Estamos a principios de octubre de 2021 y, para analizar el momento en el que nos encontramos de todo el tema Covid-19, se nos ocurre que una buena metáfora puede ser el de cierta “calma antes de una tormenta”.
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En efecto, experimentamos ahora mismo cierta sensación de “calma”. Los medios de comunicación de masas informan de que las cifras de incidencia del Covid están bajando, lógicamente con la intención de subrayar que ello es debido a “lo bien que están funcionando las vacunas”. En realidad, como sabemos, las autoridades políticas y sanitarias pueden manipular a su antojo, hacia arriba o hacia abajo, el número de nuevos “casos” declarados: simplemente, haciendo menos “cribados”, menos test PCR, o dando instrucciones secretas para que éstos se hagan a menos ciclos. Ahora mismo, como lo que conviene decirle a la población es que “los casos están bajando”, pues se cursan las instrucciones oportunas y se afirma que hay “menos casos”. Se relajan ciertas restricciones de la vida social y parece que todo va volviendo por fin, poco a poco, a algo parecido a la antigua normalidad. A la vez, sin embargo, se oculta sistemáticamente las numerosísimas muertes y gravísimos efectos secundarios adversos producidos por las vacunas Covid-19.
Nos tememos que este periodo de “calma” no va a durar mucho. Por un lado, y según están avisando personalidades de primera fila dentro del colectivo anti-plandemia, como entre nosotros la doctora Martínez Albarracín, se aproxima el invierno y una probable ola de muertes que afectará básicamente a personas vacunadas, cuyo sistema inmunitario ha quedado gravemente debilitado por las inyecciones Covid-19. Están por ver las dimensiones reales de esta temible catástrofe, cuyas consecuencias somos ahora mismo incapaces de anticipar. Evidentemente, las autoridades desligarán todas esas muertes de la vacuna, atribuyéndolas a una “nueva variante”, a un “nuevo virus” o incluso tal vez intentando culpar de algún modo a los no vacunados, “negacionistas” y “antivacunas”, que podrían -podríamos- servir como chivo expiatorio para la furia de una población que se niega a ver lo que está ocurriendo delante de sus ojos.
Esto, como decimos, por un lado. Por el otro, puede añadirse desde muy pronto, seguramente a unas pocas semanas vista y dentro aún de este mismo mes de octubre, una crisis mundial causada por la quiebra de la constructora china Evergrande y por un sistema financiero en estado ruinoso y en absoluta bancarrota en el caso de la Unión Europea, según lleva meses denunciando el reputado abogado alemán Reiner Fuellmilch. A lo cual hay que agregar que la cadena mundial de suministros está próxima a colapsarse, lo cual forma parte del plan diseñado desde hace años por las élites globalistas. Las restricciones asociadas a las medidas anti-Covid de los distintos gobiernos llevan dieciocho meses tensionando los delicados equilibrios de la cadena internacional de suministros, esencial para el funcionamiento de la economía mundial… y para que pueda haber alimentos en los supermercados. En fechas recientes, esa esencial cadena de transportes y logística viene dando muestras alarmantes de estar incurriendo en fallos sistémicos, no accidentales, casuales ni transitorios. Como decimos, se trata de un fenómeno querido y preparado por los globalistas, como ya se filtró en septiembre de 2020 en un documento del Partido Liberal canadiense que detallaba la hoja de ruta prevista para el año 2021 dentro del gran plan de Klaus Schwab y sus secuaces para la década 2020-2030.
De manera que podemos prepararnos para un otoño-invierno de continuos sustos, que tienen como objetivo poner de rodillas a la población mundial y obligarnos a todos a agachar la cerviz y aceptar la “solución” que, en medio de un caos insoportable, nos ofrezcan conjuntamente -tal vez en 2023 o 2024- el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, El Foro Económico Internacional, la ONU, la UE y todas las demás instituciones globalistas, de las que -con alguna excepción- los distintos gobiernos del mundo se han convertido hoy en cómplices y obedientes servidores. Podemos temer que, si la situación se agrava de modo muy notable (y hay motivos para pensar que lo hará), se pretenderá implantar a nivel planetario el ambiente de dictadura distópica enloquecida, como de capítulo de Black Mirror, que hoy existe ya en ese banco de pruebas de los globalistas que está siendo Australia. En Europa, las dictaduras sanitarias instauradas en Francia por Macron y en Italia por Draghi buscan amedrentar a los no vacunados y obligarlos de facto a vacunarse: seguramente, como ya ha señalado algún sagaz analista, para que no exista grupo de control con el que comparar cuando empiece la oleada de muertes en la parte de la población que sí ha recibido la mal llamada vacuna.
