Vamos a hablar de una figura vital para una ganadería de reses bravas, pues contar con un buen mayoral es clave para lograr el triunfo de la ganadería. El mayoral es el máximo encargado de la ganadería, tras el propietario de esta y el responsable de todos los trabajos que se realizan cada día en el campo; por lo que es vital que entre el ganadoro y el mayoral exista una relación de confianza, directa y fluida.
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Se ha de levantar temprano e iniciar la dirección de las tareas que ese día se deben desarrollar en la ganadería, tareas que, normalmente están ya programadas. Deberá dar las órdenes correspondientes a los vaqueros y controlar que estas se desarrollen con normalidad. Y es que todas las tareas que se desarrollan en una ganadería pasan por el control del mayoral.
Un buen mayoral, por lo tanto, deberá conocer la maquinaria agrícola, su uso, la distinta alimentación adecuada para los animales, deberá tener conocimientos de veterinaria y por supuesto del manejo del ganado bravo, así como la monta a caballo, organización y desarrollo de tentaderos, herraderos, saneamientos y todas las demás tareas diarias que se realizan.
No se ha de olvidar que el mayoral será el que tenga en sus manos gran parte del futuro de la ganadería, por lo que su responsabilidad es muy importante.
Además el mayoral normalmente está presente en la plaza cuando las reses de la ganadería sean lidiadas en un festejo, siendo el máximo representante de esta en la plaza, salvo que acuda el ganadero.
En definitiva, a grandes rasgos, estas son las tareas y funciones de un mayoral en una ganadería. Otra figura de la Fiesta que hemos de conocer y respetar, pues en sus manos está el futuro de los toros.