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Que tus conocidos sepan que escribes en una página dedicada al mundo de los toros tiene cosas muy bonitas, como lo que me ha ocurrido estos días, cuando me han hecho llegar un recorte refereido al volapié. Si ayer hablábamos de la suerte del puñal hoy os hablamos de la suerte del volapié. Este curioso e interesante escrito dice lo siguiente:
«Cuando surge en los ruedos el arte y la destreza de Joaquín Rodríguez “Costillares”, el toreo recibe sus sabias aportaciones, modificándose y embelleciéndose las suertes, constituyéndose las cuadrillas, hasta entonces sin reglamentar, y, sobre todo, se encuentra la solución de aquel problema que presentaban las reses que, aplomadas, no acudían al cite para la muerte. Necesitándose para la ejecución de la suerte suprema la reunión del espada y el toro, y no siendo posible en ciertos casos esta, por la falta de acometida de la fiera, “Costillares” resolvió la incógnita con el avance del diestro hacia la res para poder conseguir la reunión que hiciera posible la suerte de matar.
Así surgió el volapié como recurso. “Costillares” le llamó vuelapiés, por la ligereza que se requería en los pies para realizar esta suerte con belleza y gallardía.
No obstante ser “Costillares” el inventor, él siguió recibiendo a los toros según los cánones establecidos, empleando el volapié solamente como estocada de recurso para los toros aplomados.
“Costillares”, que con su actuación en los ruedos elevó la categoría de la Fiesta, alcanzó la plenitud de su triunfo por los años 1780 a 1790. Una dolencia en la mano derecha le alejó de los ruedos en el año 1799, y murió en Madrid poco tiempo después».
Tras esta bonita anécdota os recordamos que nos podéis hacer llegar todo aquello relacionado con la tauromaquia y que pueda resultar interesante para nuestros lectores y amigos.
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