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Aunque los calificativos que me sirven de título, pudieran aplicarse a la mayoría de los miembros del nefasto gobierno social comunista que está destrozando España, hoy van destinados al exministro de Sanidad, Salvador Illa, “Flequillo Pintado”; al inoperante Fernando Simón “Pelo Desaliñado”, portavoz del Ministerio de Sanidad y, por supuesto y muy especialmente, al plagiador presidente del gobierno, “Coco Tubio”.
Sobre la palabra incapaz, el diccionario, señala, en su primera acepción, “que no tiene capacidad o aptitud para algo”. Y respecto a la palabra maligno, también en su primera acepción, señala: “propenso a pensar u obrar mal”.
Creo que, con las informaciones que hoy tenemos, no existe duda de que estos señores, por llamarles de alguna manera, son incapaces hasta lo inverosímil y malignos sin remisión. ¿Recuerdan que Sánchez, Illa y Simón señalaban, antes del 8 de marzo de 2020, (aunque el virus se conocía desde diciembre 2019) que a lo sumo habría en España uno o dos contagios? ¿Y que las mascarillas no eran necesarias y negaban cualquier problema sanitario por participar en aquellas multitudinarias manifestaciones de ideología feminista?
Hay que recordar que el 4 de marzo, estos tres embusteros pedían calma y seguridad; el plagiador dijo “seguiremos trabajando de forma coordinada entre las distintas administraciones y la Unión Europea frente al coronavirus. Pero tras esas oleadas de gentes, encabezadas por socialistas y comunistas, sin mascarillas o cualquier otra protección, comenzaron los contagios masivos y el 14 de marzo (solo seis días después) el Gobierno declara “el Estado de Alarma en todo el territorio español para afrontar la situación de emergencia sanitaria provocada por el COVID-19”.
Solo hay que mirar hacia atrás para damos cuenta de lo que tenemos al frente de nuestros destinos. ¡Para temblar!
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Estos sinvergüenzas ni disimulan ni siquiera un poco, tienen mucha jeta estas dos ratas, a mi el canalla Illa ni me pilla y el mamón de Simón me da un asco tremendo y las dos ratas me dan ganas de vomitar al igual que el embustero y la rata de Galapagar.