Otro trabajo poco conocido pero fundamental para el éxito de una corrida de toros es el del veedor, persona que se encarga de visitar las ganaderías y seleccionar los animales que cuadren para el festejo que se trate. Para ello el veedor ha de conocer los gustos del empresario, de la afición, de los propios toreros y hasta de los veterinarios de la plaza.
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Pero el veedor también ha de mirar por el ganadero, pues los veedores aunque trabajan para la empresa reciben la comisión del ganadero si al final se contrata su corrida.
Un buen veedor deberá valorar el toro en su conjunto, fijarse en las hechuras y si estas van a ayudar a embestir. Hay una famosa frase que dice ‘Si un toro te asusta a ti en el campo porque tenga mucha agresividad en la mirada, imagínate el miedo que le va a dar luego al torero que se ponga delante’.
En la actualidad se han impuesto dos tipos de veedores, los de la empresa (los más habituales) y los de los propios toreros. Su trabajo empieza al finalizar la temporada, para ir preparando la siguiente y lo lógico es que exista contacto entre ellos, pues todas las partes están interesadas en que los toros embistan y haya buen espectáculo.
Por lo tanto, que una corrida de toros esté bien presentada y sea adecuada para la plaza en la que se lidia es responsabilidad de la empresa y el ganadero, pero también del veedor, que juega un papel fundamental en este ámbito. Que luego los toros embistan ya es otra cuestión…