Mientras tanto, en España parecemos estarnos librando de las increíbles medidas, puramente dictatoriales, que se vienen aprobando tras los Pirineos y en el país transalpino. Sin embargo, ello sólo sucede porque la población española, especialmente dócil y aborregada tras cuarenta años de atontamiento sistemático, está cumpliendo las pautas de vacunación previstas por la Élite con una aplicación ejemplar: de manera que no es necesario apretarnos. Mientras tanto, se dan casos tan dramáticos como el de Elia Rodríguez en EsRadio, fallecida tras vacunarse por el ultimátum dirigido por Jiménez Losantos a sus empleados. De ella se nos ha dicho que ha “fallecido repentinamente”, sin más precisiones, uniéndose así a la legión de los personajes públicos misteriosamente “muertos de forma repentina” que están llenando en las últimas semanas las páginas de nuestros periódicos, los cuales pasan de puntillas y corren a toda prisa un tupido velo sobre las causas de su inesperada defunción.
En cuanto a Estados Unidos, se ha señalado también, creemos que con gran acierto, que constituye por muchos motivos un caso especial. Allí, el gobierno federal nunca podría imponer una dictadura como la de Australia. Entre otras razones, porque existe una población fuertemente armada y con cientos de miles de exmilitares y veteranos de guerra capaces de organizar eficazmente milicias independientes y una situación de guerra de guerrillas en los estados rurales de la América profunda: ahora comprendemos mejor la enorme utilidad política de algo tan denostado por los medios progresistas como la Asociación Nacional del Rifle. Una utilidad política al servicio de la libertad.
Por otro lado, tras el descarado pucherazo electoral de enero de 2021 que permitió la victoria fraudulenta del senil y decrépito Joe Biden, se vive en Estado Unidos una situación de pre-guerra civil, con generales que se niegan a vacunar a sus tropas, con oficiales abiertamente insubordinados respecto a la orden vacunatoria y con unos estados conservadores donde ya se está pidiendo abiertamente la secesión respecto a un gobierno federal completamente entregado a los dictados de la élite transnacional.
Finalmente, señalemos que, a corto plazo, el gran bombazo que ya desde muy pronto va a llenar los telediarios en televisión y las portadas de los periódicos es la ruptura, de la que hablamos más arriba, en la cadena de suministros global. Ya hemos visto en prensa noticias sobre falta de componentes, sobre factorías a medio gas; pero esto todavía no asusta excesivamente a la población. El momento crítico llegará cuando las estanterías de los supermercados empiecen a verse medio vacías, y cuando -Dios quiera que nos equivoquemos- lleguen la violencia y el hambre. Es lo planeado por la Élite: ordo ab chao. Es la vieja receta que aplica el esquema de Hobbes: en una situación desesperada, aparecerá un Leviatán salvador. El Leviatán tecnológico que viene siendo diseñado desde hace décadas por las fuerzas oscuras del Nuevo Orden Mundial.
Todo lo cual es un desastre, claro; pero, de alguna manera, tenía que ocurrir. Entre nosotros, Santiago Niño Becerra nos ha explicado desde hace años que el actual sistema capitalista, basado en el dinero fiat y en un endeudamiento monstruoso, está en sus últimos estertores y ya no puede mantenerse más. Es lo mismo que nos ha repetido también Daniel Estulin, especialista en el Club Bilderberg. Reiner Fuellmilch ha señalado recientemente que, en septiembre de 2019, el sistema financiero internacional se encontraba al borde del colapso, lo cual obligó a los globalistas a adelantar los plazos de un plan que, en otras circunstancias, tal vez habría esperado aún un par de décadas más. Un mundo basado en la mentira y en la negación de las leyes del cosmos y de Dios estaba a punto de destapar sus vergüenzas y de revelar ante todos su falta absoluta de solidez, verdad y fundamento. Había que hacer algo. Había que acelerar la implantación del tecno-comunismo mundial, tan querido para el inefable Klaus Schwab, verdadero villano de película tipo Doctor No. Había que empezar a hacer realidad la sociedad de Utopía de la novela de Aldous Huxley. Klaus Schwab es la encarnación perfecta de Mustafá Mond, “Intendente de Europa Occidental” que, en unas páginas memorables, explica a John el Salvaje las bondades de su Sistema, donde los hombres han renunciado al libre albedrío y a las señas más auténticas de su identidad.
