Parece que en España solo tiene derecho a manifestarse la extrema izquierda y los separatistas. Todos los demás, trabajadores que reclaman sus derechos, sobre todo si estos trabajadores son policías, no tienen derecho alguno. Sobre todo si quien gobierna es la extrema izquierda porque ya se sabe, cuando ellos gobiernan desaparecen todos los problemas en España: los niños ya no pasan hambre, ya no se desahucian a las personas de sus casas y la gente se siente identificada y protegida por la casta.

Tras la manifestación de Policía Nacional y Guardia Civil de esta semana a las puertas del Congreso parece como si el mundo se hubiera vuelto del revés. No hubo altercados, no hubo escaparates rotos, no hubo violencia, no hubo hogueras ni contenedores quemados en las calles pero, los que están acostumbrados a hacer todas esas proezas cuando se manifiestan, se han dedicado a criticar a la Policía por manifestarse.

Y uno de los que lo ha hecho ha charnego Gabriel Rufián. Rufián, demostrando que los que están ahora en el gobierno están a su merced, hace de abogado defensor y se pone de su parte, a pesar de que quienes estaban en la calle estaban reclamando por unos derechos que merecen y que, además, los partidos que están ahora en el gobierno se habían comprometido con ellos a ser atendidos.

Pero son policías y la Policía debe ser la antítesis de Gabriel Rufián, aunque bien que tira de ella cuando se siente increpado por ancianos a las puertas del Congreso. Y, cómo no, tenían que recibir la crítica de Rufián, es separatista y de extrema izquierda, no se puede poner de su parte aunque reclamen unos derechos laborales justos.

Y lo ha hecho como mejor sabe hacerlo, de una forma vomitiva e injusta, pero es que, además, ha mentido ya que sus colegas de gobierno ya han “rodeado el Congreso” en infinidad de ocasiones. Es evidente que Rufián no tiene solución.

Aquí la Policía no le parecía tan mal. El patético Gabriel Rufián graba a este anciano y se esconde detrás de la Policía. Así es él.