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Tras ser cambiada por segunda vez, el 18 de noviembre de 2020 es la última fecha señalada para la celebración del juicio entre mi padre y Renfe Viajeros en los Juzgados de Sagunto, y en este artículo explico algunas de las razones que propiciaron llegar hasta esta situación.

CAÍDA EN ESCALERAS MECÁNICAS DE LA ESTACIÓN DE ATOCHA-CERCANÍAS

Mi padre –vecino del Puerto de Sagunto (Valencia)– el lunes 18 de septiembre de 2017 sufrió una gravísima caída en unas escaleras mecánicas de la Estación de Atocha Cercanías (Madrid) cuando estaba bajando hacia el Andén 1 desde el vestíbulo de la estación. Mi madre le acompañaba. En la Vía 1, tenían previsto tomar un tren para ir a la Terminal 4 del Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas, puesto que, al día siguiente, iban a viajar en avión a Guatemala, para pasar varios días de vacaciones.

En el momento del accidente, las escaleras mecánicas estaban paradas y los golpes contra los escalones metálicos le provocaron un derrame cerebral, fractura de ambos húmeros –del izquierdo tuvo que ser operado en dos ocasiones– y múltiples heridas por todo el cuerpo (manos, piernas, etc.) especialmente en la cara, donde además recibió 15 puntos en la frente. Necesito 13 largos meses de rehabilitación y, aun así, le quedaron secuelas importantes con las que tendría que convivir el resto de su vida.

RESPUESTA DE RENFE A HOJAS DE RECLAMACIONES

Los días 19 y 22 de septiembre de 2017, mi madre presentó dos Hojas de Reclamaciones en las Oficinas de Atención al Cliente de Renfe situadas en el vestíbulo de la Estación de Atocha Cercanías, a las que Renfe respondió por medio de una carta fechada el 3 de octubre de 2017, donde –entre otras cosas– comunicaba lo siguiente:

«Le informamos que las escaleras automáticas a las que se refiere se encuentran fuera de servicio por cuestiones técnicas y de seguridad, en las que Renfe Viajeros está trabajando para solventarlas a la mayor brevedad posible.»

Nota: véase dicha carta en PDF en el siguiente enlace:

Al respecto, nos pareció muy contradictorio que Renfe dijera que las escaleras mecánicas estaban «fuera de servicio» por «seguridad» y, al mismo tiempo, estuviera poniéndonos en peligro a los usuarios, al permitirnos transitar por ellas.

Nota: véase en el siguiente enlace, algunas de las señales que apuntaban hacia dichas escaleras:

PROBLEMÁTICA CON ESCALERAS MECÁNICAS

Por otra parte, descubrí que la escalera mecánica por la que se cayó mi padre, y todas las del vestíbulo de la Estación de Atocha Cercanías –diez en total– que daban acceso a los cinco andenes de la estación, fueron valladas el 9 de agosto de 2017 y, a finales de ese mes, es decir, más o menos tres semanas después, Renfe retiró las vallas dejando las escaleras paradas. Además, contacté con la empresa de mantenimiento de las escaleras mecánicas (Schindler), donde me comunicaron que todas esas escaleras no pasaron un control, por lo que procedía realizar alguna actuación sobre ellas para ponerlas en orden antes de poderse utilizar, ya que suponían un problema de seguridad. Asimismo, descubrí que tal situación afectaba también a otras estaciones de trenes de Cercanías de Madrid (Méndez Álvaro, Zarzaquemada, etc.).

De modo que, dada la gravedad del asunto –entre otras acciones– el lunes 30 de octubre de 2017, en la página web del Defensor del Pueblo decidí formular una queja que llevaba por título «Problema de Seguridad en Escaleras Mecánicas de Atocha y Otras Estaciones de Madrid» dándole a conocer lo sucedido y solicitándole que hiciera lo que estimara oportuno y estuviera en su mano, para que lo sucedido a mi padre –o algo peor– no volviera a pasarle a nadie más, ya que mi padre podía haber perdido la vida.

