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OPOSICIÓN AL GOBIERNO DE PEDRO SÁNCHEZ
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Cuando los hechos, en forma de contradicciones del ministro Salvador Illa con la inestimable ayuda del No doctor Fernando Simón y los ataques de los mosqueteros Adriana Lastra -un lastre ascendido a niveles a los que antes sólo José Montilla había logrado llegar desde un dudoso Bachillerato- y Rafael Simancas -dice que licenciado en Ciencias Políticas, pero realmente asalariado obediente del politiqueo, al que no se le conoce otra actividad que la de sumiso segundón y palmero destacado del socialismo- no dejaron lugar a dudas -lo dije desde el primer momento-, se confirmó la pantomima de la reunión en “campo contrario” para engañar mejor al borreguismo pastueño que sigue creyendo las mentiras de este bravucón, al que los enemigos de España unidos llevaron a la Presidencia del Gobierno -como institución le concedo las mayúsculas- para desprestigio de la misma, porque ya supera al que la dejara entre 2004 y 2011 en muy bajo nivel, que ya veremos si las grabaciones del “chef” José Manuel Villarejo y la operación Kitchen -menuda “cocina” de diseño- no recorta aún más desde ese bolso “emisora” que aparece ahora tras aquella “metamorfosis inversa” inédita.
De momento, el ayudante del “enterrador” -53.000 fallecidos “avalan” el apelativo- tuvo que dar marcha atrás y aceptar, en principio, la sensata petición de la Presidente de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, para que el listón sea el mismo para todas las regiones y el pretendido intento de confinamiento, rebajando a 500 contagiados por 100.000 habitantes, sea para todos los municipios que superen esa cifra. De nuevo, Madrid, como en las residencias de ancianos, peluquerías, colegios, compra de material, etc., se adelanta al desgobierno y eso duele. Y lo que más duele es que Dª Isabel lo hace sin alterarse y sin callarse ante los abusos de los socios, con respuestas cargadas de sentido común, eso tan escaso en nuestros políticos. Lo cierto es que la tensión entre Moncloa y Madrid crece porque 25 años sin rascar bola en la Capital de España y su Comunidad, que cada día está más en cabeza de la economía española, no los digieren bien la izquierda arruinadora y sus socios golpistas. La reunión interterritorial de Sanidad celebrada ayer se cerró con el acuerdo – por mayoría “colegiada” -es decir impuesta por Moncloa a sus comunidades al borrador con los nuevos criterios del desgobierno, al que se opusieron Madrid, Galicia, Cataluña, Andalucía y Melilla. Así que una nueva cacicada gubernativa en su guerra contra Madrid que afecta a municipios con más de esos 500 contagios por 100.000 habitantes junto a un 10% de positivos en PCRs y más del 35% de ocupación de UCIs que, ¡oh, sorpresa!, sólo afecta a diez municipios de Madrid, capital incluida.
Siguieron las mentiras del doctor Plagio cum Fraude después de su solemne declaración de Julio, cuando decía “Hemos derrotado al virus, controlado la pandemia y doblegado la curva, pero no nos dejemos atenazar por el miedo, hay que salir a la calle -las que dos meses después quiere cerrar- y disfrutar de la nueva normalidad…”, y hace unos días dejaba esta otra perla sin pestañear al presentador de La SeCta Noche, Iñaki López: “Finalmente, el confinamiento no existió, existieron fases de desescalada -palabro que por cierto no existe más que en el lenguaje progre de esta panda de analfabetos funcionales- que fueron amparadas por el estado de alarma…”. ¿Y qué fue lo que se “desescaló” entonces? Porque digo yo que para “desescalar” habría que “escalar” previamente, pero no, este artista baja, sin subir antes, porque seguramente el helicóptero que utiliza, cuando el Falcon no tiene pista, lo dejó arriba del desastre y empezó a bajarlo con esa “habilidad” que hizo de España el país que “peor ha gestionado la crisis del COVID 19”, en palabras de diferentes organismos internacionales y medios de todo el mundo, como recientemente decían Le Monde, The New York Time, The Guardian o La Farola: “La culpa es de la gestión de Sánchez y el escaqueo ante la segunda ola”, después de haber dejado esos más de 53.000 muertos, más de 61.000 sanitarios contagiados, la mayor caída del PIB y del empleo de la zona euro, y de que el PSOE, sus socios y apoyos nacionalistas, impidieran crear una comisión de investigación sobre la pandemia que pedía el Partido Popular, porque en España lo “importante” para la mayoría del “pueblo soberano” era sacar los restos de Franco de su tumba en El Valle de los Caídos después de casi 45 años y ahora liquidar el propio recinto y especialmente la mayor Cruz del mundo que lo corona, para intentar reescribir la Historia a su manera y ganar en el papel y en los libros de texto manipulados la guerra que perdieron hace 81.
