En el artículo “La conciencia genética” hablé del árbol de la vida, creo necesario ampliar esa información para evitar posibles malas interpretaciones; primero me gustaría aclarar el concepto de Ser, tomen al Ser como la esencia de vida, la parte eterna de ustedes. El Ser forma parte de la creación misma: es eterno por naturaleza, es adimensional y atemporal, es el punto en el centro del círculo y forma parte del todo, es energía consciente de sí misma. El Ser no tiene nada que ver con el espíritu y el alma que hablan las religiones, estos son solo cuerpos de enlace entre digamos, dimensiones. El Ser es lo real, y el cuerpo físico lo ilusorio. El Ser no se encuentra en el cuerpo y el espíritu es su enlace con la materia, a través del centro espiritual. Por otra parte el alma es el enlace del espíritu con la personalidad o “yo”, a través del centro emocional, y aquí radica el primer problema porque como recordarán el centro espiritual tendría que tomar su programación inicial de la conciencia genética, pero como tenemos el acceso denegado la toma del centro emocional, produciendo por un lado la mala programación inicial del centro espiritual y por otro que el enlace “Ser-materia-yo” sea defectuoso por naturaleza.

Cuando en el artículo “La conciencia genética” hablo de continuidad, no me refiero a eternidad o vida eterna. La idea de eternidad es también una interpretación tridimensional, de un concepto adimensional, pues digamos que forma parte del código fuente de la misma creación, por consiguiente al formar parte nuestro Ser de la creación, este es eterno por naturaleza, cualquiera que diga lo contrario se equivoca, incluidas las religiones. Por otra parte nuestra personalidad o “yo”, es finita, como todo ser viviente tridimensional. La unidad de carbono humano hoy es Pedro, ayer fue José, y mañana será Laura, porque al no tener acceso a la conciencia genética no tiene continuidad como Ser. El acceso a la conciencia genética también le da acceso al recuerdo de quien fue, es y será, y la posibilidad de saber que él es el Ser, y que Pedro, Jose, y Laura, son solo envases tridimensionales, unidades de carbono programables y descartables. Ese es el elixir de la vida eterna buscado por los alquimistas, el fruto del árbol de la vida, con el cual se puede encontrar la piedra filosofal, de ella hablaré en otro momento, y entonces como digo habremos vencido a la muerte, porque el Ser no nace ni muere, el Ser no reencarna, el Ser solo existe.

También dije en el artículo “explicando las dimensiones” que el tiempo es como percibimos el movimiento perpendicular de un cuerpo en la dimensión inmediata superior, ese movimiento perpendicular de nuestro cuerpo son nuestras distintas vidas, al tener acceso al árbol de la vida, también saltamos a la cuarta dimensión porque ya no las percibiríamos como tiempo separado, sino como continuidad. También hay una manifestación física colateral al acceder al árbol de la vida, y es la extensión del tiempo de vida, por la activación de lo que la ciencia llama “basura genética”, que es el 95% del genoma humano, por eso la búsqueda del elixir de la vida y la piedra filosofal, pero eso es otra historia. Los amos, al tener acceso al árbol de la vida, no solo tienen conciencia de su Ser, sino que también su tiempo de vida física es notablemente superior. Nosotros —unidades de carbono— no tenemos esa posibilidad, y para ellos esto es una ventaja, la misma que tenemos con relación a un insecto cuya vida media sea de unos pocos días, pero a diferencia de este ejemplo, fuimos hechos a “imagen y semejanza”, y por tanto somos una imagen genética que contiene sus mismos atributos, los cuales podemos llegar a activar y utilizar. Cristo dijo, “dioses sois” y tenía razón.

 

1 Comentario

  1. Este artículo explica bien la diferencia entre alma y espíritu como cuerpos de enlace de una triada: Ser- lado fisico/humano – y el Yo. En adelante, estos conceptos se utilizarán bastante y conviene separar pues no son lo mismo. El lado humano (nosotros y nuestro cuerpo) es efímero y con caducidad pero el lado eterno (Ser) es único y nunca muere, puede enlazar en avatares (cuerpo humano) cuando sienta la necesidad de encarnar para vivir una experiencia (si se puede decir así) en cualquier línea de tiempo como es ésta presente donde existimos

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