desgarrador

Otro año más nos acercamos al 28 de diciembre, día de los Santos Inocentes. Este año no podré estar físicamente en la Plaza del Cristo de los Faroles por circunstancias médico/quirúrgicas de mi esposa. Pero lo estaré en espíritu.

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Es allí donde, desgraciadamente, solo unos pocos cordobeses nos reunimos todos los años para representar el grito desgarrador de los forzados ausentes, de aquellos a los que no se les ha respetado ni siquiera el derecho más inalienable del ser humano, el derecho a vivir. Más de 100.000 abortos practicados durante este año, solo en España, y siguiendo una proporción anual lineal, nos hace un total de aproximadamente unos 4 millones de seres humanos masacrados en el seno de la madre desde la fatídica ley socialista del 85, de infausto recuerdo para los no nacidos. Hoy tendrían entre 1 y 36 años de edad y solo viéndolo desde perspectivas laborales y económicas cubrirían un tejido humano muy importante porque asegurarían el relevo generacional entre los españoles sin necesidad de recurrir obligatoriamente a una inmigración extranjera, en gran parte poco preparada, y en otra parte considerable, ilegal, con los consiguientes problemas de adaptación cultural que nos ha ocasionado y nos sigue ocasionando y nos ocasionará en un futuro próximo. Pero no es el propósito de este artículo el entrar en consideraciones económicas del problema del aborto.

Quiero enfocar este artículo desde un punto de vista humano y moral sin entrar en el religioso, ya que este execrable crimen produce rechazo en cualquier persona con la mente normalmente amueblada, independientemente de su credo religioso o incluso sin credo alguno.

Es evidente que el refrán español: ..”Ojos que no ven, corazón que no siente” tiene mucho que ver en todo este problema. También es evidente que el mayor de número de embarazos no deseados se produce en una población de adolescentes o chicas muy jóvenes que en la mayoría de los casos no tienen todavía una independencia ni laboral ni económica, con poca formación en todos los aspectos, y que se ven en esos trágicos momentos abandonadas por su pareja e incluso por sus propios progenitores que “no quieren problemas”. En esta encrucijada terrible y al sentirse solas y abandonadas se llenan de pánico y optan por una huida hacia adelante que termina con el exterminio de la criatura que llevan en su seno en aras de una cultura del descarte y de la muerte desgraciadamente muy asentada en nuestra sociedad por el feminismo radical con sus consignas libertarias de “MI CUERPO ES MÍO Y HAGO CON ÉL LO QUE QUIERO”. Error craso puesto que el cuerpo que la mujer lleva en su seno es otra criatura completamente diferente a ella con distinto ADN o cadena cromosómica distinta e incluso con diferente RH, como cualquier persona medianamente informada sabe. Pero las multinacionales del aborto saben perfectamente que su macabro negocio pasa porque las embarazadas tengan la menor información posible de lo que llevan dentro. De ahí que en las clínicas abortivas no se les informe de nada o se les dé una información tergiversada de lo que le van a hacer. En muchas de ellas se les dice a las chicas que es como un grano que le van a extirpar y que acabará con sus problemas. Pero de ecografías ni hablar, no sea que la chica vea latidos y vida y se arrepienta. En ese sentido es de agradecer y además importantísima la labor que viene haciéndose desde la PLATAFORMA CÓRDOBA POR EL DERECHO A LA VIDA a la puerta de los abortorios, tratando de informar a las chicas sobre la salvajada que van a practicarle, ofrecerles todo el apoyo posible, humano y psicológico, para llevar adelante su embarazo y tratar de que reconsideren su fatal decisión. Y ya se ha conseguido salvar muchas vidas en toda España y en el mundo entero. Esto es un tremendo grano, en sálvese la parte, que le ha salido a los abortorios y a las multinacionales de este crimen en todo el mundo. De ahí la ley que pretenden aprobar en el parlamento español para multar e incluso encarcelar a estas personas que valientemente pelean por la vida de los no nacidos. Pero ¿qué se va a esperar de políticos que ven normal el magnicidio que se está cometiendo a nivel mundial o que miran hacia a otro lado?.

La hipocresía de una sociedad que se le hinchan los ojos hablando de libertad,  de democracia y de respeto a los derechos humanos, que incluso ven en el holocausto judío de la segunda guerra mundial (5 millones de judíos exterminados) un crimen execrable, como no puede ser de otra manera, y sin embargo no quiere ver el exterminio de miles de millones de criaturas en el seno de la madre pisoteando el derecho más fundamental de la persona como es el derecho a la vida.