Cómo será la cosa que Risto Meijide -nada dudoso de a qué lado está- decía en su programa Todo es Mentira que las declaraciones del ministro paracaidista el martes en la SER, otra cadena amiga, son “para mear y no echar gota” (sic): “El comité científico ha sido una fuente de asesoramiento permanente para el gobierno y en las próximas fechas lo vamos a volver a reunir para recabar su opinión”. Ante la insistencia de la periodista: “pero usted me confirma que está desactivado desde el mes de Julio”, el ministro lo desmiente, pero confirma titubeante: “yo personalmente no me he reunido con ellos desde el mes de Julio, ignoro y tendré que confirmar, si el doctor Simón que es quien dirige este comité científico ha tenido reuniones con ellos…”, es decir, el ministro de Sanidad ignora si su principal colaborador se reúne con los científicos a los que dirige, o sea, que no hay comunicación entre Illa y Simón. Se quedó corto el conocido presentador, que se pregunta si “está haciendo su trabajo y si en un país serio un ministro de Sanidad que dice esto puede seguir en su puesto”. A veces Meijide dice verdades sin el sesgo que le caracteriza. Como Vicente Vallés, que todavía sigue en su puesto pese al resumen del viernes en su telediario de Antena 3: “Fiscales investigados, el Rey no viaja a Cataluña, el gobierno tramita el indulto a los independentistas condenados, Moncloa planea rebajar la pena por sedición, la vicepresidenta -Carmen Calvo- convierte en normales sus reuniones con BILDU” y con estos elementos -añade- el vicepresidente PabLenin Iglesias -este apelativo es mío- ha dicho esto “Ustedes, han condenado su propio futuro a caminarlo con la ultraderecha. Se lo vuelvo a decir, no volverán a formar parte del consejo de ministros de este país”, apostillando para que no haya duda que “como han escuchado no ha dicho que sea su opinión o su deseo sino que comunicaa la Oposición que nunca volverá al gobierno”, lo que suena a amenaza repetida, parecida a la de Dolores Ibárruri a Calvo Sotelo en 1936, poco antes de que, según dice la Historia, un escolta de Indalecio Prieto lo secuestrara de madrugada en su casa y lo matara de un tiro por la espalda, lo que hizo estallar el levantamiento militar pocos días después.
Y por fin se consumó, en forma de moción de censura, el “parto de los montes” que el mocetón de Amurrio, Santiago Abascal, anunció para Septiembre allá por Julio con su ampulosidad característica, y que después de no saber a quién proponer como candidato, sabedores, los que lo conocen bien, de su poca madera intelectual fuera de un aseadito discurso populista-patriotero que uno de sus mentores le prepara y ya va diciendo sin leer del todo. Al final queda pendiente de aprobación por la Mesa del Congreso será defendida por el diputado catalán Ignacio Garriga, de trayectoria política paralela a la de su líder, por el que ahora se inmola, ya que como él, empezó sus pasos por las Nuevas Generaciones del Partido Popular pasando por Plataforma per Cataluña, desde la que pasó la mayoría de VOX en esa región, donde militaba su hermano Joan. Por cierto que su presidente, Josep Anglada -líder ahora de la Plataforma Somos Identitarios-, fue condenado a dos años de prisión por amenazas a un menor. No sé si es un buen dato para el defensor, pero ahí queda. Mientras tanto sigue la sangría en VOX, del que se va ahora el único concejal en Sanlúcar, José Manuel Martínez Ayala, que se da de baja tras calificar al partido de “estafa y chiringuito” para “hacer mucho ruido a costa de España. Veníamos a reformar la política y no se hace nada porque esa élite que existe no permite que nadie llegue ahí, ningunean las bases”. Comenta también este concejal sus dudas sobre esas primarias que ya comentaba en otro artículo que han sido impugnadas en varias provincias, como unas “Elecciones telemáticas que dan los resultados que ellos quieren” y que tienen un “discurso vacío, porque lo que quieren es estar apoltronados en sus sillones”.
Y termino con una reflexión, porque “la ignorancia es muy atrevida” y la mía en el campo jurídico es enorme, permitiéndome trasladar unas dudas sobre lo que se ha dicho de la debida “neutralidad” que debe tener nuestro Rey Don Felipe VI, después de lo vivido tras la prohibición de ir a Barcelona para la entrega de despachos a los nuevos jueces y su aparente pasividad y evidente silencio ante los cada día más claros ataques de una parte del desgobierno, que la otra no condena. El del vicepresidente segundo, que habla abiertamente de “caminar hacia la nueva República” y el del ministro de Consumo, Alberto Garzón, que acusa en Twitter a la Monarquía de “maniobrar contra el gobierno democráticamente elegido”. Me pregunto si esa neutralidad que pide el marqués de Galapagar, impide que el Rey haga lo que dice el Artículo 61.1 de la Constitución: “El Rey, al ser proclamado por las Cortes Generales, prestará juramento de guardar y hacer guardar la Constitución…”, y actuar como le otorga el Artículo 62: “Corresponde al Rey… h) El mando supremo de las Fuerzas Armadas”, de las que el Artículo 8 de la Carta Magna dice que “…tienen como misión garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional”. Y ya puestos, le traslado a Pablo Casado lo que le dije varias veces en mis artículos y comentarios a su antecesor Mariano Rajoy: “Si alguien con responsabilidad política, al que se le supone inteligente y con algo de sentido común y de Estado, no hace lo evidente, sin explicar hasta donde se pueda el por qué de su no actuación, ¿qué teme o qué debe?” y en mi opinión, la antes citada causa Kitchen pide un posicionamiento claro y contundente antes de que se magnifique más de la cuenta por los poco amigos medios de comunicación y alguno que otro más amigo, como ya está pasando.
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