pecado

El reconocimiento del pecado terrorista etarra y sus consecuencias horrendas, hecho el día 18 de octubre de 2021 por un tal Otegui, implicado en esa banda antiespañola y marxista, no tiene nada que ver con el arrepentimiento y petición de perdón público ante aquellos atropellos diabólicos que sembraron de sangre, dolor y desgracias criminales en familias, militares, empresarios y ciudadanos inocentes.

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Solo se puede absolver cuando, además de reconocer el pecado, se manifiesta una inconfundible petición de perdón.

Limitarse a una declaración pública del horrible pecado genocida e indiscriminado en muchos casos (que clama pena capital de estricta justicia en ley natural y divina-positiva), no es más que un número teatral leído en un papelito redactado por la política independentista y lacaya, como “la voz de su amo”, para cosechar como contrapartida el acercamiento a casa de terroristas encarcelados, y que no denota ninguna sinceridad del declarante, con el agravante como inconsecuencia de la actividad en un partido independentista llamado Bildu, y que no sigue asesinando por impotencia logística, no porque no quisiera si pudiese.

Señores independentistas, chulescos antiespañoles: “la confesión de boca” no es suficiente sin la “contricción de corazón”, y menos sin “propósito de la enmienda”, al mantener el rescoldo revanchista del independentismo anacrónico y antipatriótico, ni “satisfacción de obra” reparando en lo posible los daños causados, como serías documentar y delatar a los autores de tantos crímenes aún no aclarados ni resueltos, y resarcir en lo posiblemente social las catástrofes materiales de los bambazos incontrolados en vehículos, edificios y familias.

Hay otra cuestión más sospechosa contra la sinceridad de esa declaración del pecado: el haberla hecho a distancia de diez años.

Tanto tiempo sin darse cuenta de los casi mil asesinatos por esa terrorífica banda y sus consecuencias familiares, políticas y económicas?

¿Con Franco se gastaba tanto dinero en guardaespaldas y en artificios desmontadores de bombas?

¿Quién les ha mandado, insinuado o pactado esa declaración, leída con maloliente sabor a insinceridad hipócrita?

El pueblo español también ha pecado de falta de exigencia de justicia proporcionada de pena capital para erradicar a tiempo aquella masacre casi diaria de inocentes, multiplicando manifestaciones contra ETA, que ya resultaban aburridas por inoperantes, sin la sanción estrictamente proporcionada, como es erradicar a los elementos de peligrosidad pública, en defensa de la paz social y el normal funcionamiento del progreso integral nacional.

Quedan otros muchos pecados aún no reconocidos en ese capítulo terrorista y esta vez faltan los de los colaboradores y encubridores de tantos jerarcas eclesiásticos vascos que han creado la banda en un seminario diocesano vasco.

Cómplices por pecado de omisión, comisión y encubrimiento, ocultando terroristas y bombas en torres y sacristías, como el que captó mi amigo don Antonio Tejero, en una inspección judicial, encontrándole al Párroco la pistola escondida en el Sagrario de su parroquia.

¿Cuándo esa parte del clero vasco hará su declaración de complicidad vergonzosa y profanadora de su sublime misión santificadora…?

Y a ver cuándo estos “paradisiacos demócratas progresistas” nos reconocen que esto con Franco… ¡no pasaba!

2 Comentarios

  1. El Delincuente : es un tío muy valiente, pero cuando lo detiene la guardia civil ensucia los calzoncillos, el tiro en la nuca es de cobardes que no quieren que le vean la cara cuando disparan a alguien y por eso siempre lo hacen por la espalada, e comprobado la suerte que tienen estos desgraciados, o no son condenados o pronto son indultados, esta es la justicia que existe en España, tiene más castigo el que para dar a sus hijos de comer roba una gallina, que el que asesina, de este cerdo de la foto ya no voy a hablar porque le tengo tanto asco que me dan ganas de vomitar.

  2. Muy bien dicho, padre.

    No hace falta ser de su confesión para reconocer su valor y el valor de sus palabras.
    Tampoco para reconocer en las enseñanzas de su pastor, una guía de vida.

    Yo soy aconfesional y además fui roja. Roja ya no lo soy, lo de volver a creer ya lo veo más complicado. En cualquier caso no es óbice el no ser de su iglesia, para reconocer que la bondad que pueda haber en mí, se la debo a sus enseñanzas.

    Pasan los tiempos y con ellos las “modas”, pero los hombres no cambian y si fue un hombre poderoso quien permitió el triunfo de la iglesia, otros hombres poderosos ahora quieren el triunfo de su antítesis, y la misma voluntad y determinación de los hombres, hoy como ayer, será lo que inclinará la balanza de un lado u otro.

    Yo me pregunto muchas veces, qué hacen hombres de su iglesia votando al demonio pesoETA?. O qué hacen hombres que se reconocen católicos (Bono) militando en su contra?.
    Es entonces cuándo me doy cuenta de que no se puede ser laxo y que la iglesia puede que sea la casa de todos, pero que se debería haber reservado el derecho de admisión. Así, tal vez, con la estricta exigencia, el pecador lo hubiera sido de verdad arrepentido y la absolución hubiese tenido un valor. El acto de contrición falso como una suerte de indulgencia, ha sido el pasaje para la perversión, al no haber sido la iglesia exigente con la pureza en el arrepentimiento y la sinceridad en su manifestación.

