ÚNETE A LA QUERELLA CONTRA PEDRO SÁNCHEZ Y TODO SU GOBIERNO

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“.. Con la fama y grandeza de esta victoria rindió todos los demás pueblos, que habían tomado las armas contra él, a unos por medio de ellas y a otros por el de muy ventajosas alianzas… Con tan admirables cualidades y con tan prodigiosa disciplina mantuvo gloriosamente la grandeza y elevación de su fortuna, sin dejarse llevar del orgullo, ni de la libertad a que los más Príncipes se rinden, siendo de ordinario por quienes se gobiernan, y con quienes se aconsejan. No se diferenciaba de los demás hombres en los adornos exteriores, por ser de opinión, que los Príncipes debían exceder mas a los súbditos en la virtud, que no en la gala y pompa de los vestidos. Era airoso y gallardo, cortés y familiar…”

Quinto Curcio Rufo. Escritor e historiador romano que vivió presumiblemente bajo el reinado del emperador Claudio, en el siglo I.

Hace hoy 81 años, el generalísimo Franco, proclamaba la victoria de España sobre el Comunismo en un breve texto que dice literalmente lo siguiente: “En el día de hoy, cautivo y desarmado el Ejército Rojo, han alcanzado las tropas nacionales sus últimos objetivos militares. La guerra ha terminado”. El Generalísimo Franco. Burgos 1º abril 1939.

La última frase, daba fin a una devastadora guerra que a día de hoy sigue teniendo consecuencias políticas.

Fue el único parte firmado por Franco, quien, para dar con la redacción final, hubo de revisarla minuciosamente haciendo varias correcciones al texto inicial. El texto definitivo fue llevado por su asistente personal desde Palacio de la Isla, donde había sido escrito y se encontraba la jefatura del gobierno, hasta el Paseo burgalés del Espolón, sede de Radio Nacional de España, en el cercano Paseo del Espolón. El encargado de leer en directo fue Fernando Fernández de Córdoba, actor que hacía de locutor y habitualmente comunicaba a la población el estado de las operaciones militares con un programa radiofónico llamado “Parte de Guerra”, lo que popularmente se llamaba “dar el parte”. El parte fue leído a las 22:30 horas del 1 de abril de 1939.

Desde ese día, el 1 de abril se celebró en España como fiesta oficial.

Era el IV año triunfal de una guerra que parecía interminable, el año de la Victoria.

Esa guerra que parecía haber tenido el fin ese lejano día del año 1939, en realidad no había terminado y a día de hoy, después de morir en General Victorioso, se ha reavivado con una crudeza y un revanchismo de la ideología perdedora, reacia a admitir que la guerra había terminado y que el comunismo internacional la había perdido.

Hoy es 1 de abril de 2020 y España lejos de disfrutar de la paz que trajo esa victoria, se encuentra de nuevo en guerra. Se encuentra en una guerra contra el COVID-19, que al igual que hizo el comunismo, mata españoles. En guerra contra un gobierno que intenta implantar de nuevo el marxismo-leninismo y ha profanado la tumba de quién les derrotó, para tener una victoria que llevarse a la boca, aunque esta sea sobre un cadáver enterrado hace 45 años. España sigue en guerra contra el stalinismo, pero esta vez mutado como un vulgar coronavirus, en Unidas Podemos. España ha de iniciar una guerra de liberación contra los intentos de los nuevos bolcheviques de colectivizar las empresas, los ahorros, los medios de producción y llevarnos a una ruina social, económica y moral, tan grande como la que dio lugar al que los españoles se alzarán contra un gobierno ilegitimo nacido de un pucherazo electoral el 18 de julio de 1936, I año triunfal.

Aquella victoria del 1 de abril de 1939 contra la revolución comunista, ha servido para que los españoles tuvieran conciencia de que podían ganar todas las guerras que posteriormente se iniciaron contra España por los poderes ocultos. Según Pio Moa: “… Después del 1 de  abril, España gano la guerra del aislamiento internacional, vencido también política y diplomáticamente, y pese al cual el país avanzó, y casi sin ayuda alguna exterior, al revés que la Europa occidental), los persistentes odios y rencores de la república y la guerra (que se fueron disolviendo hasta casi desaparecer), la pobreza heredada y fomentada por el conflicto mundial y el aislamiento (hasta lograr España, en su historia de varios siglos, la mayor prosperidad y más rápido acercamiento a los niveles de renta de la CEE)…”.

La victoria palideció con la muerte de Franco. Las cinco rosas de la primavera victoriosa se marchitaron. El régimen del 18 de julio se suicidó y los funcionarios de ese régimen traicionaron a los combatientes victoriosos, arriando las banderas de la guerra y de la paz. Los jerarcas del Régimen, olvidaron que los españoles se habían alzado y ganado la guerra, no sólo contra el comunismo, sino contra la partidocracia democrática, contra el separatismo disgregador y contra la ruina moral y económica de la España de 1936. Los tecnócratas del Régimen, depreciando a los españoles caídos en la guerra con ansía de revolución, volvieron a abrazar a los mismos fantasmas que quisieron destruir España.

Nos trajeron un régimen democrático y una transición que no buscaba el bien de España, sino homologarse con una Europa antiespañola y el fruto de esa homologación, ha sido una transición ideológicamente y moralmente nefasta, cuyo único éxito se debe a la riqueza económica y política heredada del régimen de Franco, una Constitución contradictoria que sirve hasta para los enemigos de España y una monarquía títere del poder político.

El franquismo solucionó los mayores problemas arrastrados por el país durante el siglo XX, que han sido reavivados, por los más nefastos políticos que ha visto la Historia de España, llamados Zapatero, Rajoy y Sánchez, que han hecho el régimen del 78 inviable como solución permanente. 

Ahora nos toca iniciar un nuevo alzamiento contra los enemigos de España y de los españoles, extirpar de las entrañas de la sociedad españolas y las ideas que el progresismo comunista ha implantado con la complicidad de una derecha cobarde y compadre del comunismo, al cual jaleo, alzó, financió y presentó en sociedad con el objetivo de crear una alternativa de izquierdas al PSOE y dividir a sus votantes y a resultas de esta nefasta maniobra política, se han unido comunistas y socialistas como lo llevan haciendo desde 1931, fecha del advenimiento de la nefasta II República que ahora quieren reeditar Pedro Sánchez y Pablo Iglesias.

Esperemos que en otro 1º de abril, vuelva a reír la primavera.