Como recordarán muchos de ustedes, ayer nos hacíamos eco de unas valientes declaraciones realizadas en el diario argentino ‘Clarín’ por parte de una neumóloga y pediatra llamada Lucía Langer. Haciendo gala de una valentía poco común en la clase médica, Langer daba su opinión sin ningún tipo de tapujos sobre los medicamentos experimentales que nos pretenden inocular a todos.
Era meridianamente clara y no esquivaba ninguna respuesta. Decía, entre otras muchas cosas que “El SARS-Cov-2 no es un virus microbiológico, sino que se trata de un virus tecnológico creado deliberadamente en una computadora. Y esto que se inocula a la gente no son vacunas científicamente probadas, es hidróxido de grafeno, una sustancia que produce ondas electromagnéticas de alta frecuencia que causan síntomas que van desde la congestión, fiebre, disnea e inflamación hasta tormenta de citoquinas, inmunodepresión y neumonía bilateral. Además, el grafeno se utiliza para controlar a la gente. Quieren que nos convirtamos en robots humanos”.
Además, confesaba que no se había inoculado y que cuando cualquier paciente le consultaba sobre el asunto, no mentía, le recomendaba no inocularse.
Lucía trabaja en dos centros médicos argentinos: el Hospital Italiano y en la Clínica Bazterrica, uno de ellos ya ha emitido un comunicado ante estas declaraciones. En unos tiempos en los que no existe la libertad, ni de expresión, ni de opinión sobre este asunto, que el hospital intentara desmarcarse de esas declaraciones, era algo que todos esperábamos.
En un comunicado publicado en su página de Facebook e Instagram, el Departamento de Pediatría del Hospital Italiano decía lo siguiente: “Las declaraciones que salieron a la luz en el día de hoy con postulados antivacunas en el diario Clarín son una postura personal totalmente contraria a las posturas del Departamento de Pediatría y del Hospital Italiano de Buenos Aires”.
Ninguna sorpresa, nada nuevo bajo el sol.
Pablito, ¿Que es el honor?
Un teléfono.
No, Pablito.
Otro, Pedrito ¿Qué es el honor?
¿Un teléfono inteligente?
Muy bien Pedrito.
Otro hospital que cobra comisiones,de lo contrario nadie entiende como unos médicos digan cosas tan radicalmente opuestas a otros,cuando todos poseen los mismos conocimientos.
Habría que realizar un reportaje,sobre la oscura financiación de los hospitales o sobre la corrupción en el campo sanitario,ya que la corrupción no es algo exclusivo de la política,aunque últimamente sanidad y política caminan de la mano.
Qué tenga fundamento científico y qué no debiera ser, en una sociedad culta e instruída, el resultado de la sentencia de un tribunal forense científico público y neutral que se apoye en el método científico oportuno -el hipotético deductivo para las ciencias naturales- , en inferencias lógicas o estadísticas correctas, etc. presentadas por representantes legales de tesis opuestas. Si el gobierno pretende que, por ejemplo, una mascarilla en la calle reduce la transmisión de un virus, que se enfrente primero en un tribunal forense con los representantes de la tesis contraria. Toda ciencia, buena, mala o regular, es política y tiene efectos jurídicos. Ídem de ídem para las instituciones bajo control del estamento médico al servicio de la farmafia.
En el Occidente culto teniamos disputatio, debate y dialéctica. Ahora, en la degenerada sociedad tecnofascista de la ingeniería social del NOM, tenemos niñatos al servicio de redes de influencia conocidas parapetados detrás de una pantalla pontificando uilateralmente como verificadores. No es así como había progresado hasta ahora la sociedad, el pensamiento o la ciencia. Tampoco había progresado con la aquiescencia servil, con toda su doblez, a las pontificaciones de los vendidos a una trama de intereses creados de altos vuelos. Son los mismos que quieren que el telecreyente obtuso vea a la “ciencia” como lo que dice un señor muy serio con bata blanca y que no se puede discutir.