La suerte a la aragonesa es una suerte olvidada, de las que ya no se ven en los ruedos. Según se explicaba el Licenciado Torralba en un número de La Fiesta Brava, «desde que algunos toreros a quienes enseñó el popular Mariano Armengol y finalmente Gaona en 1910 -que es quien más contribuyó a la reimplantación de la suerte- dieron en ejecutar el lance al costado, cayó completamente en desuso la llamada “de frente por detrás o a la aragonesa” que hasta entonces se venía ejecutando con mucha frecuencia.
Esta suerte olvidada consiste en echarse el capote atrás al dar una verónica, colocándose de espaldas a la res -en lugar de hacerlo de frente, como hoy se hace para ejecutar la mal llamada gaonera- y en su rectitud dicho engaño a todo vuelo y cogido como para torear de frente.
Al acudir el toro, se le carga la suerte describiendo un segmento de círculo con la capa y dando la salida por uno de los lados, quedando en actitud de repetirla. Es decir, que así como media vuelta a la izquierda es igual que otra media vuelta a la derecha, solo que todo lo contrario, -como decía el famoso instructor,- la suerte de frente por detrás o a la aragonesa es igual que la llamada gaonera (para que se entienda mejor) pero practicada de espaldas.
El lidiador que la ejecute debe cuidar mucho de observar en cada viaje del toro la marcha que lleva y las facultades que tenga.
El inventor de tal suerte fue el famoso cuanto infortunado diestro sevillano José Delgado (Pepe-Hillo) y el invento se le debió de ocurrir antes de que a Luis XVI le cortaran la cabeza. ¡Y ha llovido!».