Tres meses después, concretamente el martes 6 de febrero de 2018, recibí una comunicación del Defensor del Pueblo donde me transmitió el contenido del informe que –el 29 de diciembre de 2017– el Director del Gabinete de Presidencia de Renfe le había remitido en contestación a la queja que yo había formulado, donde se podía leer:

«En cumplimiento de la normativa sobre protección civil, dadas las características que presenta la infraestructura de la estación de Atocha, y para garantizar la adecuada evacuación de los andenes como salida alternativa, se ha decidido su apertura de uso al viajero, siempre con personal informando de su estado.»

Por tanto deduje que, si lo que venía escrito en el informe que el Director del Gabinete de Presidencia de Renfe le indicó al Defensor del Pueblo era cierto, entonces –implícitamente– la propia Renfe estaba reconociendo que, durante alrededor de 21 días en los que dichas escaleras mecánicas estuvieron cerradas con vallas, incumplió la normativa sobre protección civil.

Por otra parte, acerca de esta cuestión, Renfe omitió decirle al Defensor del Pueblo varios hechos importantes:

  • No le comunicó que las escaleras mecánicas permanecieron valladas aproximadamente tres semanas (desde el 9 de agosto de 2017 hasta finales de ese mes).
  • No le hizo saber que cuando quitó dichas vallas –permitiendo de este modo transitar por ellas a los usuarios– las escaleras mecánicas seguían estando «fuera de servicio», como así se lo había transmitido por carta a mi madre el 3 de octubre de 2017.

DICTAMEN PERICIAL SOBRE LAS ESCALERAS MECÁNICAS

Muchos meses después –en diciembre de 2019– contratamos los servicios de una arquitecta que redactó un «DICTAMEN PERICIAL» sobre las escaleras mecánicas de la Estación de Atocha Cercanías basado en varias normativas: Código Técnico de la Edificación (CTE), Normas Básicas de la Edificación (NBE), etc. Además, el informe fue visado por el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM) y en el apartado de conclusiones se podía leer, entre otras, las siguientes afirmaciones:

  • «Una ESCALERA MECÁNICA en estado FUERA DE SERVICIO (indicado por el fabricante o por los responsables de mantenimiento) NUNCA puede ser utilizada
  • «Una escalera mecánica NUNCA PUEDE SER utilizada como medio de evacuación
  • «Las escaleras donde sufre la caída el solicitante NO CUMPLEN las condiciones ni requisitos normativos de unas escaleras de uso público estáticas, que es el estado en el que se encuentran las escaleras mecánicas del andén 1 vías 1 y 2 de bajada (fotografías adjuntas), en el momento de la caída.»

Hasta finales de junio de 2018, no volvieron a funcionar todas las escaleras de la Estación de Atocha Cercanías. De modo que, teniendo en cuenta las conclusiones de dicho informe, a mi entender Renfe estuvo incumpliendo la normativa durante muchos meses y poniendo en peligro la seguridad de miles de usuarios al no impedirles transitar por escaleras mecánicas que estaban «fuera de servicio por cuestiones técnicas y de seguridad» y al haber decidido «su apertura de uso al viajero» como «salida alternativa» en caso de «evacuación».

Las fotografías que la perita adjuntó al informe sobre las escaleras mecánicas de la Estación de Atocha Cercanías donde mi padre sufrió la caída el 18 de septiembre de 2017 fueron dos de las que yo hice cuando me desplacé a Madrid dos días después y en ellas se puede ver que, a pesar del accidente de mi padre, Renfe nos seguía permitiendo a los usuarios transitar por ellas:

Escaleras mecánicas en estación de Atocha Cercanías Renfe de acceso al andén 1

[Escaleras mecánicas de acceso al andén 1 de la estación de Atocha Cercanías Renfe (Madrid)]

Escaleras mecánicas de acceso al vestíbulo de la estación de Atocha Cercanías Renfe desde el andén 1

[Escaleras mecánicas vistas desde el andén 1]

Si desde un principio –desde el 9 de agosto de 2017– Renfe no dejó las escaleras mecánicas “abiertas” paradas, entendí que fue por los motivos que en Schindler me hicieron saber:

  • «Son escaleras muy antiguas, tienen más de treinta años. No son cualquier tipo de escaleras, ya que tienen mucho tráfico de usuarios. Y después de miles de horas de funcionamiento, las escaleras se desgastan, por lo que procede realizar alguna actuación sobre ellas para ponerlas en orden, como puede ser cambiar componentes. Mientras esto no se haga, son un problema de seguridad
  • «Las escaleras mecánicas están destinadas a una función en movimiento. En cuanto a su uso manual, no es para ello, por las características de los peldaños y disposición, respecto a la altura, forma de cuchillo, etc.»

