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OPOSICIÓN AL GOBIERNO DE PEDRO SÁNCHEZ
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Creo sinceramente que algunos españoles son tan despistados (o tan poco avispados), que no retienen en la memoria los datos más importantes de lo que, ante sus ojos, ha ocurrido a lo largo del tiempo y que, por su propio interés, deberían recordar para tomar decisiones sin tropezar en la misma piedra. Viene esto a cuento, porque de nuevo estamos siendo engañados por nuestros gobernantes en la cuestión del empleo y del desempleo. Recordemos que todos los aspirantes a gobernar España, antes de tener las responsabilidades de hacerlo, prometían darnos la luna, el sol y un “jamón” “per cápita”, pero luego, las cosas no suelen siempre por el camino prometido.
Hoy quiero hacer un ejercicio de memoria para analizar, en números redondos, los índices de paro de los cinco últimos presidentes. Felipe González, que gobernó 14 años seguidos, y a pesar de sus promesas, aumentó el paro en 5 puntos pues entró cuando había un 17% y lo dejó en un 22%. Aznar pasó, en 8 años de gobierno, del 22% al 10%, es decir, lo bajó en 12 puntos. Zapatero (que quería ser supervisor de nubes) en 7 años de gobierno, aumentó el paro de 10% al 23%; es decir, en 13 puntos.
Luego vino Rajoy que, en 7 años de gobierno, bajó el paro del 23% al 15%, es decir en 8 puntos. Y ahora tenemos al cateto y embustero Sánchez que en los dos años que lleva gobernando ha aumentado el paro del 15% al 28%; es decir, en 13 puntos, igual que Zapatero. Los números que anteceden son tan suficientemente elocuentes que no es posible que pasen desapercibidos para la mayoría los españoles. Y no me valen excusas de que en esta o en otras etapas ha habido dificultades extraordinarias. Siempre las hay, de uno u otro signo. Pero sí me vale, por ejemplo, que haya 15 o 22 ministros porque además multiplican el número de direcciones generales y de asesores hasta límites inquietantes.
También me vale que se gobierne con o sin comunistas; con o sin, separatistas; con o sin antimonárquicos; con o sin proetarras. Todos ellos quieren la destrucción de España. Y el que haya más paro les vale para sus torticeros fines.