Una nación de pandereta llamada España

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Si tienes que ir a un lugar determinado debemos escoger el camino más corto, adecuado, como el verdadero. El camino lo forjamos entre todos. De la noche a la mañana vimos una primavera llena de sol, las lagunas negras que teníamos a nuestro alcance cambiaron de color. Eran más alegres y como no, tenían otro color distinto a aquel negro-grisáceo, tirando a sucio con olor a cenizas que aún permanecían en nuestros olfatos. Como digo, el tiempo cambió de la noche a la mañana. El recorrido de las estaciones del tiempo, fueron primaveras esperanzadoras, llenas de ilusiones que, conforme iba pasando esa época, renacimos a otro periodo de tiempo.

Que los médicos, y el resto de los sanitarios estemos sin EPI’s, sin ningún tipo de mascarillas, y sin saber si los test son los buenos o deficientes, no le importa al gobierno que mueran contagiados. Incluso que los niños pierdan la marcha escolar, tampoco les importa. Y…aquí no pasa nada. Si muere un familiar tuyo, tienes que echar en suerte a los chinos los que pueden ir a despedirle, eso sí, en un entierro anulado por los posibles causantes de este maremágnum de falsedades de este desgobierno de gobierno. Mientras tanto aquí seguimos con la pandereta que, aunque con sordina se van enterrando nuestros muertos. Y… aquí no pasa nada.

Las residencias de mayores les han visitado una temprana, al parecer, eutanasia adelantándose a una muerte con esta pandemia donde han sido aislados y fuera de contacto de sus familiares y amigos, muriendo en una habitación sombría y solitaria. Y… encima aquí no pasa nada.  Los hoteles cerraron para darle habitación a personas con las esperanzas llenas de dolor, sufriendo en solitario sin tener a sus seres queridos junto al lecho, donde le ha estado esperando que le llegara la muerte. Y… aquí no pasa nada. Se especula, se piensa que posiblemente algunas cenizas, no han sido certeras donándoselas a sus familiares. El mutismo es demasiado silencioso para tapar y conocer la verdad y la autenticidad de estas supuestas noticias, y…aquí no pasa nada.

Hay una cosita que nos da un escalofrío de olor a muerte de ver cómo trata este gobierno al resto de los españoles, digo de todos los españoles, sin meter a los jugadores de fútbol, donde estos, les caído el premio gordo, haciéndoles test de vez en cuando, y en contrasentido inexplicable, este simulacro de gobierno nos tiene a los mayores olvidados sin test, lo mismo que a una buena parte médica y toda su correspondiente enfermería. Y, Podría darse el caso de que muchos mayores fuesen asintomáticos, esperemos esperando con el acecho de la muerte que no se produzca y que sea verdad esa frase que dice que, la naturaleza es sabía, y no brote la pandemia que, sería lo probable. Mientras tanto aquí…no pasa nada.  No sé cuándo dejaremos que España sea una nación de pandereta, mientras tengamos a esta morralla y hordas de fulanos, y de menganos, esta nación de pandereta seguiremos lo mismo.

Al día de hoy llevamos contabilizados 37.258 fallecidos de Covid-19. No es posible remontar las primaveras esperanzadoras. Seguiremos con el color negro-grisáceo y olor a cenizas, estas se fueron por otros caminos, nos quedamos anclados en el suelo y no buscamos esas primaveras. Este es el consuelo de los cobardes que aún pisamos, mejor dicho, arrastrando nuestros pies por los suelos como si fúmesenos zombis.

Aquí hay gato encerrado, algo no está claro, hay que desconfiar de tantos fulanos y menganos.