Templo de las ratas en la India (Pixabay)

Hace años los raticidas eran demasiado rápidos y, por ello, muy poco eficaces. Las ratas correlacionaban con facilidad la ingesta con la muerte, y pronto rehusaban el cebo. A día de hoy se utilizan raticidas más lentos, las warfarinas (por cierto, el principio activo del famoso sintrón), que producen una muerte diferida en varios días. De este modo las ratas no relacionan la ingesta con la muerte, y las supervivientes siguen consumiendo el veneno.

El organismo Eudra Vigilance, de la Agencia Europea del Medicamento, llevaba a mediados de diciembre registrados más de 32.000 muertos y 3 millones de efectos adversos por las vacunas covid. Y no se registra ni el 10 % de los casos reales.

El diario La Sinrazón publicó el 6 de diciembre una noticia, según la cual, el MoMo (Monitor de Mortalidad del Ministerio de Sanidad) registró en noviembre 3.000 muertos más de los esperados, y la inmensa mayoría no eran achacables a la covid, lo que, según el diario “desconcierta a los expertos”. Está claro que lo único que puede desconcertar a alguien, en este caso, es el riesgo de perder un buen sueldo, si dice la obviedad que todos –incluido él- pensamos.

Del mismo modo que era un caso raro el que alguien conociese un verdadero caso de defunción por covid (falsos, muchos), es lo más normal conocer a alguien que ha sufrido, si no la muerte, al menos efectos adversos graves, a causa de estas vacunas. Los aficionados a ver deportes en televisión lo tienen muy fácil, porque últimamente son legión los deportistas, jóvenes y sanos, que tienen el mal gusto de morir o sufrir dolencias graves e incapacitantes delante de las cámaras, levantando las sospechas de algún espectador extraordinariamente perspicaz, que nunca antes había visto nada semejante.

Y por no hablar de las propias fichas técnicas de las vacunas, a las que sólo les falta el símbolo del veneno, con la calavera y dos tibias cruzadas.

Pues el hecho cierto es que las cifras oficiales de muertos y damnificados, el “misterioso” e “inexplicable” aumento de las defunciones, y la emisión televisiva de muertes repentinas en directo, no produce en la inmensa mayoría de los seres humanos el mismo efecto que hubiera producido en las ratas. 

Como prueba, basta ver las colas en los vacunódromos, llenas de fanáticos que se inoculan esa sustancia, a pesar de todas las evidencias de su nocividad. Obviamente, no pueden pertenecer a una especie que se dice “sapiens”. Más bien encajarían en otra que llevase el apellido “stultus”. 

Porque, como ya hemos visto, ejemplares del género “rattus”, hace tiempo que habrían puesto los pies en polvorosa.

En conclusión, la especie humana está condenada a la extinción, en tanto no supere ligeramente el nivel de inteligencia de las ratas. Y parece que aún falta bastante.

Sálvese quien pueda.

 

6 Comentarios

  1. A mi lo que mas me ha gustado de este asunto es observar como uno cualquiera instantes después de ser inoculado con el “misterio” la palma o le da un telele, y los que están esperando siguen impasibles esperando su pinchazo. También es divertido observar como los sanitarios del lugar se acercan sin saber que hacer con exactitud con el que sufre convulsiones o yace inmóvil espatarrado en el suelo, le observan a distancia con cara rara, como pensando, otro que ha interrumpido la cura milagrosa. ¿Que coños le habrá pasado a este imbécil para morirse aquí y joderme mi ciencia caritativa y altruista?

  2. Dícese del MENTIROSO Presi-mierda que preside una parte de España a la cual roba. El, nacido en el año de la rata, se las sabe, como el anterior de la cosa esa llamada psoe-casa de ladrones y criminales, el otro INMUNDO RATA ZAPATERO. Dios los cría y ellos dirigen la MAFIA DEL PARTIDO MAS CRIMINAL Y RASTRERO, aunque los demás no se quedan atrás. Estos se escapan por las puertas abiertas, como nacidos en ese año de la RATA. Hablan poco, y cuando lo hacen es para MENTIR y culpar a los demás. Típicos del año ese, que según los chinos, nunca deberían gobernar ni dedicarse a nada que tenga que ver con ello ya que siempre hacen el mal a la sociedad.

  3. Mientras los asustados borregoides sigan viendo a la analfabeta esteban y al subnormal del matamoros por television animando a todo el mundo a dejarse inyectar un veneno experimental, seguiran consumiendo ese veneno. Resulta patetico comprobar que este tipo de gente tiene menos cerebro que las ratas.
    Tengo una vecina tri-vacunada, y ahora mismo, despues de haber sobrevivido a dos años sin pillar el “covid” de los cojones, va y resulta que ha dado positivo, quienes la hemos conocido como era hace unos meses que es como era desde siempre, y como esta ahora sabemos que algo le ha ocurrido, y es que parece un autentico cadaver con patas… le he preguntado si ira a por la cuarta ¿adivinan que ha contestado? Lo dicho, menos cerebro que una rata, pero ahi esta viendo a la analfabeta de la esteban que la anima dia si y dia tambien a que se siga “vacunando”.
    Pena de muerte para todos ellos, no nos conformaremos con menos.
    Y que no escape ni uno. ¡NI UNO! ni las analfabetas esteban, ni los sabelotodos matamoros, NI UNO!

  4. Nos viene en mente las ratas de Miguel Delibes,quizás las antes borregos ahora ratas,se lo merecen,se merecen que les mientan,que les roben,que les dejen sin empleo,que les estropeen la salud,por qué son las mismas mallorias de ratas que hacen que tengamos en el poder esos partidos formados por políticos ratas,que convierten a sus hijos en niños rata enganchados a los juegos de la play station.Las ratas son astutas,y forman plagas,las de los oficialistas,pero no dejan de ser animales roedores de una especie inferior.

    Nosotros no nos consideramos superiores simplemente humanos,y ya comenzamos a sentirnos como en el planeta de los simios,ahora planeta de las ratas.

  5. Yo aconsejo ir a youtube y verse bonitamente la versión que hace unas décadas hizo tve para Estudio Dos de la obra Un enemigo del pueblo, de Ibsen, con un magistral José Bódalo. Encontrarán ustedes una magnífica obra de teatro que plantea una situación muy parecida a la que sufrimos los que denunciamos esta farsa fascista y depredadora montada por los nuevos eugenistas, y sin duda hallará en el visionado fuerzas para continuar en esta batalla que, al final, ganaremos.

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