De Andalucía se habla mucho, tanto mal se le hace a esta comunidad que me vio nacer por naturaleza de mi querida madre que, hay veces se le subestima desde hace tiempo y si es en nuestra jerga andaluza nos vemos sometidos según los foráneos a comernos las letras cuando hablamos. Hoy quisiera hablar de los andobas, arañahatos y alobaos del gobierno español; todo por ser más fino y no me ha entrado la cagueta para no ronear, con palabras de chiquillanga. Desde este promontorio le dedico a estos chiribailas y cuartapoyas del momento, que los andaluces sabemos hablar, escribir y expresarnos a nuestra manera.
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Es más, en cada rincón de nuestra geografía tenemos terminologías para dar y tomar. En la parte oriental tiene un aire rustico de las pronunciaciones, no más allá del siglo XVIII, donde podemos encontrar palabras como jermoso, y jermosura, e incluso como dijo en su día el humorista andaluz Manu Sánchez: si miramos el diccionario, el español por supuesto, nos encontramos con que la palabra vocabulario significa: conjunto de palabras de un idioma. Pero antes de que se nos enfade algún filólogo de la corriente oficialista por la petulancia al, pretendidamente, querer llamar a las palabras andaluzas idioma, les aclaro que la palabra vocabulario está aquí tomada en su tercera acepción, es decir: conjunto de palabras de un idioma pertenecientes al uso de una región. Y, el mismo diccionario, da como ejemplo, precisamente, el Vocabulario Andaluz. O sea que, …. tranquis.
Aún hay más, como decía Rodriguez Almodovar en el País en el año 1999.” para ser fino había que reponer todo lo que nos comíamos en nuestras meriendas lingüísiticas, imaginarias, claro está, como las de Carpanta. Ya sería un avance importante en la recuperación de nuestra dignidad lingüística el que se fuera extendiendo la idea de que los andaluces no comemos letras. Más bien son otras letras, las de los bancos, las que nos comen a nosotros. Y eso sí que tiene difícil arreglo.
Lo que no tiene arreglo es lo que he golismeao como un pejiguera en una noticia, la cual, me he pipao y conociendo el percal es parecida a la comida que tuvieron las Fuerzas Armadas en el barco en el asunto de la provincia catalana; un plato de espagueti, con cuatro croquetas, dos bollos y una botella de agua… y a los que voy, con lo visto hoy me ha dado repeluz cuando he visto la comida que le han servido a las Fuerzas Armadas en Ceuta, hace unos días: un refresco, charcutería con dos bollitos, una lata de conserva y una manzana. 20 horas protegiendo nuestras fronteras para entregarles por un tontolohigo, ezaborío y siesomanío, este derroche de almuerzo.
Echar un vistazo aún más colorido y procurando darle un énfasis más gramatical nos remitimos a la RAE, a esa catedral de la lengua que solo hay una acepción para la palabra, sieso, derivada del latín, de ese latinajo que quiere decir: “sessus”, asiento definido como el ano con la, porción inferior del intestino recto. Y, si lo quieres decir y rizar el rizo, a siesomanio , se le puede añadir, podrido, y yo le añadiría siesomanio hasta las trancas.
Volviendo al menú y, mirando hacia atrás el día de nochebuena la pitanza que les dieron en los golpistas y presos catalanes en la cárcel esta suculenta y exquisita comida; una ensalada de navidad, compuesta de espárragos, palitos de cangrejos, maíz y atún. De plato principal, un entrecot en salsa con patatas fritas. De postre, “profiteroles con nata”. Tres para cada preso, según detalla la orden interna de la cárcel. La única extra proteínica que tuvieron las fuerzas armadas que estaban en el acuartelamiento del barco fue un pequeño mejillón. Y…Gracias a Dios, que el mejillón era jembra, al parecer más sabrozo que los machos, claro está, me refiero a los mejillones. Siempre habrá algún siesomanío que piense lo contrario y…como soy cordobés, diré que siempre hay gente pa to.
Este es el trato que les dispensa este Gobierno comunistasocial y apotargao, los socialistas que se gastan los dineros en putiferios, pagando prejubilaciones (según se cuenta y se sigue diciendo, presuntamente) fraudulentas, pagadas a personas que nunca habían trabajado. Y… de comisiones por encima del valor de mercado. Etc, etc…
Los herederos de aquella almáciga, a los conchabaos herederos de la jambre siguen insultando a los que defienden nuestras fronteras, a los que se juegan el tipo ante la avalancha que hemos recibido en las últimas horas y a los que, también, se juegan la vida para salvar la de otros. Es decir: pan pa hoy y jambre pa mañana. Hay un dicho andaluz que dice. La campana no va a misa, pero avisa.