Acabamos de recibir un correo que nos ha partido el alma y que demuestra lo que están sufriendo muchas familias españolas en silencio con la ya puñetera excusa del virus. El drama de las familias que tienen algún enfermo terminal ingresado en uno de esos hospitales o centros que hay en toda España para ese tipo de pacientes.

El drama del enfermo y el drama de unos familiares que no se pueden despedir de su ser querido por las asquerosas e injustificadas normas sanitarias que nos han impuesto. Y ustedes, sanitarios comprados, sanitarios que callan ante estas cosas, vergüenza debería darles todo esto. Ustedes, los que están colaborando con esta mentira, también serán sentados delante de un juez.

“Tengo una compañera de trabajo cuya madre está ingresada con cáncer en el Hospital San Juan de Dios de Burgos, lugar a donde van los enfermos terminales a esperar la muerte.

Sólo permiten subir a la habitación a una persona elegida previamente por la familia. Esa persona será la ünica a la que se le permita visitar al enfermo durante toda su estancia. A ninguna más. Protocolo Covid alegan.

Mi compañera me contaba llorando que no podría despedirse de su madre, que no podría darle el último abrazo, pues la persona elegida ha sido el esposo.
Su madre aún es consciente de todo y sabe que se va a morir. Sabe que no podrá despedirse de sus hermanos, hijos, nietos…
Sólo tiene contacto con ellos por videoconferencia (mientras pueda) a pesar de tener a su familia angustiada en la puerta del Hospital.

Es una vergüenza que no dejen a una persona al borde de la muerte pasar sus últimos días, u horas, con sus seres queridos, aunque sea entrando a la habitación de uno en uno, por turnos.
Encima de que te mueres, hazlo solo, sin el cariño de tu familia.

Ella dice que no se quiere morir, obviamente. Lo que también es obvio es la gran tristeza que sentirá, impotente, desde su cama, por no poder dar el último adiós a sus seres queridos.
Queda poco para que fallezca, aunque ella se está aferrando a la vida, tal vez esperando a que alguien se apiade de su situación y le permita marcharse con al menos el consuelo de haber podido abrazar a los suyos.
Pero parece que nadie va a hacerlo. Morirá en la única compañía de su esposo, que al menos es algo. Al menos él sí le podrá abrazar y besar cuando llegue el momento en que rendido por la espera se deje ir.

Desde vuestro medio quiero hacer un llamamiento a ver si alguien pudiera hacer algo para que ésta familia (y tantas otras) no tenga que estar pasando por éste absurdo.
Tal vez no de tiempo a que esta mujer pueda tener la alegría de abrazar a su familia antes de irse, pero al menos conseguir que otros puedan hacerlo“.

 

1 Comentario

  1. Nueva denuncia del drama que están sufriendo las familias y los enfermos terminales ingresados al no poder ser visitados por sus seres queridos, en el NUEVO ORDEN MUNDIAL narcisista paranoico exterminador. NO EXISTE SALIDA

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