Escribía hace un año con no demasiado optimismo un artículo que, salvo en el ordinal, podría repetir hoy sin perder su vigencia, ya que nada ha cambiado salvo a peor. Por ahora, la respuesta es afirmativa. Veremos en 2022.
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Y lo hago hoy de nuevo, con un breve recordatorio en vísperas del Día de la Constitución, paradójicamente, una fecha “festiva” también para los que quieren acabar con ella para recuperar las “bondades” de aquella Segunda República que no vivieron. Como la Navidad, ya próxima, cuya celebración no perdonan los agnósticos y ateos, que no consiguen –de momento– cambiar a “Fiestas de invierno”, en su intento de acabar con todo lo que huela a cristiano. Eso sí, no dejan de felicitar a los “hermanos” musulmanes en su Ramadán y a otras confesiones cuando les corresponda, pero de humanismo cristiano nada y, cuanto más lejos, mejor, pese a que Occidente no hubiera sido nada sin esas raíces. O, ya puestos a no renunciar, como todos estos que ahora resucitan a Francisco Franco como pimpampum para distraer al ciudadano de los verdaderos problemas que disfrutan de las pagas extraordinarias que se crearon bajo su régimen.
Pero el socialcomunismo del presimiente Pinocho y sus socios sanguijuelas, quiere “recuperar” un periodo cuyo relato histórico real no conoce bien –muchos, nada– y ahora pretende reinventar como la panacea de derechos y libertades humanas que pisotearon. Un periodo, insisto, que acabó con un levantamiento militar y civil, después de algo más de cinco años de abusos, latrocinios y robos, asesinatos y profanaciones, en los que no faltaron golpes de Estado. Los que ahora critican como tal el Alzamiento Nacional de Julio de 1936, no “recuerdan” el que el PSOE y su sindicato UGT, que presidía Francisco Largo Caballero, dieron en Asturias entre el 5 al 19 de Octubre de 1934 contra su “admirada” República presidida entonces por Niceto Alcalá Zamora. Tampoco parecen querer acordarse del coetáneo, 6 de octubre de ese año en Barcelona, perpetrado por el entonces líder de su hoy socio, ERC, el nacionalista Luis Companys, superado en brevedad por el más reciente del 1 de Octubre de 2017, que duró minutos. Todo al más puro estilo de esa ideología trasnochada, inspirada en el Manifiesto Comunista de Carlos Marx y Federico Engels y las “lecciones” de Antonio Gramsci. En cualquier caso, todos ellos infinitamente superiores en nivel cultural a sus sucesores de hoy.
Quizás interese traer aquí, para los que no lo vivieron o no lo recuerden –entre las dos categorías la gran mayoría de los españoles de hoy, me temo–, el resultado de aquel referéndum del 6 de diciembre de 1978, que dio vía libre al proyecto de Constitución Española, aprobado por Congreso y Senado. El censo entonces era de 26.632.180 electores, de los que acudieron a votar 17.873.271, es decir, el 67’11%, lo que significó una abstención del 32’89%, 8.758.909 electores. El que un tercio de los llamados a votar no lo hicieran, hace pensar que el “entusiasmo” por el nuevo sistema que se presentaba no era como para tirar cohetes. De esa afluencia a las urnas del 67’11%, un 87’87% dijo SÍ, es decir, el 58’97% del electorado, mientras que el 7’84% (5’26% del censo) dijo NO y entre votos en blanco y nulos, que en cierto modo es otra forma de abstenerse o votar en contra, se registró el 4’29% del sufragio (2’88% de la población censada).
También es un dato significativo que de los 16 diputados de Alianza Popular, sólo 8 votaron a favor mientras 5 lo hicieron en contra y 3 se abstuvieron. Finalmente y tras ese resultado, el entonces Rey Juan Carlos I, en sesión solemne conjunta del Congreso y el Senado, sancionó, el 27 de diciembre de 1978, lo que dos tercios del censo electoral español había apoyado con su voto. No sé cuántos, de esos dos tercios, se habían leído el texto de esa Carta Magna que habría de “dirigir” los designios de nuestra querida España, pero eso no tiene mucho sentido ahora, cuarenta y tres años después de su aprobación. Invito a mis lectores a refrescar la memoria y compartir mis reflexiones con la lectura del artículo citado al principio y, si el tiempo libre de este puente lo permite, recuperando los enlaces que se citan.
¡Feliz Día de la Constitución!, desde la esperanza de que algo cambie lo antes posible, por el bien de España y de los españoles de bien, incluso de los que no lo son tanto.
Ayer se descojonaba “el Mierda” al pronunciar la palabra “constitución”
Su risa contenida nos hacía intuir la serpiente que recorre el interior de su cuerpo mientras escupe su veneno sobre el BOE para envenenar España con un régimen totalitario supeditado al mal.
Esto no se va a arreglar con discursos absurdos modulados con ese tono de voz insufrible que tiene el criminal sanchez, y ya no puede salir solo a la calle, porque para hacerlo necesita la proteccion de decenas de agentes de la guardia civil que le defiendan vergonzosamente de la ira del pueblo…. guardias civiles deberiais dejarlo solo!!!…. no, esto se va a arreglar con esa farsa “progresista” tras la cual se esconden como hacian las legiones romanas cuando formaban en testudo y utilizaban las pequeñas rendijas para ir clavando sus gladios en los cuerpos de los que les enfrentaban, no, esto se va a arreglar de otra manera, y todos sabeis como.
