Recordaba en un artículo anterior a esta Semana Santa que ya concluyó, al admirado periodista sevillano Chaves Nogales y una célebre afirmación referida a esta fiesta popular, fiesta del pueblo, si del pueblo “Los enemigos de la Semana Santa sevillana, siempre han sido el Cardenal y el Gobernador Civil”. En el mismo artículo afirmaba, que día de hoy, la citada afirmación de aquel magnifico periodista se ha quedado corta, hay ya mucha más gente implicada con acabar, ya por acción ya por omisión, con nuestra Semana Santa.
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Tras una mala noche en la que apenas he dormido, no ha dejado de circular por mi cabeza, las pretensiones constantes y abundantes de la gente de Podemos y los muchos que se esconden detrás, incluso de otros partidos, aprovechando cualquier ocasión para maltratar, quizás a la más grandiosa fiesta popular, por todas las ramas del arte que en ella se dan, de cuantas se dan en el mundo, nuestra semana santa. Solo su ignorancia, les impide ver, que esta, es una fiesta, no de la Iglesia, no del poder político, es una fiesta popular, una fiesta del pueblo, una fiesta creada por y para el pueblo,. Una fiesta en la que las tendencias políticas e incluso en algunos casos las religiosas, por mucho que los vividores de esas disciplinas metan sus narices, han quedado al margen.
Ya saben que nuestro ayuntamiento, de Sevilla, además de prohibir actos religiosos y en especial las procesiones por en las calles, ha hecho “un súper esfuerzo, para evitar que se produjera aglomeraciones con motivo de la visita a los templos que albergan cofradías para así, preservar nuestra salud” cuanto nos quieren. La delegación correspondiente, ha llegado incluso a autorizar a la policía a que en caso de aglomeraciones en las iglesias “pueda clausurarlas temporalmente, mientras se reestablece el orden impuesto” todo esto con la inestimable colaboración de nuestro cardenal y toda su tropa.
Muy al contrario de lo pretendido por nuestros poderes públicos; políticos y eclesiásticos, la Semana Santa de Sevilla, en otro formato, ha vuelto a ser un éxito. Los templos han recibido muchísimas visitas, en donde las veneradas imágenes, en muchos casos, han sido colocadas, lo más parecido posible y con el gusto habitual, a la forma en que hacían su recorrido a la santa iglesia catedral. En cierta manera, nos ha hecho recordar los orígenes de las hermandades y posteriores procesiones que darían lugar a la semana santa tal como hoy la conocemos, cuando montaban sus altares con sus imágenes delante de sus respectivas iglesias, al paso del Corpus Christi.
Un pastor canadiense ha expulsado a la policía de su iglesia, al grito de “fuera la Gestapo, Nazis, psicópatas, respetad la casa de Dios e iros de aquí con vuestras normas”. Sé, de muy buena fuente, que en algún caso, los responsables de las hermandades, gente del pueblo, no han llegado a tanto, pero han limitado la labor policial al espacio público, a la calle, haciéndoles ver que el interior de las iglesias, carecen de autoridad, por mucho que lo diga el delegado. Una vez más y seguramente, así será por mucho tiempo y a pesar del cardenal, del alcalde y de sus ejércitos, la Semana Santa de Sevilla, ha sido del pueblo.