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En el día de ayer, la Comisión Europea ha propuesto la creación de un gran fondo de ayudas para los países afectados por la Pandemia, por la cuantía de ayudas más importante de la historia, alcanzando una cifra de 750 mil millones de euros, de los cuales, un 20 % de los mismos, corresponderían a los préstamos que puede percibir España, con una cifra cercana a los 140 mil millones de euros, que serían divididas en 77 mil millones de euros en transferencias directas, mientras que en el capítulo de créditos a devolver, España percibiría una cifra algo superior a los 63 mil millones de euros, entrando en vigor el próximo Enero de 2021.
En este sentido y según ha comentado a El Diestro uno de los especialistas financieros del grupo parlamentario popular en el Congreso, Miguel Angel Paniagua, en el capítulo de transferencias, que deben ser ratificados por todos los países miembros por unanimidad, razón por la que el plan no está cerrado.
Estas transferencias, se harán en base a las propuestas que hace para cada país la UE, que, en el caso de España, se recomienda que se utilice en una mayor inversión en el sector joven de la población, protección a las familias, desvincular las jubilaciones del IPC, dirigir la inversión hacia la transformación digital o verde, profundizar en la reforma laboral sin revertirla y realizar un pacto educativo, en materia escolar, además de que existe una parte pequeña que podría ascender a 9400 millones de euros destinada a la mejora de las infraestructuras sanitarias.
Las transferencias, deben de ser aprobadas por algo más de la mitad de los países de la UE, pero siempre que representen una cifra del 65% de la población, aunque su cuantía puede verse modificada en la reunión de presidentes que tendrá lugar próximamente, suponen una cifra cercana la 7% del PIB español.
Respecto a la otra parte de los fondos, que corresponderían a créditos a devolver en un tiempo determinado, que supondrían unos 63 mil millones, estarían sectorializados desde la UE, puesto que las cantidades, deben tener asignaciones concretas, con unos tipos de interés inferior al tipo medio de nuestra deuda, que podrían oscilar entre el 0.15 al 0.25% de interés de la cifra asignada.
Para la asignación de estos fondos, uno de los elementos importantes que debe tener todo estado que perciba estas ayudas, es la cuantificación de un presupuesto del estado aprobado, para quedar patente la deuda que se tiene en el momento de que estas ayudas entren en vigor. En el caso español, es imprescindible que, en el mes de julio, el gobierno presente en la comisión la senda de gasto prevista para el próximo ejercicio, aunque se en el caso de nuestro país, se está trabajando con unos presupuestos prorrogados en los dos últimos ejercicios y siendo prácticamente imposible que se presenten unos presupuestos correspondientes al ejercicio de 2020, además de que resultaría complicado la aprobación de unos presupuestos para el ejercicio de 2021, teniendo en cuenta los escasos apoyos que tiene el gobierno en el parlamento.
Según nos expresa Miguel Angel Paniagua, el capítulo más importante que puede influir en la asignación de fondos, puede estar centrado en la confianza de los países hacia el presidente del gobierno, Pedro Sánchez, quien, en los últimos tiempos, ha tenido varios incidentes con la comisión debido a los desajustes en las cuentas presentadas, por haber hecho algunas “trampas” en materia económica, por las que ha tenido un toque de atención. Junto a esto, en la comisión, se tiene una importante desconfianza hacia la capacidad del gobierno de España a la hora de gestionar estos fondos, dado lo sucedido en tiempos de José Luis Rodríguez Zapatero, junto con el hecho de que algunos de los socios del ejecutivo, en este caso Podemos, causan más bien preocupación, razón por la que no sería de extrañar que la actuación de la UE se pareciera a la llevada a cabo en su día con Grecia.
Finalmente, cabe decir que esos ojos puestos por el gobierno en las ayudas provenientes de Europa para salvar a España de las consecuencias de la Pandemia, pueden resultar un fracaso si como hasta ahora, el ejecutivo de Pedro Sánchez, pretende llevar a cabo políticas económicas con gran componente ideológico y apartadas de la senda normal que tienen los países de la UE en la economía, lo que hace que los socios del norte y centro de Europa, se muestren reticentes a prestar ayudas a España, sin condiciones y garantías de que su política, no va a suponer un parche en el elevado nivel de la deuda pública española, lo que sin duda, dará lugar a reformas y recortes, que quizás algunos de los partidos que son socios del gobierno, no estén dispuestos a llevar a cabo.