Pero no quiero acabar esta carta si expresar mi esperanza de que más tarde o más temprano la raza humana se dé cuenta del horroroso crimen que ha avalado durante años y de marcha atrás tal como acabamos de ver recientemente en la película UNPLANNED que, aunque silenciada por los principales medios de comunicación en España, hemos tenido ocasión de ver en alguno y que ha sido como un rayo de luz por el que se cuela la esperanza de que un día, no lejano, la vida humana desde su concepción hasta su extinción por causas naturales sea respetada en todo el mundo.

Abortorios, multinacionales de este terrible crimen, LA VIDA HUMANA NO ES UN NEGOCIO y vosotros no podéis convertiros en árbitros que decidan sobre ella. El derecho a la vida del nasciturus está recogido en las constituciones más importantes

del mundo precisamente por eso, porque es un ser humano indefenso y este, su derecho a vivir, es INALIENABLE.

5 Comentarios

  1. En mi familia hemos vivido en primera persona la desgracia del aborto. Mi sobrino de 17 años dejó embarazada a su novia de 16 años hace unos meses y a pesar de que la mayor parte de la familia nos opusimos, fueron directos a pedir cita en una clínica abortista. No atendían a razones, les suplicamos que dejaran vivir al bebé, que le dieran en adopción. Fue inútil, mi sobrino decía “no pasa nada por abortar”. El padre de la novia, siendo menor, apoyaba el aborto, la madre no. Fue finalmente la decisión de un juez la que autorizó el aborto, que se realizó el pasado 7 de junio en una clínica de Madrid. La herida sigue abierta, todavía lloro por este inocente, y sobre todo lloro por la pérdida de humanidad de estos jóvenes padres que mataron a su hijo sin ninguna compasión.

  2. Desgraciadamente seguimos estando en el “no saben lo que hacen” de hace 2.000 años.
    Es la consecuencia de haber sacado a Dios de nuestras vidas.

    • En el caso de mi sobrino ha sido criado en una familia católica con una madre muy devota, aunque él nunca ha querido practicar ni ir a misa. Ha sido un shock para todos la monstruosidad que ha cometido, es como si estuviese poseído. Se le ha metido el demonio por algún lado: consumo de drogas, el adoctrinamiento en el colegio, la televisión, la música, los videojuegos… Desgraciadamente muchos de nuestros jóvenes han sido corrompidos.

  3. El aborto se introdujo en el mundo en los años 20 en la URSS, por parte de Lenin. Y en España hubo aborto (aprobado, para más inri un 25 de diciembre de 1936) en plena guerra en zona roja, promovido por la anaquista F. Montseny, aunque esta asesina (incluso de los suyos a quienes traicionó según ellos) ministra anarquista, hoy disfruta hasta del reconocimiento de calles y colegios con su nombre.
    El derecho a la vida, recogido en la Constitución que tanto idolatran los “constitucionalistas”, es vulnerado totalmente y ni siquiera los jueces del Tribunal Constitucional salen en su defensa, y eso que se dieron mucha prisa para declarar “constitucional” la profanación de la tumba de Franco.
    No obstante, no es lo mismo el asesinato del no nacido que matar en defensa propia o la pena de muerte (especialmente en tiempos de guerra, en los que incluso se fusila tras consejo de guerra a desertores o soldados que se duermen en las guardias si como consecuencia de ello el enemigo mata soldados propios). Los abortistas alegan que muchos de los que defienden el derecho a la vida del no nacido, defienden también la pena de muerte, especialmente en USA, como si fuera equiparable un caso a otro. La pena de muerte puede ser muy discutible, sin duda, pero no es lo mismo que el asesinato del más inocente de entre los inocentes. Y ahí no hay hipócrita y farisea consideración económica ni materialista que valga. Precisamente es la ausencia de valores cristianos los que han traído el aborto, porque en los felices años cuarenta (sí, sí, felices, aunque les suene a barbaridad. Aunque no lo cuenten, hubo un baby boom a finales de los treinta y primeros cuarenta en España y mucha alegría que compensó con creces las penurias de la posguerra. En muchas ciudades hasta tuvieron que prohibir las fiestas por el fin de la contienda y no es broma), con la mayoría de población pobre (y sin pañales siquiera), los niños y niñas nacían en familias numerosas y se les acogía como lo que son, un regalo de Dios, una alegría inmensa. Pero claro, aquello era una España sana física, mental y espiritualmente, hoy totalmente desconocida porque se oculta en todo centro de “estudios”.
    El aborto no tiene solución política (al revés, mientras haya política habrá aborto creciente). Si no hay vuelta a Dios de toda la humanidad, a los valores de los Evangelios, nada que hacer.

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