    No quiero juzgar el todo por la parte, pero eso tan manido de: “no pasa nada, luego voy y me confieso” le restó toda su carga de profundidad al hecho en si de limpiar el pecado cometido. No es de recibo que todo el proceso de limpieza del alma (reconocimiento del pecado, acto de contrición, propósito de enmienda y reparación) se convirtiera en un hueco trámite burocrático, porque de aquellos barros estos lodos. Ahora, “burocratizado” el hombre, ya sin su alma condenable, el camino de perdición partió de una iglesia permisiva que marcó el camino de la laxitud a todo lo que vino detrás. Ahora creyentes o no, nadie entiende que la mala obra debe tener su castigo, porque es pareja indisoluble. Que toda mala acción tiene consecuencias si no se repara para volver a empezar de nuevo. Sea para no pecar más o para volver a hacerlo, el hombre nunca debió olvidar que ese arrepentimiento era indefectiblemente una vuelta atrás al mismo punto de partida y vuelta a empezar de nuevo en su último momento de virtud, y no un continuo de pecado sin fin como lo es ahora.

    No hay moral ni ética del tipo que sea, porque ya no hay pecado, y en esa eliminación del mal, en ese perdón de todo, no puede haber penitencia.

    Dicen Uds una contradicción en si misma, pues si Dios hizo al hombre a su imagen y semejanza, la mezquindad también anidaría en Él y es algo que no cabe en un ser elevado. Sí lo imagino iracundo y vengador (que no vengativo), pues justicia y venganza son como las hermanas gemelas que se reparten los dones en el útero y siempre hay una que se lleva lo mejor, dejando a la otra las sobras (doy fe), pero mezquino no, no puedo imaginar ningún Dios con bajas pasiones.
    También me parece un “apaño” para poner el parche a la chapucilla, eso del libre albedrío, porque como es libre igual que lo es el hombre por definición, el cura, el obispo y el papa escogieron de su libre albedrío hacer el mal y con él favorecer al demonio y su obra.

    La laxitud en el perdón sin arrepentimiento sincero, la instauraron Uds no excomulgando a beatas maledicentes, ricachones impenitentes y poderosos de a Dios rogando y con el mazo dando. Hoy los fantasmas de su pecado persiguen a su iglesia y un papa miserable guía su rebaño complaciente con el mal y obediente con sus dictados y designios.

    Sé yo más de su Apocalipsis (de Juan de patmos) que todos sus fieles juntos. Pero cómo no esperar que en masa hayan obedecido a la bestia y dejado ponerse su marca, si su connivencia con el poder ha sido ejemplo?.

    La iglesia perdió por el camino a Cristo y otro lo recogimos pues el hombre nace con la memoria del bien y del mal, y no hace falta estar dentro de ninguna congregación para hacer lo correcto. Solo tenían que hacer una cosa: el seguimiento de la observancia, pero se perdieron en la burocracia que despista, pierde y todo lo enmierda. Ahora tienen en el trono de Dios o de San Pedro que para el caso es lo mismo, a un apóstata en lugar de a uno de esos curas humildes, valientes y sacrificados como los que murieron por atender a enfermos de covid despreciando su vida; igual que en el trono de los hombres tenemos a los representantes de la bestia…..era la consecuencia lógica de apartarse del camino de la virtud.

    No! No todo vale y en ningún caso el fin justifica los medios. Si en lugar de enredarse en tanta doctrina y tanta revisión de la misma, hubieran sido más simples haciendo incapie en 4 preceptos básicos, cualquier creyente por simple que fuera, no se hubiera perdido en tanto marasmo y hoy sería capaz de distinguir entre el bien y el mal. Mire que es simple, pero cuando ya se entra en interpretaciones de “autor”……el mal entra por la puerta al tiempo que el bien salta por la ventana aterrado ante la perspectiva de ser contaminado, es lo que me pasó a mí, por eso dudo que vuelva a su seno.

    El bien no puede ser condicionado, relativizado o equidistante, al tiempo que debe poner condiciones. No sé es bueno y “perdonable” hasta la siguiente maldad, no se es virtuoso a tiempo parcial, toda la vida del hombre debe ser un camino de perfección, entonces, en esa voluntad aunque se erre en su tránsito, el camino será el correcto.

    Perdonando al pecador sin propósito de enmienda, la iglesia inició su particular camino de perdición. Hoy esos mismos cínicos pecadores falsos arrepentidos, trabajan para darle su estocada final. Cria cuervos…….

    Con el poder precaución y desconfianza por principio, no sería tal si fuera de fiar. Seguro que Ud tampoco cayó en la cuenta de que nada que venga de la corrupción es altruista y puede ser bueno per se. Seguro que no desconfío como tantísimos otros de la intención oculta y se pinchó (cuestión de porcentajes matemáticos no de adivinación, es una simple operación. Los pocos que no, somos tan pocos que ya nos conocemos todos), o en su defecto, aún siendo bueno de origen, una vez pasado por el contaminante del objetivo espúreo de gentuza siniestra, si no lo era tanto, era de lógica aplastante (por su propia naturaleza del mal) saber que no iban a corregir su error: propósito de enmienda. Ahora la marca de la bestia corre por sus venas y, perniciosa o inocua da igual, porque ya les ha hecho esclavos y a todos con Uds.

    Que pase Ud un buen día.

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