Son muchos ya los agentes de los Cuerpos y fuerzas de Seguridad del Estado que siguen quedando como auténticos villanos por el comportamiento que están teniendo con el pueblo al que dicen defender y servir. En este caso han sido agentes de la Guardia Civil los que han quedado de auténtica pena.
Y es que hace un año, con el famoso confinamiento, encontraron por la calle a un anciano enfermo de alzheimer y además sordo al que multaron por “encontrarse en la vía pública en la carretera ZA-912 de Villardeciervos (Zamora) sin hallarse comprendido en ningún supuesto de los permitidos”, eso sucedió el 3 de abril del año pasado.
Le pidieron que volviera a su casa y al poco rato el hombre volvió a salir a la calle siendo visto, de nuevo, por los agentes de la Guardia Civil que en esa ocasión le volvieron a multar y los agentes calificaron esa acción como grave por desobediencia.
El anciano, de 89 años, vive junto a su esposa que tiene 88 y es quien se ocupa de él. Tras recibir la denuncia, la esposa ha contestado a la misma de la siguiente forma: “En pleno estado de alarma, mi marido sale a la calle sin mi conocimiento. Cuando me doy cuenta de su ausencia, me asomo a la ventana y me percato de que está siendo interpelado por unos agentes de la Guardia Civil”, ha añadido, además, que su marido “está muy sordo y que no se entera de las noticias”.
Qué grandes estos “generales”, ¿eh? Están quedando de auténtica pena cuando ahora tendrían oportunidad de quedar como héroes. Multar a un anciano de 89 años, sordo y con alzheimer. Hay que ser lo peor de los peor, qué grandísima pena y qué gran decepción. Háganselo mirar, señores agentes, háganselo mirar porque lo suyo no tiene justificación alguna.
QUITAROS LOS BOZALES. Y apedrearlo es mejor. Es un PSICOPATA NARCISISTA. y le da igual que le gritéis, eso es música para su cerebro de reptil. Como a Zapatero en centro América, salió por piernas apedreado.