Está claro que un año es ya suficiente como para que muchos nos vayamos dando cuenta de lo que en realidad está sucediendo con este virus. Cuando en marzo del año pasado se nos encerró, la mayoría de la gente, nosotros incluidos, sufrimos una especie de shock por el que no nos dábamos demasiada cuanta de lo que pasaba debido, sobre todo, a lo novedoso del asunto y a la información que se nos proporcionaba por parte del gobierno, medios de comunicación vendidos al régimen y médicos avariciosos y sin escrúpulos.
Después de ya haya pasado un año y después de ir recopilando mucha información que va llegando por canales alternativos, seguir haciendo el tonto es una opción personal del que solo ve las televisiones y prefiere ser mentido a conocer la dramática realidad.
Y esto se nota puesto que cada vez es mayor el número de personas al que se le agota la paciencia y se da cuenta de lo que en realidad se esconde detrás de todo esto: restringir nuestras libertades y derechos y acabar con nuestros mayores, así de simple y así de cruel.
Por lo tanto llevamos ya varios días a lo largo de esta semana en los que se están produciendo protestas a lo largo de toda Europa. En Alemania, Holanda, Austria, Bulgaria, Suiza, Serbia, Polonia, Francia, el Reino Unido, entre otros y fuera de Europa en países como Canadá, son cada vez mayores las protestas y cada vez mayor el número de personas que acuden a las mismas.
Hay que seguir con esas protestas, no podemos permitir que cuatro pelagatos poderosos acaben con las libertades y derechos de millones de personas. Es hora de poner pie en pared y de gritar: ¡Basta ya!
Nunca me han comunicado oficialmente la absurda obligación de ir por la calle con mascarilla, y no tengo ninguna obligación de estar todo el día pegado a la tele para ver qué dicen, es más, ni siquiera tengo la obligación de tener tele… Por lo que deduzco, que deducen que soy adivino y que por lo tanto, tengo la obligación de anticiparme a sus directrices de sometimiento, porque para eso soy adivino. Participo en esta monumental farsa sin ánimo ninguno, sólo por no poner al agente local en el desagradable compromiso de tener que llamarme la atención por no llevar la dichosa mascarilla, y vuelvo a deducir, que la mayoría de agentes participan en este circo, con menos ánimo todavía, sólo por no poner a sus jefes en el compromiso de tener que amonestarles, por no llamar la atención a los paseantes sin mascarilla… Y así, nos vemos todos participando en una absurda espiral, aparentemente irrompible, que limita nuestras libertades, sólo porque hemos decidido que es mejor pasar desapercibidos…
En esta vida hay de todo, y prefiero dejar al margen las amenazas de multa, los listillos con uniforme y demás cosillas que se suman a este disparate de ficción…
La mascarilla sólo es inútil y absurda para nosotros, además de molesta y peligrosa, no para ellos, porque para la casta desgobernadora es de vital importancia, les resulta muy necesaria para medir cuánta tolerancia nos cabe en el cuerpo, para saber hasta qué punto pueden reírse de nosotros, y hasta qué punto pueden torcer el sentido común. Es el baremo que se han buscado… Cuando nos ven por la calle enmascarillados hasta las cejas, se ríen para sus adentros y piensan, “así, así, ir tragando…”, y se jactan de lo listos que son…
Porque, lo de las mascarillas fue el primer paso hacia las vacunas, eje fundamental de toda esta escenificación, y es aquí en este punto precisamente, en la fase de las vacunas, donde resulta muy fácil romper la espiral…
No tienen poder, potestad ni autoridad alguna para imponer vacuna alguna a nadie, por lo que se les desmonta la inmensa carpa circense que han montado, sólo hay que decir NO…
Están por potenciar cualquier mal que puedan llamar covid, pero ese virus del que echan mano para asustarnos a todos, ese que usan como excusa para imponer su dictadura global, ese virus que la ciencia no ha podido identificar, ese que daña a todo el mundo y que los convierte en más poderosos, ese precisamente, NO EXISTE…
Los vídeos procedentes de la hermética China, donde nos mostraban muertos tirados por las calles como si fuesen ratas de alcantarilla, a la policía precintando las puertas con maderas y puntillas, fueron pura propaganda para ir anunciando la nueva subnormalidad mundial, planeada y pactada, desde hace muchos años… Ahora surgirán todas las mutaciones, olas y cepas que hagan falta para mantener sometida a la población, y aparecerán como por arte de magia, en los momentos más inoportunos, y estarán apareciendo mientras no rompamos la espiral…
Toda Europa debe tirarse a las calles a parar esto. Poco ganamos denunciando a políticos y médicos, los jueces están comprados por quienes provocaron la plandemia. y las que seguirán si nos dejamos.
Y mientras, en España……. cri cri cri.
Mucho blabla de bar, pero solo veo concentraciones, y no precisamente multitudinarias, en Madrid, porque en el resto de la geografia, ni flores.
Yo solo quiero sangre, su sangre, la de los politicos, globalistas, juezes, medios de desinformacion, fuerzas y cuerpos de seguridad del estado, ejercitos. Vaticanos. Coronas etc.etc. y no parare hasta conseguirla en esta vida o en la proxima
A ver si empieza a caer a toda la gentuza que nos desgobierna y todos sus esbirros. Que les empiece a doler en el bolsillo, que paguen todo el destrozo que han hecho con su patrimonio y que sean juzgados por traición.
Quemar las mascarillas está bien, pero creo que es mejor y más rentable quemar a los políticos o colgarlos de un árbol.
Yo soy de la idea de que a los traidores hay que echarlos en contenedores y con mayor ilusión hay que tirar a los traidores de los medios de comunicación como por ejemplo al Ferreras y a Jorge Javier y a los demás maricones pues ya estamos hasta los cojones de esos sacamuelas fanfarrones, que vayan a asustar al Marqués de Galapagar.