Hay personajes, caricaturas más bien, que no ven, o se niegan a ver lo que todo el mundo a su alrededor. Será el ego desaforado, la chulería malsana, el desparpajo del aprendiz de dictadorzuelo, el síndrome del poder o vaya usted a saber, el caso es que todos olemos el cadáver menos él. El olfato no es su fuerte. Fiarlo todo a las triquiñuelas, el oportunismo, las purgas, los dineros transparentes, traslúcidos y, sobre todo, opacos, lo único que le han generado es una legión de enemigos. Más dentro, que fuera de su zona de confort.
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En un momento de la historia pensó, incauto, que el psicópata no tenía ni medio pescozón y no sabía el aprendiz de Trotsky (o de Ramón Mercader), que el Narciso enfermizo resilia mucho, pero empatiza con él y sólo ÉL. Yo creo que ni la intelectual de su mujer, ni sus hijas, deberían estar tranquilas, así que, imaginen lo que este profesor Batracio le supone al Bello emperador. La más absoluta nada.
Huele a naftalina, sabe que todos lo sabemos y él sabe que todos sabemos que él sabe. De ahí su patético retoce en los anuncios, a cuál más estrambótico de su campaña electoral, que más que campaña, le ha supuesto todo un via crucis lamentable, al constatar, que no, que ni los suyos lo quieren. Triste destino el del cacique con ínfulas de don nadie. Carlos Arniches o Muñoz Seca, se hubiesen hartado a escribir entremeses, de un personaje tan ridículamente divertido. Si al menos tuviese las gónadas, que a poco que tiene la menor ocasión dice tener, pero ni eso. Es un personaje de tebeo, que visto su currículum, tampoco está tan mal.
Este trapisondista e hipnotizador de inocentes o aspirantes a reina por un día, se va a dar de bruces, no sin antes, cual enano saltarín, dar siniestras cabriolas. Me malicio que lo de no ser carne de foco mediático y oráculo de generaciones netflíticas, le van a llevar al diván de algún psicoanalista, miembro sin duda, de alguna barra brava porteña.
Ahora empezará a consumir series de forma desaforada, con todo el tiempo del mundo por delante, pero ya no le importará a nadie; dentro de dos fines de semana nadie se acordará de él. Pero, ojo, porque estos mequetrefes, tienen mucho peligro, ya que sustituyen el arrojo por las emboscadas y los botellones multitudinarios de seis o siete terroflautas, con t. En realidad, es donde él se siente más cómodo, entre adoquines.
Este cruce de bandolero y guerrillero e intelestuá, no da para más, su tiempo toca a su fin y bien contento puede estar porque, aunque en España aunque cualquier pelagatos puede llegar a ministro o tertuliano, ha tenido que trepar por lo más lumpen, para llegar a tan altas cotas de protagonismo.
No imaginemos que se va a ir haciendo mutis por el foro madrileño, no, qué va, se irá, pero no muy lejos y tendremos que soportarlo todavía unos cuantos decenios más, pero ya como si de un Azarías cualquiera se tratase. Quizá aguante tras 4 de mayo algunos coletazos más, pero todos sabemos que su fecha de caducidad venció hace algún tiempo.
*Un artículo de Bienvenido Picazo
El Estiércol :bueno iba a comparar a esta rata miserable con el estiércol, pero es que la rata con chepa me da mucho más asco, jamás vi a ningún ser tan lleno de odio y maldad y que se creyera un Dios todopoderoso como está cucaracha, esta rata y la rata motorizada son las ratas más odiadas.
El hombre mengua y la chepa aumenta…