Iniciamos Marzo, clave para el devenir del país y especialmente para Pablo Casado, más en el candelero que nunca porque desde posicionamientos socialdemócratas de dentro y fuera del partido, se le acusa de ocupar el liderazgo del PP más débilmente que nunca, pese a la encuesta oportunamente presentada el miércoles tres de marzo en el diario La Razón, para darle oxígeno tras la semana de disgustos que lleva “el pobrecito”. Si tenemos en cuenta los diferentes frentes a los que debe prestar atención, parece que no le da la vida para convencer a todos aquellos que dudan de su capacidad.
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Y como se suele decir “le crecen los enanos”: primero como líder de la oposición en el Congreso, en segundo lugar por su papel en las negociaciones con el Gobierno y por último en la retaguardia de su propio partido donde son cada vez más las voces críticas que se inquietan ante las supuestas muestras de debilidad y falta de credibilidad por sus altibajos parlamentarios, sus resultados electorales y especialmente por su manera de zanjar la crisis interna provocada por los resultados electorales en Cataluña.
En cuanto a la figura representada como líder de la oposición viendo sus intervenciones cada vez que hay ocasión, parece que no hay duda de que ejerce su papel con determinación y confianza sabiendo que de momento por mucho que se desgaste no va a conseguir redito inmediato, por lo que fundamentalmente se nos trata de presentar como alguien solvente, predispuesto y con la ilusión necesaria para sacar al país del atolladero en el que se encuentra actualmente.
En cuanto a su papel y el de su partido en las negociaciones con el Gobierno por todo aquello que se debe dirimir, conviene explicar que el PP está en la oposición y por lo tanto pese a que no nos guste y pese a las críticas que llueven desde la derecha de Abascal, el posicionamiento posible es claramente desventajoso teniendo en cuenta que quien está enfrente ya ha amenazado con cambiar la ley sino hay acuerdo, y desde luego parece obvio que antes de llegar a esos extremos, pareciere más lógico cerrar acuerdos aunque sean muy poco favorables.
De momento el Consejo de RTVE ya se ha finiquitado el asunto aceptando la trágala pertinente, en las negociaciones del CGPJ estamos en punto muerto una vez que se han plantado ante la infumable propuesta de jueces podemitas apestados por la misma judicatura por su persecución infame al PP; el tema del Constitucional parece que va para largo y lo del Defensor del Pueblo ya tiene nombre y apellido: Ángel Gabilondo, a la espera que desde el PSOE encuentren a un pardillo que esté dispuesto a ser vapuleado lo que queda de legislatura por Isabel Díaz Ayuso.
Y por último y en cuanto a la retaguardia en su propio partido, observamos movimientos preocupantes y especialmente coordinados casi más desde fuera que desde dentro donde el “manu militari” de Teodoro, de momento da sus frutos quizás más por intereses personales que por convencimiento. Y es en esta tercera cuestión en la que quería incidir sin ánimo de calentar especialmente a la parroquia y más bien con la esperanza de abrir algunos ojos ya que siempre he considerado que el apoyo crítico tiene más valor que el mero aplauso cómplice.
Y todo cuadra cuando vemos que tras el varapalo de las elecciones catalanas y la falta de liquidez, Casado se presenta ante la opinión pública para entre otras cosas decir que Genova 13: “SE VENDE”; lo cual pese a lo que los cargos públicos transmiten quitándole hierro, no deja de ser ejemplo de decadencia por los resultados desde 2019. Y si además coincide con el aniversario de los 25 años que Aznar gano a la izquierda “felipista” celebrándolo con un especial en La Sexta, acompañado de una tertulia con dos sibilinos como José Manuel García Margallo y Celia Villalobos, pues que quieren que les diga, y aunque algunas cuestiones planteadas fueron atinadas, pareciere más un escrache que una defensa a ultranza del partido por mucho que una no hiciera más que repetir que votaba al PP y el otro se mantuviera en la habitual equidistancia del que sabe que se lo lleva muerto por ser eurodiputado cuando debería estar en su casa hace años para echarse la siesta…
Si a este espectáculo le sumamos que el martes 2 de Marzo se tuvo que ver las caras con “JoseMari” en un acto programado dos semanas antes, pues complicó más la cosa teniendo en cuenta que el de “España va bien” estaba más tieso que una vela, porque su becario parece más cerca del abismo que del calor que ofrece la jacobina Cayetana y su posicionamiento ante la radicalidad que envuelve al PP, gracias al abandono de la defensa de “la batalla de las ideas” como posicionamiento para reagrupar al centro derecha.
Y claro, si además el joven Casado en vez de reconocer los errores y plegar velas ante sabios como Manuel Pizarro o el mismo “JoseMari”, se sale por la tangente confiando en que los españoles irán donde él diga que esta la moderación, como si esta fuera una ideología, pues apañados vamos porque “España ya no va bien”, y a los españoles nos han movido el mapa de la centralidad cambiando el eje de coordenadas de posición de tal manera que lo que parece proponer el becario no tiene lugar en la Europa del siglo XXI como desgraciadamente ya se ha visto en otras democracias antes que en la nuestra, así que: “ande con cuidado, no sea que no llegue al sprint final para dentro de tres años”.
A los cerdos hay que meterlos a todos en la pocilga y este puerco de cagado ya sabemos de que pie cojea, con políticos como esta basura España se va a la mierda aunque yo creo que ya es un gran estercolero.