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OPOSICIÓN AL GOBIERNO DE PEDRO SÁNCHEZ
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En la sesión parlamentaria del día de hoy hemos podido ver uno de los mayores vapuleos que se le han pegado a Pablo Iglesias de la mano de la diputada de Vox, Macarena Olona. Ha sido tal el repaso, ha sido tal la humillación a la que Olona ha sometido a Pablo Iglesias, que el “vicepandemias” ya no sabía ni hacia donde mirar.

Pero el repaso épico ha llegado cuando le ha dicho que está aferrándose a su sillón en el gobierno porque fuera de ese sillón ya no le queda nada. Y esta es una realidad que no hace falta que nos cuente nadie porque es algo que se ve. Iglesias ya no es ese flautista de Hamelin al que todos seguían haciéndole la ola, porque ya no engaña a nadie.

Se ha convertido en un tipo servil y absolutamente necesitado del puesto que ocupa para que no recaiga sobre él todo el peso de la Ley puesto que ya sabemos de quien depende la Fiscalía, ¿de quién depende, eh? Pues del gobierno y de ese gobierno no le sacarán ni con agua hirviendo y mucho menos por voluntad propia, ya que hará todo lo posible por quedarse para no caer en la que se le puede venir encima desde la Justicia sin la protección de Lola, la fiscala.

Y así está Iglesias, aguantando humillaciones y renunciando a esos principios de los que antes decía no iba a renunciar nunca. Porque vive muy bien así, porque tiene muchas bocas que alimentar, mucha gente a la que hacer callar y poco, muy poca vergüenza.

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