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Se dice, porque es cierto, que es más difícil no acertar ningún resultado en una quiniela que acertar los catorce resultados. Esa , que es una gran verdad, pasa en casi todas las circunstancias de la vida. Por muy mal que se quieran hacer las cosas es imposible hacerlas todas mal, a no ser que se hagan a propósito.

Pues bien, así es la gestión del gobierno con la gestión del coronavirus: mala, rematadamente mala de principio a fin. Y es que es mala sin excepción, sin un solo asunto en el que hayan gestionado esto con un mínimo de cabeza o de racionalidad y eso a nosotros nos parece que es como fallar todos los resultados de una quiniela, prácticamente imposible, no se puede hacer absolutamente todo tan mal.

Pero cuando vemos la gestión realizada con los test del coronavirus, ya nos tiramos de los pelos, no es normal. Y nos da la sensación de que no es algo fortuito, que es real. Porque pasa una cosa, en España se estará muriendo más gente que la afectada por coronavirus y esa no va a salir en las estadísticas. Esa gente no ocupará un lugar en la lista de los fallecidos porque serán muertes consideradas normales.

Como muchos ustedes sabrán, porque todos tenemos ya a estas alturas a una persona más o menos cercana que le esté pasando, hay mucha gente que incluso ha permanecido en sus casas mostrando claros síntomas de la enfermedad, de esas personas alguna ha fallecido. Ni ha ocupado un lugar en la lista de los contagiados ni en la lista de los fallecidos, sencillamente pasará a engrosar la lista de las muertes, digamos, normales.

Por tanto, ¿error al traer los test de coronavirus? Pues va pareciendo que de error nada, simplemente ganar tiempo para que las estadísticas no sean aún peores.