No nos cansaremos de denunciar, porque es lo que merece toda esa gentuza, a todo el mundo que antes de las manifestaciones del 8 de marzo comparaban al coronavirus con una gripe normal y, además, se reían e insultaban a quienes creíamos que todo sería mucho más grave que eso.
Sus intereses con esa manifestación quedaron en evidencia y ahora, como no pueden tener menos vergüenza, nos vienen diciendo que cómo se iba a saber todo esto cuando todos sabemos que su interés se debía a la única y exclusiva misión que tienen: ser voceros del gobierno.
Pero como es más que evidente que su desvergüenza es infinita ahora se ponen en el otro extremo porque es lo que toca para hacer exactamente lo mismo que hacían cuando lo negaban todo: volver a ponerse al servicio del gobierno, ser sus voceros.
Pero el extremo al que ha llegado Julia Otero ya no es normal. En Julia Otero sí, pero en el resto de los mortales no es ni medio normal. Ahora no solo generaliza y dice que nos equivocamos todos no fijándonos en lo que pasaba en Italia, sino que se permite el lujo y la desfachatez de dar lecciones a Francia.
Que no generalice tanto la Otero que quien no hizo ni puñetero caso a las advertencias fue ella y toda su camarilla, pero, por otro lado, que no tenga la desvergüenza y la caradura de dar consejos a nadie porque esto ya es lo que nos faltaba por ver.
Paris, esta mañana. Nosotros no aprendimos de los italianos. Los franceses, tampoco. https://t.co/wvZLOIl6p1
— Julia Otero (@julia_otero) March 15, 2020