En otras épocas, “charlatanes y vendedores de crecepelos” tenían fama de timaores. Pero, así y todo, eran en la mayoría de los casos, hombres que solo buscaban, poder comer cada día. Aquellos, no desaparecieron, solo han cambiado de status. Hoy se encuentran entre nuestra clase política, pero lejos de intentar malvivir, viven como dioses, a costa de nuestros impuestos, y lo que es aún peor, arruinándonos la vida y el futuro de nuestros hijos.
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No se deje tomar el pelo, por esos charlatanes de crece-pelos. Esos que están todo el día, prometiendo y asegurándoles que le van a arreglar la vida. Esos que no dejan de hacer leyes nuevas “para mejorar el bienestar social”, pero que realmente, el fin de las mismas, es garantizarles, su buen vivir. Están todo el día diciéndole lo que tienen que hacer usted, para ellos, hacer justo lo contrario.
Incluso si usted, está asqueado de la gestión política en España, seguro que ha oído hablar, charlotear, de la Ley de Protección de Datos, al igual que de la Ley de Transparencia. Dos leyes muy importantes, si realmente se utilizaran con el fin por el que fueron elaboradas. Pero no, no sea usted iluso, su único fin, es el de evitar que los ciudadanos, nos enteremos de los gastos absurdos, e inmorales en muchos casos, además de los infinitos privilegios que no dejan de auto otorgarse.
Antes de la entrada de la Ley de Transparencia, un triste concejal de un ayuntamiento -ejerciendo el fin para el que democráticamente, había sido elegido por sus conciudadanos- cuando solicitaba alguna documentación al gobierno de esa misma administración, este estaba obligado a abrirle el archivo, y eso sí, acompañado de un funcionario, podía ver cuántos expedientes, le diera en gana. Con la entrada en vigor de esta ley, ese mismo concejal, se las ve y se las desea, no para ver un expediente, si no, para poder ver, el más simple de los documentos. Con la ley de Protección de Datos, también se habrán dado cuenta, que solo esta para penalizar a los nindundis, ley que todos las multinacionales y clase política en general, se van saltando como mejor, les va apeteciendo.
Si usted, y tras leer estas líneas, piensa que solo se da en los partidos más cercanos a su color, lamento decirle, que está usted muy equivocado. Todos comparten esa misma afinidad, por lo menos a partir del momento en que tienen responsabilidades de gobierno. Por debajo de la mesa, los distintos partidos, se ponen de acuerdo en todo lo que tiene que ver, con su mejor supervivencia y muy alejado, en general de la del Pueblo, el que les paga. Naturalmente, tienen los papeles perfectamente repartidos; Ponen la cámara en los más simples y elementales que solo buscan un poco de gloria, Como sucede con el Coletas, su “casoplon” y toda su tribu. Mientras que fuera de cámara, los más aventajados y más discretos, son los que verdaderamente, se benefician y a lo grande.
En definitiva, unas leyes con las que ellos, los políticos, deciden cuándo ha de enterarse usted y cuando no, de su gestión de gobierno. Unas leyes, para que ellos, puedan saber hasta el más mínimo detalle, del contribuyente en cuanto a lo fiscal, pero también, en cuanto a su vida social. Le suena aquello de la película de ciencia ficción de “el ojo que todo lo ve” pues, ahí estamos, el futuro, ya está aquí.