unanimidad

Cuando Francisco Franco fue elegido Jefe del Gobierno del Estado Nacional en una reunión en Salamanca de los altos mandos militares del sector del Ejército que se había levantado en armas contra la República, que en principio su objetivo únicamente era el derribar el gobierno del Frente Popular y acabar con la supuesta amenaza de una revolución proletaria marxista-comunista (el General Mola dijo en una alocución radiada: “Quiero que el marxismo y la bandera roja del comunismo queden en las Historia como una pesadilla”, lo fue por unanimidad. Ahí nació El Caudillo, por la gracia de Dios.

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Para llegar a esa unanimidad, alguien le recordó al General Miguel Cabanellas, republicano, con destacados servicios militares en Cuba y África, de ideas liberales más moderadas que las izquierdas radicales gobernantes, y que se oponía a la elección de Franco para el mando de todos ellos, que su condición de masón no le favorecía ante quien, con él o sin él, iba a ser nombrado para tal puesto. Se logró absoluta unanimidad rápidamente.

Al final no le valió para nada porque lo primero que hizo Franco cuando obtuvo el poder fue apartar a Cabanellas de cualquier cargo de responsabilidad, como represalia por su pasado masón y republicano, y por haberle puesto obstáculos a su camino hacia el poder absoluto.

En el XL Congreso Federal del PSOE celebrado días pasados, cuyo anfitrión fue el presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, ese que dijo que “La bandera de España no sirve para nada” y a instancia del que se ha incluido la desconcentración de estructuras del Estado que busca ubicar en otras partes del territorio, fuera de Madrid, organismos con el objetivo de caminar hacia una “España policéntrica“, Pedro Sánchez ha vuelto a ser elegido y aprobado sus propuestas por absoluta unanimidad. El actual Cabanellas era Felipe González, el que se sentía “huérfano de representación”, que abandonó el marxismo y dimitió como Secretario General del partido hasta que logró su objetivo de llevarlo a la socialdemocracia y así él poder llegar a ser Presidente del Gobierno, y que ahora, rico económicamente y rendido de tantas conferencias e ingresos derivados de su magnífica agenda de contactos, vuelve al origen marxista del impresor Pablo Iglesias, no sabemos a instancias de quién ni por qué; solo que, con ello, ya no queda nadie dentro de ese partido que nos devuelva la ilusión a una serie de personas que confiábamos en él, y pare la deriva marxista a la que llevan a España. Tenemos nuevo caudillo, por la gracia del PSOE.

Hasta el Papa y su infalibilidad, que reclama utopías izquierdistas y pide salario universal y reducción de la jornada laboral, porque el sistema actual nos “está llevando hacia el abismo”. Las sandalias del pescador han sido cambiadas por las botas de un gaucho y sus boleadoras de combate o de caza mayor.

En las mejores escuelas de negocios de todo el mundo se enseña que cuando en cualquier reunión en la que hay que tomar una decisión, la que sea, hay absoluta unanimidad, conviene hacer un receso y pensarlo dos veces, porque la mayoría de las ocasiones no es que todos estén de acuerdo, sino que temen al caudillo de turno y las consecuencias que puede acarrear disentir de sus opiniones.

En resumen, la unanimidad es signo de autocracia, reflejo de miedo ante cualquier tipo de dictadura, ejercida por un minúsculo grupo que ya ha tomado con anterioridad la decisión final y que presenta a su siguiente escala en el mando y así hasta llegar al último peón de la pirámide, pública o privada, a fin de dar aspecto de democracia a hechos consumados.