Ahora bien: recordemos que, en Un mundo feliz, Utopía sólo pudo implantarse después de una terrible Guerra Mundial, tras la cual desaparecieron todas las religiones para instaurarse una sola religión global, bajo el sacramento del sexo orgiástico y del soma. No son pocos hoy los que señalan que nos encontramos en una tesitura análoga. El llamamiento del Papa Francisco a la vacunación universal, tan increíble como inquietante, refuerza la opinión de quienes afirman que Bergoglio es el gran líder espiritual elegido por los globalistas para su nueva religión sincrética universal. La angustiosa carta publicada recientemente por el arzobispo Viganó lo afirma ya de manera directa, sin ambage alguno: Bergoglio es el elegido de Klaus Schwab.
Estamos, sin duda, en el Fin de los Tiempos profetizado en el Apocalipsis. Estamos en los tiempos del aviso, el milagro y el castigo del que hablaron las niñas videntes de Garabandal. Los tiempos se aceleran de una manera inaudita. Van a suceder en los próximos años -están sucediendo ya- cosas increíbles, nunca vistas antes en la historia de la Humanidad. Y en esta coyuntura de máxima amenaza y peligro, cuando los globalistas nos propongan la solución satánica de aceptar la Marca de la Bestia, integrarnos en el tecno-comunismo mundial y renunciar a Dios y a nuestra esencia humana, la unión entre los hombres va a ser más necesaria que nunca.
Sí, en efecto: la unión, que es otro nombre para el amor. Porque incluso quienes señalan la formidable fuerza anti-globalista que supone la población armada de la América conservadora añaden, y con razón, que en realidad lo decisivo no son las granadas ni los fusiles semiautomáticos, sino la atmósfera de unión que reine entre los hombres. Y lo mismo vale decir para Europa: aquí no tenemos arsenales en el granero de casa, pero sí podemos tener la unión de los corazones y de los espíritus. La unión que se manifiesta, por ejemplo, en tantas marchas y manifestaciones anti-Pase sanitario -siempre silenciadas por los mass media– como está habiendo últimamente en multitud de ciudades europeas. Una unión que debe ser la semilla de donde, tras muchas tribulaciones, surja la victoria de los seres humanos, el principio de un nuevo mundo y la derrota definitiva de la luciferina élite global.
*Un artículo de Antonio Martínez Belchí
A mi ya hace tiempo que lo que digan los medios de comunicación y eses sanitarios siniestros que llevan me importa una mierda, pues ya se que no hacen más que mentir y no les voy a creer más aunque algún día digan la verdad, yo no veo la televisión ni escucho la radio porque me dan asco y este digital es casi el único que leo, charlatanes de los medios de comunicación, mentirosos, yo no os creo.
Periodistas oficialistas, las mal llamadas vacunas son seguras para llevarte a la sepultura que es a donde quieren mandar a parte de la humanidad.
Una nueva Resistencia nacerá, crecera y se multiplicara en todos los confines de la tierra, la libertad y el amor es y será siempre la sangre que nos une, Dios esta con nosotros, los que fuimos creados a su imagen y semejanza, los eternos indomables.
Ayer cae Facebook, Instagram y WhatsApp y, aquí ni una palabra de lo ocurrido. Pero qué coño os pasa?
Yo con que el dia que acabe toda esta mentira se haga justicia de verdad con todos, TODOS, y cada uno de los resposables directos e indirectos, mandamases y esbirros, amos y siervos de la gleba de esos que se justifican siempre con “yo cumplia ordenes” con que todos estos y alguno mas sean despojados de todos sus bienes, ellos y sus familias, y los asesinos sean descuartizados como cerdos y sus restos lanzados a los perros, yo con que llegue el dia de la retribucion me conformare. Hasta entonces los maldigo a todos ellos.
