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Atención que solo faltaba Maduro por presentarnos su invento contra el coronavirus y, como todo en este miserable dictador, es absolutamente lamentable. Nos presenta el Carvativir y nos cuenta que son “las goticas milagrosas del Dr. José Gregorio Hernández contra el coronavirus”. Y atentos a cómo lo presenta, como si fuera el vendedor ambulante ese que aparece en las películas del oeste y que vende pócimas milagrosas que hacen que el pelo crezca o que se curen las almorranas: “El Carvativirrrrr… cuatro goticas debajo de la lengua” y asunto arreglado. Nos quedamos más tranquilos porque llevan nueve meses probándolo y él ya ha dado su visto bueno.
Por favor, no nos digan que este engendro de persona no es cochambroso y patético. Y todavía será capaz este miserable de obligar a los venezolanos a usarlo, como si no tuvieran ya suficiente con aguantarle a él y a sus miserables esbirros.
Atentos a cómo presenta Maduro el Carvativir, si es que es como para dejarlo la colleja roja a pescozones todo el día. Pero qué tío tan sumamente tonto.
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Este cuando ponga el circo ya no necesita buscar un PAYASO.
No ganamos para cucarachas,individuos lectores de la metamorfosis de Kafka,como Felipe González o Nicolás maduro,habrá que hechar unas gotitas de matacucarachas…
A los cerdos hay que pasarlos por la piedra en cuanto llegue la hora de la matanza, este puerco es bastante asqueroso.