Es impresionante lo que estamos viendo delante de nuestros ojos. Presidentes del gobiernos, reyes, líderes mundiales, políticos, parlamentarios, médicos, enfermeras, presentadores de televisión… En nuestra vida nunca habíamos visto a tantos vendedores de farmacia y de tan “altas categorías” en los departamentos comerciales de ninguna farmacéutica.

Sí estábamos acostumbrados a ver en los hospitales y centros de salud al típico vendedor de farmacia que, maletín en mano, accedía a los despachos de los médicos a ofrecerles los habituales “premios” por promocionar su medicamento, pero lo de ahora es impresionante.

En comisiones toda esta gente debe estarse llevando auténticas millonadas porque su enfervorecida promoción del brebaje no es normal. E incluso llegan hasta extremos exagerados llegando incluso a insultar a todos los que rechazan la inoculación.

Pero lo que hemos visto en la televisión estadounidense ya nos parece exagerado porque es que el tipo, además, no tiene ni puñetera gracia. Se trata del programa del “progre” Stephen Colbert en la cadena, también progre, CBS. Parece que el afán por vender, no solo les ha hecho perder la ética, la moral y los principios, también les ha hecho perder la dignidad porque no se puede hacer más el ridículo.

Imaginen la pasta que se llevará este sujeto por hacer el tonto de esta forma.

3 Comentarios

  1. Si deseas escapar de los estragos de la vida moderna, debes entender que la humanidad está poseída satánicamente. Hemos sido inducidos a los rangos más bajos de un culto satánico basado en el cabalismo judío, los Illuminati (es decir, la masonería).
    Esencialmente, el cabalismo se trata de poner patas arriba el orden natural y moral (es decir, la “revolución”) para que el mal sea bueno, la mentira sea verdad, el enfermo sea saludable y lo antinatural sea natural. El objetivo es reemplazar a Dios (el Diseño del Creador) con Lucifer que representa los intereses y perversiones de los cabalistas.

  2. La principal prioridad de los cabalistas ha sido obtener un monopolio sobre nuestros medios de percepción, los medios de comunicación. Los cabalistas no creen en la realidad objetiva. Creen que la realidad es lo que ellos piensan que es. Inventan la realidad (“noticias falsas”) y van tan lejos para crear eventos terroristas falsos que presentan como reales. No pueden distinguir entre verdad y ficción. Debido a esto, la “imaginación” es una fuente de verdad altamente sobrevalorada y poco confiable, y un mal sustituto de la experiencia mística.

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