En la actualidad los bancos tienen una fuerte presencia en nuestras vidas, y en la sociedad de forma general. Si quieres saber más de la historia de este tipo de entidades, no te pierdas la información que encontrarás a continuación.
Su origen más remoto está en la seguridad de nuestros bienes
Queda claro que disponer de bienes nos lleva a preocuparnos por la seguridad de estos. Así pues, tenemos que remontarnos a los egipcios, que ya contaban en su día con figuras parecidas a casas del tesoro. Las propias pirámides se podían considerar incluso las primeras cajas fuertes de la Historia. Pero en realidad, los babilonios fueron los primeros que dejaron sus depósitos en manos de otros para su protección, y llegaron a pagar una parte de sus tesoros por este tipo de servicios.
Ya establecía el Código de Hammurabi que “cuando un hombre diera a otro plata, oro o cualquier otra cosa para guardar, deberá mostrárselo a un testigo y establecer el contrato antes de realizar el depósito”. Además, el código incluía también límites a los tipos de interés, y las consecuencias que llevaban los impagos.
Algunas personas piensan que el primer banco del mundo es el templo del Dios Sol, que fue un templo babilonio. Por otro lado, los griegos tenían templos que suponían además depósitos seguros. Con el paso del tiempo, además, empezaron a cobrar por este tipo de servicios.
Cómo surgen los bancos modernos
En estos tiempos, los bancos ofrecen servicios que casi nada tienen que ver con los que desarrollaban en sus inicios. La competencia que les hacen otro tipo de entidades, con servicios como los minicréditos de Moneyman, pueden tener mucho que ver en ello.
Pues bien, el origen de la banca moderna lo encontramos en las cruzadas. Cuando tuvo lugar la toma de Jerusalén, en el año 1099, los peregrinos cristianos viajaron por Europa antes de llegar a Tierra Santa. Estos no podían llevarse consigo sus bienes, porque no era seguro, así que los templarios propusieron que los peregrinos realizaran un depósito en la iglesia templaria de Londres y retirarlo en la de Jerusalén.
De forma que los templarios actuaron como agentes inmobiliarios encargados de administrar los depósitos de los clientes, y operaron como intermediarios entre los compradores y los vendedores. Por otro lado, después de las cruzadas comenzó la actividad de los bancos en Italia, destacando las casas de préstamos ligadas a familias importantes. Estos llegaron a financiar a gobiernos e incluso a reyes.
Dónde comienza la compra de deuda
Fue a mediados del siglo XVI, en la feria de Lyon en Francia, cuando un mercader italiano comenzó a comprar y vender deuda, entregando a otros mercaderes piezas de papel firmadas. Así, cualquier mercader que se dirigía a este agente pedía una letra de cambio, registro escrito de su balance de crédito. El valor de este documento se expresaba en una moneda privada: el ecu de marc.
Esta era una divisa reconocida por una red internacional de banqueros, de forma que el comerciante podía viajar y conseguir moneda local, acudiendo al banco y cambiando su letra de cambio por la moneda. Esta cantidad se cargaba en su cuenta, y con este método, el mercader tenía la opción de cambiar divisas y trasladar su solvencia.