Si hay un país absolutamente controlado por los globalistas, además de España, ese país es Canadá. Su Primer Ministro, Justin Trudeau, es una de las grandes puntas de lanza del globalismo y ha convertido a ese país en un auténtico infierno dominado por la dictadura LGTBI o la ideología de género, por poner solo algunos ejemplos. Siendo Pedro Sánchez como es, Trudeau es de los pocos políticos a nivel mundial que son similares a él, extremistas en su servilismo a los que mandan y auténticos cánceres para sus respectivos países.
Ahora, y en una vuelta de tuerca más a su rastrera trayectoria, Canadá ha aprobado el uso de las vacunas de Pfizer para niños de entre 12 y 15 años, ya las había aprobado para los mayores de 16. Han decidido hacer negocio y poner en riesgo la salud también de los niños y hay que recordar que, en teoría, a los niños no les afectaba en lo más mínimo el virus en caso de ser contagiados. Pero a esta gentuza eso le da igual, quieren hacer el negocio del siglo y les importa bien poco las vidas que se puedan llevar por delante, incluso si estas vidas son laa de los más pequeños.
Hay que poner freno a todo esto. Toda la sociedad está obligada a proteger a los niños, seamos padres o no. Nuestra obligación como adultos es la de que no se haga daño a la parte más débil de la sociedad. Ya hemos permitido que los ancianos se hayan convertido en víctimas de esta gentuza, no lo hagamos ahora con los niños.
El Asesino, que cochino es este asesino socialista globalista que espero acabe juzgado y condenado a la horca
Trudeau, hijito de Fidel Castro, el psicópata mayor de las Antillas, lo trae en los genes, la maldad. Y quien no me crea que busque una fotico de Fidel con la misma edad de Trudeau, y son idénticos, sin contar que la madre se la pasaba metida en Cuba. Así que los Canadiense que se espabilen, que esta chusma, son un cáncer, en país que se meten, país que destruyen.