La ponencia marco presentada al Congreso Federal del PSOE está llena de referencias al desarrollo sostenible, la ecología, medio ambiente, tecnología digital, feminismo, LGTBI+, diversidad de géneros, conectividad, humanismo ilustrado, cambio climático, reto demográfico, autocomplacencia, obsesión con la ultraderecha a la que nombra en multitud de ocasiones,  corrupción estructural del PP, 142 años de historia socialista, los y las socialistas y, de forma muy reiterada, a la SOCIALDEMOCRACIA, queriendo enmascarar los conceptos en los que basan su política, en unas jornadas en las que no se ha visto ni una sola bandera española entre los más de 5.000 asistentes y que ha acabado con el canto de La Internacional, puño izquierdo en alto por parte de un elevado porcentaje de ellos, atacando verbalmente “la polarización que pretenden los partidos extremistas que disuelven la democracia” (supongo que incluye ahí, sin citarlos, al PP y a VOX) porque “La pobreza es el resultado del fracaso del sistema, el resultado del injusto reparto de la riqueza, de la falta de redistribución y el mejor instrumento para acabar con ella son las políticas progresistas llevadas a cabo por nuestro partido socialdemócrata”.

Un Congreso Nacional, Federal, o como quieran denominarlo en cada partido político, es algo así como una Junta General de Accionistas de una empresa privada, en la que se aprueban, o no, las actuaciones llevadas a cabo y se faculta o apodera al Consejo de Administración para una serie de temas, y solo para esos; cuando algún apoderado de cualquier empresa privada conculca o se excede en alguna operación para la que no tiene poder conferido, es despedido e incluso puede exigírsele responsabilidad judicial a título personal por su actuación.

No hay espacio en estas líneas para exponer las 304 páginas a letra pequeñita, para que no la lea nadie, de lo allí acordado, o sea, lo facultado a los órganos de poder socialista, cuyo resumen, si desean, pueden consultar en este enlace, y que en líneas generales podríamos resumirlas así:

Hace hincapié en su posición laica, reconsiderar la tributación sobre la riqueza, caducos dogmas del neoliberalismo, sus valores republicanos, la reforma de la Constitución para establecer el federalismo, blindar la función social de la vivienda, la aprobación del cannabis para uso medicinal, y reformar el mecanismo de elección del presidente del Gobierno para poder perpetuarse en el poder. En cambio, no hay referencia ni cita alguna que autorice a pactar con Unidas Podemos, con ERC, con Bildu (al día siguiente Otegi manifestó: “Tenemos –primera persona del plural- a 200 presos y tienen que salir; si para eso tenemos que votar los Presupuestos, los votaremos”. Aquí alguien empieza mintiendo), ni sobre concesiones de amnistía para presos por sedición, ni de retirada del Ejército y/o Fuerzas de Orden Público Nacional de ciertas CCCAA, ni referéndum y ni una sola línea que vaya contra la unidad de España como nación.

El XL Congreso del PSOE ha servido, por encima de cualquier otra consideración, para tratar de desmontar el cariz marxista en el que en estos momentos está encuadrado el partido., tratando de dar un aspecto más centrado de cara a las relaciones económicas con La Unión Europea, políticas con Estados Unidos, y a ampliar el arco de sus votantes, habiendo sido facultado (apoderado) para ello por sus afiliados distinguidos que lograron su asistencia con los votos delegados del resto de afiliados. Si cumple con ello, lo habrá hecho con su propio deber como líder de esa Asamblea General Socialista; si no cumple con ello, que sus afiliados y el resto de los ciudadanos españoles se lo demanden.

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Antonio Campos nació en Ciudad Real, en la España del queso amarillo y la leche en polvo de los americanos. Licenciado en Económicas, Diplomado en Humanidades, PDG por el IESE. Ha trabajado durante muchos años en un importante grupo multinacional del sector financiero, al que reconoce estar agradecido por haberle dado la oportunidad de desarrollarse profesional, académica, personal y humanamente. Conseguida cierta estabilidad profesional y dineraria, volvió a su verdadera pasión de juventud, escribir; desde entonces, han sido cuatro libros y unos dos mil artículos de opinión, económica y política, publicados en diferentes medios de comunicación, pretendiendo conjugar la libertad individual o personal (el progresismo) con la libertad económica (el conservadurismo), elogiando las ideas y no las ideologías. Y lo hace, dice, pretendidamente independiente, ideológica y socialmente, con la libertad de quien tiene libre el tiempo, el pensamiento y la palabra.

2 Comentarios

  1. Felipe Gonzalez tiene cientos de millones en 15 paraisos fiscales.

    Ved el Expediente Royuela para saber de esto y mucho más.

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