A estas alturas de la película ya sabemos todos cómo funcionan, en general, las famosas ONG subvencionadas y supuestas asociaciones humanitarias. A estas alturas de la película ya sabemos cómo funcionan chiringuitos como Greenpeace o Amnistía Internacional. Son la cara “amable” del globalismo y el poder político, en resumidas cuentas, son simples conglomerados con los que se cierran los círculos de las farsas dictatoriales.
Y Amnistía Internacional lo ha vuelto a demostrar con un comunicado que ha emitido sobre el caravana de camioneros canadienses que está protestando para reclamar su libertad. dice en ese comunicado, entre otras cosas, que “las banderas nazis, las banderas confederadas y otros símbolos de racismo y odio exhibidos no tienen cabida en las protestas pacíficas. Igualmente preocupante es la afiliación de algunos de los organizadores del Convoy con grupos de supremacistas blancos abiertamente racistas”.
Añaden, además, que “las autoridades tienen la misma obligación internacional de proteger a las personas de la violencia y el acoso, y de respetar los derechos de todos los manifestantes a reunirse pacíficamente y expresar sus opiniones. Sin embargo, la violencia y el acoso no forman parte del ejercicio del derecho a la libertad de reunión pacífica. Amnistía Internacional pide a las autoridades que tomen medidas inmediatas y apropiadas para facilitar las protestas pacíficas, mientras investigan y hacen rendir cuentas a quienes cometen actos de violencia o incitan al odio”.
Dense cuenta, piden “a las autoridades”, precisamente esas “autoridades” contra las que se protesta. Pero no se quedan solo en eso, también dicen que expresan “su solidaridad con las organizaciones de primera línea, incluidos los refugios para mujeres y personas sin hogar cuyas operaciones se han visto afectadas por estas protestas, así como las comunidades 2SLGBTQI+ y racializadas, en particular las comunidades judía, musulmana, negra e indígena, que han sido objeto de propaganda de odio”.
Quien no se haya enterado de qué ha ido siempre toda esta gente, lo hará ahora.
El que paga y mantiene, exige y esto es lo que ocurre con todas estas organizaciones “no” gubernamentales.
Si partimos de la base de que, gracias a estas, esos grupos que comentan a los que ,dicen, les afectan estas circunstancias, son las que por lo general, se automarginan para recibir los parabienes de los interesados en que así sea y distribuidos, auspiciados y mal repartidos por esas organizaciones manipuladoras, porque está claro que no existirían o dejarían de existir, si esos “marginados”, dejaran de serlo. La pescadilla que se muerde la cola.
Por cierto y ya que mientan a Greenpeace, he leído un hecho que denuncian, que realmente son dos.
Comunica Gp, que han sacrificado 130.000 gallinas, en una macrogranja en Iscar, provincia de Valladolid. Por un lado , denuncian el controvertido tema de las macrogranjas. Por otro y quizás más relevante, por las consecuencias de esa gripe aviar que ha aparecido de la nada y ya ha dado indicios de que va a ir a más. Siguiendo la línea de Gates, con sus pandemias y virus raritos, ya lo fue advirtiendo como buen “futurólogo” que es. Pero curiosamente, cuándo apareció el bicho de ahora y buscando la posible relación de este psicópata con él, apareció un comentario de una de esas agencias que lo saben todo, sobre este particular, negando en rotundo que este elemento tuviera relación con el asunto, pues su única relación con un laboratorio, era estrictamente para el estudio y desarrollo de la gripe aviar y porcina. ¿Parece lo que es o es lo que parece? Éstos, no dan puntada sin hilo y ese hilo es parte de una gran madeja de la que se surten todos los manipuladores.
Amnistía Internacional, los ecolojetas.
Amnistía Internacional, Greenpeace e Intermón-Oxfam, la trinidad de la hipocresía hedionda.
Estos chiringuitos globalistas tienen los dias contados