Es increíble que llevemos viviendo más de un año en el que no existe otra cosa en España que el virus y nos encontremos, lo que nos estamos encontrando de las autoridades sanitarias cuando se producen reacciones adversas con las vacunas.

Están absolutamente obsesionados con vacunarnos e incluso con vacunar a los niños y todos parecen haberse puesto de acuerdo para usar el mismo guión y no achacar absolutamente nada a las vacunas, a pesar de que en la mayoría de las ocasiones la relación causa efecto es más que evidente.

En todos los países en los que se está experimentando o directamente inoculando las vacunas en niños se están produciendo casos de miocarditis. De hecho, tal y como hemos informado en los últimos días, en Estados Unidos se va a mantener una reunión de urgencia de los CDC para debatir sobre estas reacciones ante el creciente aumento de niños que sufren esas reacciones.

Pero aquí en España todo eso da igual. Aquí, al gobierno miserable que tenemos solo le importa la vacunación sea como sea. Según publican varios medios, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios asegura con los datos disponibles no permiten concluir que la aparición de miocarditis o pericarditis esté provocada por la inyección contra la covid.

Es decir, mientras se han estado registrando como fallecimientos por el virus incluso casos en los que se había producido un accidente de tráfico solo porque se había realizado una PCR al cadáver y había dado negativo, con las vacunas no pasa lo mismo aunque las evidencias sean claras.

De hecho se llega a manipular incluso la información puesto que el rango de edad del que se habla en España es el de menores de 30 años, cuando la realidad es que se produce en menores de 15. Nos parece hasta mentira que haya tanta gente vacunándose con un producto experimental que encima viene de la mano de un gobierno como este. Muchos se lo deberían hacer mirar porque lo suyo no es normal.

 

4 Comentarios

  1. En Francia hay un estudio que dice que de manera inmediata, se produce 1 muerto por cada 700 vacunados, hagan cuentas. Lo peor será en el medio y largo plazo, cuando el invento de estos genocidas se encuentre a pleno rendimiento. Ojalá me equivoque, pero me temo que se nos presenta un futuro desolador

  2. Bueno, qué decir sobre los negacionistas de los efectos. Si, ahora podemos llamarles así, como están haciendo con quienes quieren demostrar y desmontar este circo. Negar las evidencias, es una neglicencia por parte de cualquiera que ni siquiera investiga los casos, simplemente , lo niega. Una ministra de sanidad, debe preservar la salud de los ciudadanos, antes , durante y después de cualquier situación que pueda influir en la salud. Para empezar, ¿algún médico de esos que están callados o lo contrario, esos voceras busca minutos de gloria, es capaz de afirmar , recomendar, diagnosticar la necesidad de la vacunación, por escrito, de forma generalizada, sin estudiar el estado de cada uno a los que incidan para que se la inoculen?. Habría que verlo. Si aquí cada cual hace de su capa un sayo, pero de responsabilidades nada, se debería exigir que, las afirmaciones y presiones de vacunación que ejerzan públicamente, en el primer caso detectado con motivo de la vacunación, se les llevara a los tribunales por incitar al uso , primero de un experimento y segundo por no informar sobre los posibles efectos secundarios. En cuanto a los menores, la misma definición lo indica “menores”, lo cual implica el consentimiento de padres o tutores que, si son covidianos, facilitarán la autorización para la inoculación. Ahí realmente, se podría aplicar la misma medida de denunciar, pues no olvidemos que, aquellos a los que llamamos covidianos, no es que sean ciegos, sordos o mudos, son auténticos enfermos inducidos por esta plandemia y por supuesto, quienes están detrás de ella. Es triste el panorama a nivel mundial y a grandes males, grandes remedios. Desmontar toda esta farsa, es la única solución para curar, en cierta medida , el daño que ha hecho en muchas personas, aunque tarden en recuperar el raciocinio años.

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