El 14 de diciembre de 1990, un día después del asesinato del vendedor de prensa Vicente López Jiménez en San Sebastián, la banda terrorista ETA asesinaba en Amorebieta (Vizcaya) al policía nacional LUIS ALFREDO ACHURRA CIANCA mediante una bomba-lapa colocada en los bajos de su vehículo.

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Luis Alfredo Achurra se había desplazado con su automóvil, un Peugeot Talbot, al taller de un conocido suyo en la calle de San Pedro de Amorebieta para pagar una factura. Cuando, a solicitud de los empleados del taller, se disponía a mover el automóvil, que impedía la entrada y salida de coches, el artefacto, compuesto por dos kilos de amonal, estalló y le seccionó el cuerpo en dos. También resultó herido leve el propietario de un bar cercano, Jaime Gómez Rabanal, de 30 años, que fue trasladado al Hospital de Galdácano, donde se le extrajo un pedazo de metralla que se le había quedado incrustado en el cuello.

Fuentes policiales señalaron que la bomba-lapa fue probablemente adosada al vehículo de Achurra Cianca en Basauri, donde residía, y que por algún motivo falló el dispositivo de ignición cuando lo puso en marcha para trasladarse a Amorebieta.

Ese mismo día, ETA intentó asesinar a otro policía nacional en San Sebastián mediante el mismo sistema de la bomba-lapa. El inspector Juan Manuel Sánchez Polo, de 30 años, aunque resultó gravemente herido, salvó la vida gracias a que la onda expansiva del artefacto explosivo, colocado bajo el asiento del conductor, se dirigió hacia la parte posterior del vehículo, y no de abajo a arriba, según informó al día siguiente el gobernador civil de Guipúzcoa, José María Gurruchaga. El inspector Sánchez Polo se disponía, poco después del mediodía, a arrancar su automóvil, un Renault 25 matriculado en Madrid, que se encontraba a quince metros de una gasolinera con 40.000 litros de combustible. En ese momento se accionó el artefacto explosivo. La víctima fue trasladada por otro policía que estaba repostando gasolina en la estación de servicio a la residencia sanitaria Nuestra Señora de Aránzazu. Juan Manuel sufrió lesiones en la espalda, columna vertebral, piernas, glúteos y una parálisis intestinal a causa de la onda expansiva. Era el segundo atentado que sufría a manos de la banda terrorista ETA: en el primero, el 3 de noviembre del mismo año, se salvó por no estar en su domicilio en el barrio donostiarra de Trincherpe en esos momentos. Juan Manuel sufre todavía problemas neurológicos, además de que tiene que llevar prótesis en las caderas y en la espalda.

En 1994 la Audiencia Nacional condenó a Francisco Javier Martínez Izaguirre a la pena de 27 años de reclusión mayor por el asesinato de Luis Alfredo Achurra. Posteriormente, en el año 2006 fue condenado Juan Carlos Iglesias Chouzas, alias Gadafi, a 35 años por este mismo asesinato. Fue Gadafi quien colocó la bomba-lapa bajo el coche de Achurra. También participó en la preparación del atentado Juan María Ormazabal Ibarguren, alias Turko, asesino de la banda que no pudo ser juzgado ya que resultó muerto en un tiroteo con la Ertzaintza en agosto de 1991. En el enfrentamiento resultó gravemente herido el ertzaina Alfonso Mentxaka Lejona, que fallecería tres días después, el 1 de septiembre de 1991.

Luis Alfredo Achurra Cianca tenía 37 años y tres hijos. Era natural de Bilbao y residía en Basauri. Se había incorporado al Cuerpo Nacional de Policía en 1981. Formaba parte de la Unidad Polivalente de Policía de Basauri que se dedica a tareas de vigilancia, entre ellas las de los presos ingresados en el Hospital de Basurto.

Luis Alfredo Achurra fue la última de las veinticinco víctimas mortales del año 1990. Sin embargo, la campaña de atentados no terminó con el asesinato de Luis Alfredo, sino que la banda continuó con su actividad criminal, bien en forma de paquetes-bomba o de coches-bomba. El más grave fue el atentado con coche-bomba en Valencia el 20 de diciembre de 1990. La banda terrorista había colocado el vehículo junto a unas viviendas militares. La potente explosión provocó heridas graves a Francisca Marín Peña, que sufrió la amputación de ambas piernas, y heridas de distinta consideración a otras catorce personas.

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