Desde 1994 es un edificio considerado como “bien de interés cultural con categoría de monumento histórico-artístico”. En esta plaza se celebran corridas de toros, de rejones y novilladas desde el mes de marzo a octubre. Además, en la plaza actuaron Los Beatles en su único viaje a España en 1965 y se han celebrado muchos conciertos de cantantes y conjuntos de moda, y en las Navidades suele instalarse el Circo para disfrute de los niños.
ANTECEDENTES
Antes de la plaza de Las Ventas, hubo en Madrid otras plazas de toros. La primera era de madera y de forma circular y fue montada en 1737 junto a la embocadura del río Manzanares, en el paraje llamado Casa Puerta, debida al gran arquitecto del barroco madrileño Pedro de Ribera.
Pero en 1860, la ciudad de Madrid inicia las obras de su ensanche debido al aumento considerable de la población, y fue el ingeniero y arquitecto Don Carlos María de Castro, quien en el nuevo trazado de la ciudad proponía el traslado a otro lugar de la plaza de toros, concretamente detrás del Parque del Retiro. En 1872 se iniciaron los trabajos para la construcción de la nueva plaza que quedaría ubicada a la derecha de la calle Alcalá – llamada entonces Camino de Aragón- donde hoy se encuentra el Palacio de los Deportes. La plaza tenía una capacidad para 12.000 espectadores y fue construida por los arquitectos Emilio Rodríguez Ayuso y Lorenzo Álvarez, en estilo neo mudéjar. Durante muchos años, sería ejemplo de construcción para la mayoría de las plazas hasta su cierre, el 14 de octubre de 1934.
LA MONUMENTAL DE LAS VENTAS
La Plaza de toros Monumental de Las Ventas fue ideada por un gran torero José Gómez Ortega, Joselito “el Gallo”, al que un toro mató en Talavera de la Reina el 16 de mayo de 1920. El arquitecto que diseñó el proyecto fue José Espeliú –que murió sin verla terminada- y su obra la continuó otro arquitecto Manuel Muñoz Monasterio, quien años después proyectaría el Estadio Santiago Bernabeú del Real Madrid. Su construcción duró varios años porque el lugar escogido para su ubicación en el Arroyo del Abroñigal requirió de muchos movimientos de tierras, desmontes y arreglos. Las obras se iniciaron bajo la Dictadura del General Primo de Rivera –entre 1923 y 1929- y concluyeron ya proclamada la Segunda República.
La primera corrida de toros se celebró el 17 de junio de 1931, aun sin estar terminada, y fue organizada por el entonces Alcalde de Madrid, Pedro Rico, con el fin de recaudar fondos con destino a los obreros en paro. En dicha corrida intervinieron varios toreros, entre ellos Marcial Lalanda y el mexicano Fermín Espinosa “Armillita”. La inauguración oficial se retrasaría hasta el 21 de octubre de 1934.
UN EDIFICIO DE ESTILO SINGULAR
Por lo que respecta al estilo del edificio, éste es de estilo mudéjar, con exceso de recargamiento en su fachada, en la que no hay ni un solo paño liso que ofrezca una nota de contraste. El arquitecto, Manuel Muñoz Monasterio afirmó al concluir su obra que “tan solo en la capilla, lugar más íntimo, me he permitido una adaptación del estilo colonial mejicano”.