guerra. Todos tenemos las suficientes imágenes, testimonios, montajes de desinformación,… para darnos cuenta de que no existe un bombardeo generalizado de las ciudades en las que sigue funcionando la red eléctrica, de comunicaciones (TV, radio, internet,…) lo cual sería una de los objetivos estratégicos a poner fuera de uso. El ejército ruso entró con muy pocos efectivos en Ucrania (unos 50.000 soldados) más el envío de unos 10.000 chechenos (estos para detener y abatir a los mercenarios y partícipes en masacres de civiles) todo lo cual hace que no sea una operación típica de guerra, sino la típica guerra antiterrorista tan usada en Siria. Este tipo de operaciones antiterrorista son con movimientos mucho más lentos que los de una guerra de invasión al uso.
No hace falta tener mucha imaginación para pensar que harán de las suyas los maestros del engaño con atentados de falsa bandera y que podría hacer a Putín realizar ya una operación militar en el EXTERIOR (entiéndase países OTAN) con el consiguiente riesgo de producirse un auténtico HOLOCAUSTO.
Para el que tenga creencias es un buen momento para ir a confesar sus pecados pues de expandirse el conflicto lo haría ya con una guerra nuclear y aquí ya sería un visto y no visto de desaparición de naciones de un instante a otro. Justo el tipo de guerra y devastación que buscan y necesitan estos dementes para imponer el dominio a los supervivientes (aprox. 2/3 de los actuales) y del que llevan tiempo preparándolo y esperando ejecutar. Sería el siguiente y tiro porque me toca.
La familia Biden y Ucrania:prostitución narcotráfico,tráfico humano…
https://t.me/hsretoucher17/8227
Se me hace muy costoso emitir un comentario sobre el asunto; desconozco, por falta de lecturas, el verdadero alcance histórico de los territorios en disputa. So diré, con base en el artículo, que de ser como se relata, muy bien Putin e historiadores pudieran explicar la realidad, pero no decir que invade Ucrania porque no quiere que la misma entre en la OTAN y en la UE. Si no es una nación, ambos organismos no le darán cabida en ellos; algo parecido a Cataluña, que insistía en que, una vez independiente, seguirían en la UE. En Ucrania estamos viendo a la gente abandonar el territorio ucraniano, viendo los muertos y viendo, en fin, los desastres de la guerra, víctimas inocentes incluidas, como pasa en todas las guerras. Que esta sinrazón acabe pronto.
Se me hace muy costoso emitir un comentario sobre el asunto; desconozco, por falta de lecturas, el verdadero alcance histórico de los territorios en disputa. So diré, con base en el artículo, que de ser como se relata, muy bien Putin e historiadores pudieran explicar la realidad, pero no decir que invade Ucrania porque no quiere que la misma entre en la OTAN y en la UE. Todos sabemos que Putin miente más que Sánchez, que ya es decir. Si no es una nación, ambos organismos no le darán cabida en ellos; algo parecido a Cataluña, que insistía en que, una vez independiente, seguirían en la UE. En Ucrania estamos viendo a la gente abandonar el territorio ucraniano, viendo los muertos y viendo, en fin, los desastres de la guerra, víctimas inocentes incluidas, como pasa en todas las guerras. Que esta sinrazón acabe pronto.