Todo esto es cierto, coincide con las predicciones de esta humilde oca, y de hecho llevan un poquito de retraso, lo cual al menos es señal de que no va a ser el paseo militar que tenían calculado
Aparte de predecir y de clamar letanías, ya hace mucho tiempo que tendríamos que estar haciendo algo más, algo tangible y real. Para empezar tendríamos que estar rearmando una línea de pensamiento que consista en rescatar lo esencial de la naturaleza humana y quitarle las capas de óxido y mugre depositadas tras un siglo de propaganda cabalística- satanista materialista. Además es sorprendente lo fácil que resulta a veces romper un hechizo fuerte con un simple chasquido de dedos con las palabras y parábolas precisas.
Ejemplo: si la deuda se ha creado con dinero ficticio, como muchos ya entienden, entonces la deuda a su vez también es ficticia. Luego…
Muy buen artículo y, además, clarividente de lo que viene. Independientemente de los planteamientos de tipo profético, los cuales están en todas las culturas humanas, lo que está claro es que el sistema va a colapsar porque la soberbia y la estupidez humana ha superado todos límites de consumo, población, derroche, orgullo y prepotencia.
Nos enfrentamos a un futuro donde la disponibilidad de energía, fertilizantes y materias primas básicas para la civilización industrial y tecnológica va a ser mucho mejor, porque nos hemos dedicado durante un siglo a derrochar como si fuese inagotable. Vamos a un mundo con escasez y altos precios para todo, donde muchas cosas solo estarán disponibles para los ricos, por eso el aumento brutal del dinero “fiat”. La impresora está que echa humo y vamos a la deuda infinita a cambio de papelitos, pero la riqueza real es otra cosa. Cuando la locura de las finanzas infinitas choca con la realidad física todo se cae.
La superélite mundial quiere que sea una voladura controlada, para ellos seguir al mando, con su sistema financiero dopado, que es la base de su riqueza. Estos psicópatas saben que la suerte está echada y saben que si dejan que el sistema colapse sin hacer nada, el tsunami va a barrer todo y a ellos también; y por supuesto a los gobiernos del mundo, que no son más que administradores de fincas (los llamados países). La superélite (especialmente de corte anglosajón y centroeuropeo, con el tito Klaus, ese gran mago negro) quieren pilotar el colapso y por eso lo están provocando. Los chinos tienen su propia agenda y no siempre coincidente con la de la élite occidental, pero la aprovechan a tope.
Vienen tiempos muy duros. No sé si habrá muertes a gran escala con las vacunas, espero que no, francamente. Pero todo esto que estamos viviendo huele que apesta. Parece que ya se ha acabado todo y en agosto estaban hablando de confinamientos. Parece que lo que querían era pinchar a todo el mundo. Cada vez veo más claro que ese era el objetivo, siguiendo un plan preconcebido de antemano. Lo que está claro es que el empobrecimiento va a ser muy bestia, nos comerán el coco con el cambio climático, virus, lo mal que están en África, etc. Nos intoxicarán con propaganda de que debemos ser veganos, inclusivos, tolerantes y solidarios, mientras nos siegan la hierba bajo los pies, al tiempo que los megarricos y sus lacayos gobernantes (desde reyes a presidentes de repúblicas y republiquetas, meros administradores) viajan en jet privado, hoteles de lujo, se pegan buenas comidas, pillan buenas mordidas de este sistema corrupto y tienen una vida regalada para ellos y sus hijos y nietos, por no hablar de otros vicios (confesables e inconfesables) que dicen las “malas lenguas” que abundan en las altas esferas.
El primer paso para salir de esto: desconectar de los grandes medios, tomar conciencia de que casi todo lo que nos cuentan es propaganda y adoptar una estrategia de resistencia pasiva, mínima colaboración con el sistema y no acudir como borregos a las llamadas y convocatorias que se hacen desde poder (desde la ONU hasta el ayuntamiento, especialmente si vives en una ciudad grande o mediana. Son parte de lo mismo).
Quise decir que la disponiblidad de energia, fertilizantes y materias primas va a ser mucho MENOR (no mejor). Mis disculpas.
Vivimos la decadencia de esta civilización hasta la desaparición. Como ya ha ocurrido varias veces