Para mí era claro que tales circunstancias fueron las razones por las que las escaleras mecánicas quedaron fuera de servicio. ¿Por qué sino iba Renfe a impedir con vallas el tránsito de miles de usuarios por todas esas escaleras?

A mi juicio, si posteriormente Renfe quitó las vallas dejando las escaleras mecánicas “abiertas” paradas, en contra de las indicaciones de Schindler (que era la empresa encargada del mantenimiento de dichas escaleras) y contraviniendo la normativa (según el informe de la perito que contratamos), consideré que Renfe fue muy negligente al poner en peligro la seguridad de miles de personas durante muchos meses y, consecuentemente, a mi modo de ver, tal irresponsabilidad fue la principal causa de la gravísima caída que mi padre sufrió en una de esas escaleras mecánicas que Renfe dejó “abiertas” paradas a sabiendas de que estaban «fuera de servicio por cuestiones técnicas y de seguridad».

INFORME MÉDICO-PERICIAL

Las secuelas que a mi padre le quedaron fueron, sobre todo, cicatrices en diferentes partes del cuerpo y limitación de movilidad en ambos hombros para el resto de su vida. Según el INFORME MÉDICO-PERICIAL que en enero de 2019 le realizó un médico perito al que contratamos, la pérdida de funcionalidad en el hombro derecho fue del 25%, y la del izquierdo del 49%.

DEMANDA CONTRA RENFE VIAJEROS

Medio año más tarde, en concreto el 29 de julio de 2019, el abogado de mi padre –a través de un procurador – presentó en los Juzgados de Sagunto (Valencia) una demanda de Responsabilidad Civil contra Renfe Viajeros S.A.

Un par de meses después, la demanda fue admitida a trámite por la Letrado/a de la Administración de Justicia titular del Juzgado de Primera Instancia Nº 2 de Sagunto.

El 11 de noviembre de 2019, Renfe respondió a la demanda negando «todos los hechos alegados de adverso» y solicitando ser absuelta.

Posteriormente, la Letrado/a de la Administración de Justicia señaló Audiencia Previa para el 28 de enero de 2020.

La demanda se presentó junto a 169 documentos y el anuncio de que antes de la Audiencia Previa se aportaría también el «DICTAMEN PERICIAL» sobre las escaleras mecánicas de la Estación de Atocha, como así se hizo.

Cuatro días antes de la Audiencia Previa, el Juzgado comunicó que dicho acto se había suspendido porque el Juez titular estaba exento de la tramitación de asuntos civiles debido a la instrucción de macrocausas y no se había nombrado a ningún Juez para sustituirlo. Por tanto, el proceso judicial quedaba paralizado indefinidamente mientras no se nombrase a un Juez sustituto.

Cuatro meses después, el 28 de mayo de 2020, decidí poner en Amazon la versión ebook de «35 ESCALONES» en preventa, para su lanzamiento el 25 de junio, donde relato en detalle cómo sucedieron todos los hechos. Al respecto, 15 días antes –el 10 de junio– un medio de comunicación de la Comunidad Valenciana (www.elperiodicodeaqui.com) se hizo eco de ello en la siguiente noticia:

Seis días antes de la fecha planificada para la publicación del libro, el Juzgado comunicó un nuevo señalamiento para la celebración de la Audiencia Previa el 6 de julio de 2020. En dicho evento la Jueza señaló el 17 de septiembre de 2020 para la celebración del juicio. No obstante, dicha fecha fue cambiada al 21 de septiembre y posteriormete al 18 de noviembre de 2020.

Muchas gracias a todos los que nos estáis ayudando a difundir lo que le sucedido a mi padre. Por mi parte, seguiré informando los hechos que vayan aconteciendo y dando a conocer más documentos, fotografías, etc., a través de este blog, en la página web “35escalones.com” y en mis redes sociales:

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