Hace unos días me contaban una anécdota que quiero compartir con todos los lectores y amigos de El Diestro y ¡Olé!, la sección taurina de El Diestro. Se trata de una anécdota relacionada con los pitos, con las broncas que reciben los toreros durante el desarrollo de los festejos.
Resulta que uno de los baderilleros de Fernando Gómez “El Gallo”, estuvo fatal en su actuación a la hora de poner banderillas, por lo que el público asistente le dedicó una sonora bronca.
Así las cosas, cuando “El Gallo” se dirigía a matar al toro, el banderillero con el capote en la mano salió al encuentro con el astado, a lo que el matador le preguntó: “¿A dónde va usté?”, a lo que el banderillero le respondió, “A bregar… a dar unos capotazos al bicho”.
Ante esta respuesta “El Gallo” le ordenó de forma imperativa que se sentará en el estribo. Cuando el banderillero le preguntó por qué, “El Gallo” le contestó: “¿No ve usted que se van a mezclar los pitos que le dirigen a usted con los que me van a soltar a mí, y esto va ser un laberinto muy grande?