En cuanto a lo otro, ya no es la celebracion del dia de la constitucion sino del dia de la burla.
Hoy es el día de la violada en manada por: jueces, políticos y fuerzas de seguridad del Estado que son cobardes, mezquinos, traidores, ladrones, mentirosos y lacayos del NOM
La CE no es el problema el problema es su incumplimiento generalizado que ya debería ser suficiente para juzgarlos a todos por alta traición por incumplir su juramento de honor y cesarlos cumplan vds lo que juraron o vayanse ordenadamente antes de que el pueblo les eche a patadas desordenadamente.
España no tiene quien la defienda, pero tiene algo mágico, algo poderoso y se sacudirá de encima a tanta alimaña como la sangra.
Nadie va a mover un dedo por España y menos aún los funcionarios que la sangran y la llevan manchando con su hez de corrupción moral (cuando no económica, aunque sea llevándose un boli que no es suyo) desde que opositaron para solucionarse la vida, sin pensar gracias a que sudor podían convertirse en la nueva baja nobleza. Han pasado todas las crisis desde la del 92 sin hacerse cargo y pidiendo más y más derechos, más y más dinero, más y más privilegios sin pensar en todos los que en cada bache se iban quedando en el camino.
España no tiene quien la defienda porque todos sus funcionarios entraron ya con mentalidad de garrapata, eso sí, con ínfulas e intención de ascender a sanguijuela. Todos entraron pensando en sacar, no en aportar, por eso todo se fue pudriendo poco a poco, con cada boli, cada bolsa de algodón y cada paquete de folios que alguno se llevó y la Calvo tan satisfecha de sus aventajados discípulos. El día que dijo aquello de “que el dinero público no es de nadie”, si el currele del andamio le hubiera dado un par de h.ostias bien dadas al ministro de al lado (por aquello de que a las mujeres no se les pega de toda la vida), la tontería del latrocinio se hubiera cortado de golpe. No entienden otro lenguaje, por eso estamos como estamos por prescindir de aquello otro – también de toda la vida – de “2 h.ostias a tiempo evitan muchos males futuros”
A un palmo del suelo y del IPC, han vivido vegetando, escaqueando más que el de al lado para no ser menos, enfermando y vacacionando más que nadie, cobrando religiosamente cada mes. Mientras España lloraba, ellos no hacían nada cobrando y después a teletrabajar, no fuera a ser que se contagiaran, mientras a los currantes nos mandaron a dar el callo a pelo, sin nada o con mascarillas de papel (literal y una caja para 100).
España no tiene quien la defienda porque malparió a mucho desagradecido y adoptó a toda la repudiada hez.
España no tiene quien la defienda por coneja de fetos deformes, mal gestados y peor paridos, con complejo de Electra que la odian más que se puedan amar a si mismos. Madre que no los rechaza aún siendo abominables y sabiendo que se destrozarán entre ellos una y otra vez partiéndole el corazón, hasta que los repudie y ya no engendre en su seno, ni adopte engendros sin alma, ni razón alguna para existir.
Espero que la próxima vez aplastemos por completo esta abominación, o está hez inmunda será nuestro día de la marmota perpetuo.
Para lo que hemos quedado: un país de gentuza liberticida que aplaude a su opresor.
“entre una España que muere y otra España que bosteza. Españolito que vienes al mundo te guarde Dios. una de las dos Españas ha de helarte el corazón” (Antonio Machado).
Eran los tuyos Antonio y te moriste sin conocer de tu gran error. Yo he sido más lista que tú, los repudio y espero no morirme hasta verlos destruidos para siempre.
Estoy de acuerdo en todo lo que comenta el articulista, pero sobre todo en lo que significa sobre que muchos que votaron Si a la Constitución, y otros que votaron No, no leyeron la misma, entre los que me encuentro. Si hoy hubiera que votarla, tal como la conozco, votaría No, sobre todo basándome en la experiencia de estos años y conociendo los efectos desastrosos que produjo el Capítulo VIII, que convirtió a España en 17 reinos de taifas, más el central, y como consecuencia ha dado lugar a que España sea un país de políticos sanguijuelas que solo pelean por ver quien está en el poder para seguir sangrando a impuestos a los españoles que se arrastran por sus trabajos por un disminuido sueldo, del que hay que descontar para pagar a los mamandurrios que mal nos representan. También estoy en desacuerdo con otros artículos de la citada, que no citaré para no prolongarme sobre la intención de mi voto si hoy se llevara a cabo.
Por otra parte, D. Antonio hace un pequeño esfuerzo en recordarle a los más jóvenes y a los mayores desmemoriados o inocentemente engañados, que el primer Partido golpista fue el PS, cuando, por orden de Indalecio Prieto se desembarcó una partida de fusiles en el puerto de Pravia y fueron escondidos en la Diputación de Oviedo, gobernada por dicho Partido, para llevar a cabo el pronunciamiento de 1.934, en el que murieron más de 2.000 personas. No llegaron a desembarcar la totalidad, porque la Guardia Civil llegó a impedir que desapareciera el total del armamento. Españolito; abre los ojos y espabila.