Acaba de salir al mercado un libro muy diferenciado del resto, al tiempo que necesario, muy necesario, y que se singulariza de otros de la cuerda en el hecho primordial de que su autor es también el protagonista del problema clínico que aborda: Diario de un paciente de ictus, del ex fiscal y jurista aragonés Ramiro Grau Morancho, pone negro sobre blanco los sucesos relativos al ictus del que su autor fue víctima el pasado mes de agosto. Felizmente, y tras estar a las puertas de la muerte, nuestro hombre –puro nervio y esfuerzo de autosuperación– logró salir adelante.

¿Qué singulariza este libro de otros ejemplares, repito, destinados a tratar parejo asunto? Ante todo, y esto quizá sea lo más significativo, que no estamos ante un “libro de especialista” (es decir, ante el texto de un técnico que no ha vivido en primera persona la enfermedad, puesto que habla desde la distancia y el empirismo que dimana de la costumbre, instrumentalizada por una profesión basada en la repetición y el cotejo de la enfermedad en otros). 

Grau, narrador de la enfermedad “en sí/en mí”, harto consciente de la importancia de su testimonio (un testimonio que puede salvar vidas), ha decidido ponerlo (casi) todo por escrito, elaborando así el que quizá sea el primer libro netamente biográfico de nuestro autor, “un Grau en alpargatas de hospital”, donde el jurista e intérprete del Derecho se difumina en beneficio del hombre de carne y hueso, muy mermado en un hospital de la Seguridad Social de Zaragoza –aunque también sea uno de los mejores de España–: el Clínico Universitario Miguel Servet.

Hay en este Diario de un paciente de ictus algo más que una memoranda descarnada del ictus, desde su irrupción hasta la salida del túnel (tras casi frisar los pórticos de la muerte): el autor, consciente de que las cosas grises y sórdidas no resultan atractivas al gran público (si bien no las omite), ha optado con buen criterio por sazonar su historia de fino humor aragonés, y así lo testimonian las páginas de su obra, añadiendo a tal condimento una dimensión metapolítica en la que, ahora sí, aflora la perspicacia del jurista, cual hábil detector de un sistema que se hunde: el “hospital universal de España”.

No queremos saturar al lector con más reflexiones de un tercero: el objeto de esta reseña es dar a conocer el libro, ayudando a visibilizar una amenaza exponencial en España: el ictus. Si está interesado en el tema, es posible que este texto le sirva de mucha más ayuda que ingentes y sesudas obras “de especialista”. 

Diario de un paciente de ictus está disponible en la web de Grau Editores, así como en la plataforma Amazon: https://www.amazon.es/Diario-paciente-ictus-Ramiro-Morancho/dp/B09NH3B1BB

 

4 Comentarios

  1. Señor Grau, le deseo lo mejor.
    Que Dios, los médicosw y fisioterapeutas, y su voluntad, le ayuden a sanar todo lo posible.
    ¡Hay personas que son necesarias, pero usted es imprescindible!

  2. Fue por la ponzoña “criminal”, ¿no?, espero que si así es, la ponga a caldo en el libro para ayudar a otros también de como le/nos engañaron las mafias y criminales organizados y estafadores, que como exfiscal bien conocerá de su existencia y abundancia.

    Y se recupere del todo, y a seguir escribiendo o lo que le dé la gana u opinando, estemos en ocasiones de acuerdo y otras menos, pero así es, y de eso se trata.

  3. Hoy me han subido en un coche yendo de compras,han cerrado los pestillos automáticos y las ventanillas,mi hermano y un amigo suyo me han llevado por un circuito lleno de curvas y rotondas,para marearme…tenían intención de marearme para llevarme a urgencias y obligar a vacunarme.Al final pedí que habriesen la ventanilla del coche y se me pasó el mareo,y luego disimule,he pasado temor.Hecho real y veridico.

    Mi padre cogió frío por la madrugada,por no abrigarse convenientemente,y cogió una bronquitis,le dimos flutox,se le pasó la tos pero tiene dificultad para respirar por qué es anciano,hemos llamado al médico,y mi hermano ha insistido en llevarle a urgencias gritando que tiene COVID!,al final lo han llevado al ambulatorio ,y ya no sé qué harán con el…si lo intuban y le ponen el respirador le matan!,y solo es una bronquitis leve sin fiebre ni nada,un enfriamiento.Y me pregunto por qué?,además le han obligado a ponerse una mascarilla,cuando tiene dificultad para tespirar,no será un intento de homicidio?.

    Mi hermano no tiene coche usa el de la empresa y vive de alquiler,y quiere acelerar el proceso de la herencia,quiere matarnos a mí y a mi padre,por qué nos ve como obstáculos,y si le dijese esto a alguien,me tomarían por loco.Quizas ha pensado que asustandonos,con vacunas y todo eso…

Comments are closed.