Pandemia y futuras responsabilidades

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Soy un convencido, cada vez más, que los sabios más importantes de la actualidad, están dentro de los que hacen películas de cine, o al menos, son los que mejor combinan, la sabiduría que tienen con el poder expresarla y  de la mejor manera, para hacerla llegar a sus iguales.

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Desde siempre, a la hora de definir las distintas profesiones que pueden realizar las personas, hubo una clara distinción entre las que realmente sirven para mejorar la sociedad “vocación de servicio publico” en teoría maestros-educadores, jueces y gobernantes. Las que se realizan, por amor al prójimo, fundamentalmente los hombres de Dios. Y por supuesto, otras que, al margen de las mencionadas, que solo buscan el lucro personal. Naturalmente entre estas últimas, está el ejercicio del derecho y concretamente los abogados. Oficio, que se presta, a que criminales del todo reconocidos, contraten a estos profesionales para buscar resquicios legales, y así, la justicia no pueda condenarlos, y a pesar de sus crímenes más que demostrados.

Desgraciada o quizás, afortunadamente, y debido a la “plandemia” que estamos padeciendo, hemos podido constatar muy claramente, que no son los abogados, los únicos que buscan en lucro personal sin importarle el beneficio de la sociedad. Muy a nuestro pesar, hemos visto como el colectivo médico, saltándose todas las reglas que aprendieron, el tratado de Núremberg, los derechos humanos, nuestra constitución y por supuesto el juramento hipocrático, también lo hacen y solo en beneficio propio, aunque no dejan de ser tristes comisionistas de los grandes poderes de la farma-industria.

Los maestros, tan poco se quedan atrás, al hacer, cumplir a sus alumnos, una normas a sabiendas del daño que les está ocasionando. Dentro de este colectivos, los profesores de educación física, ocupan el pódium de manera destacada, sabedores mejor que nadie, de lo que expulsa nuestro organismo, cuando se les expone a ejercicios físicos y que es gran cantidad de ácido alactico, que con la mascarilla puesta, volverá  a ser inhalado nuevamente, un verdadero veneno para el cuerpo.

Por último, entre los colectivos a los que se le ha caído la máscara, los he dejado para el final, están los denominados hombres de Dios. Dado lo que representan, naturalmente son los peores, verdaderos criminales –exceptuando algunos de ellos, que realmente, si ejercen el apostolado y por el que se hicieron sacerdotes- liderados además desde el Vaticano por el peor, para mí absolutamente contrario a las enseñanzas de Cristo y líder de lo que hasta ahora, nos habían enseñado que era el diablo, el ángel caído.

Para concluir, voy a retomar una frase, de para mí, una extraordinaria película “El Reino de los Cielos” y de para mí,  un extraordinario director  de cine, como es Ridley Scott  “Nadie puede elegir su destino. Un rey puede mover a un hombre, un padre reclamar a un hijo, pero no olvides que aunque aquellos que te mueven sean reyes, o sean hombres con poder, tú eres el único responsable de tu alma. Cuando compadezcas ante Dios, no podrás decir que otros fueron dueños de tus actos, o que la virtud no era oportuna en aquel momento. Eso no es suficiente, no lo olvides”