controversia

La batalla política se manifiesta como un fiel reflejo de la cruda realidad, independientemente de lo que a cada uno lo interese la cosa pública. Y estamos en disposición de asegurar que esta afirmación categórica, no es más que un cruel resumen de lo que desde hace tres años le está sucediendo a este país, especialmente porque incluso para esa inmensa mayoría de personas ajenas a los avatares de la política, la calidad de vida que tenían de forma tranquilamente ordenada se está torciendo. Las nuevas legiones de nuevos pobres, observan atónitos como la realidad que vivían hasta hace bien poco se está tornando en una auténtica pesadilla vital.

[Sale A La Luz El Nombre Del Político Al Que, Supuestamente, Dejó Cristina De Borbón Por Urdangarin]

Las colas del hambre, el paro estructural, el edadismo más marcado que nunca por la digitalización forzosa, la subida indiscriminada de los precios de los productos más básicos, así como de los combustibles y energía, nos está retrotrayendo a tiempos pasados, de esos que nos contaban los abuelos como parte de su experiencia vital. Sus experiencias en la carencia de lo básico sin duda y a posteriori, podemos afirmar que los hizo mejores pues solo las clases pasivas son capaces de pensar primero en los demás.

En estos días de la semana que termina hemos comprobado una vez más como desde los medios de comunicación, los partidos políticos y sus altavoces mediáticos, transmitían a la población sus conclusiones por los de datos relativos a dos cuestiones muy significativas: los datos de la EPA del cuarto trimestre de 2021 y los correspondientes al crecimiento real que hemos sido capaces de generar como país en el mismo ejercicio. Una postura o la contraria son siempre aceptables cuando se analizan datos numéricos, sin embargo realizar análisis asépticamente sobre las cuestiones que se nos plantean con absoluta independencia, generan que podemos asegurar que ni la EPA es buena ni el crecimiento es el adecuado.

Respecto a la EPA, es cierto que nos dice que las cifras de personas ocupadas son históricas; sin embargo lo que no nos dice es que el sector público está dopado, es decir, excesivamente sobredimensionado con políticas de contratación excesivas, ofreciendo a la sociedad una falsa percepción de la realidad. El incremento de la función pública por sistema desde el punto de vista de los gobiernos de izquierdas, confirma su regla. Por lo tanto ellos son muy conscientes de su inutilidad como gestores y por eso compran tiempo (que no voluntades) a base de generar empleo donde no hace falta provocando cada vez más deuda, la cual ya es un valor financiero en sí mismo.

Lo cierto es que el sector privado ha decrecido en casi cien mil efectivos, lo cual nos hace sencillamente más pobres y dependientes como país. Con “la nueva reformilla laboral” (aunque de momento este en el aire su aprobación), se ha demostrado que la CEOE (al menos temporalmente) ha sido derrotada como actor político, demostrándose una vez más que sus niveles de representatividad son realmente mínimos y ridículos con respecto al total del grupo que representa (los empresarios de todo tipo). Los sucede lo mismo que a los grandes sindicatos de masas (UGT y CCOO), los cuales también representan a una ínfima parte de los trabajadores a nivel general.

Aun así todos se afanan en decir que los parados en España son 3.1 millones como si fuera algo positivo, cuando en diciembre de 2021 terminamos con 3.9 millones reales, ya que 800.000 personas están compartimentadas dentro de las cifras del SEPE como no parados, aunque realmente si lo están. La realidad es la que es y lo que está sucediendo simplemente es que hay menos trabajo privado repartido para más personas, y esto es lo que se quiere liquidar limitando la flexibilidad que ofrece la temporalidad necesaria en un país de servicios sencillamente para repartir el pastel entre menos. Además hay que añadir como otro elemento a la tormenta perfecta, el hecho de que la productividad se haya visto reducida ostensiblemente por las ingentes cantidades de bajas médicas, los confinamientos y medidas erráticas como el pasaporte covid generando el mejor reparto de la pobreza e igualando a la baja a la población actíva.

En cuanto a los datos del crecimiento pues también ha generado gran controversia pues el Gobierno dijo que creceríamos al 6.5% y los presupuestos están elaborados en esta dirección, pero finalmente solo hemos llegado al 5%, teniendo en cuenta que se partía del -10.6% del 2020. Los analistas “del grupo de los del vaso medio vacío”, se quejan de que en la tele pública se ha desarrollado el asunto mostrando un gráfico engañoso, de esos que fabrican desde Presidencia dando la sensación de que el crecimiento es sideral y la recuperación un hecho, vanagloriándose por ello.

La verdad es bien distinta porque el 5% de 2021 obviamente es mejor solo como dato numérico si lo comparamos al 3% de 2017, al 2.3% de 2018 o al 2.1% de 2019, ya que en ninguno de los tres casos anteriores se parte de un suelo negativo (-10.6%). Describir la situación en modo triunfalista asegurando que la recuperación es un hecho y no un efecto lógico (rebote), cuando la economía se gripo por la acción política de la gestión de la pandemia, no es más que otro ejemplo propagandístico a los que este Gobierno nos tiene acostumbrados.

El efecto “gaseosa”, cada vez tiene menos fuerza aunque debemos reconocer que las circunstancias adversas que hemos sufrido como país (El covid, la Filomena, la invasión de Ceuta, el volcán de la Palma) y las condiciones ambientales a nivel internacional (fin de la era Trump, la crisis de Afganistán, y ahora la crisis de Ucrania), se han mostrado como las excusas perfectas para sobrevivir como Gobierno en su escenario perfecto.  El Gobierno de los peores, gobierna a cuerpo de rey mermando más aún la débil democracia que tenemos desarrollando la metástasis sobre las instituciones a la velocidad que más los interese usando la variante del covid que marque la OMS.

Nuestra decadencia va a la velocidad de la variante “OMICRON” aunque ya nos están preparando para la siguiente: “la sigilosa”, la cual ya avisan que asomará por Semana Santa y para entonces el Gobierno habrá llegado sin problema al mes de abril.

2 Comentarios

  1. Gobernar no gobiernan, pero si fueren tan buenos trabajando, como mintiendo con los números, tanto de muertos covid como con parados, seríamos el número uno de Europa.

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