Decía un periodista muy recientemente, uno de los muy pocos que buscan la verdad dentro de los que aún menos, nos han quedado una vez declarado el estado de alarma “Si solo un mes el gobierno condonase los impuestos a las PYMES y Autónomos en España, se sorprenderían de lo muy productivas y rentables que son sus empresas y del estado de estrangulamiento al que el gobierno de forma habitual, las tiene sometidas” más o menos. La suscribo, en su totalidad.
En las encuestas recientes que se hicieron para las próximas elecciones vascas, hoy suspendidas, el Partido Nacionalista Vasco, totalmente hegemónico en la comunidad, aumentaba el número de parlamentarios. Los analistas políticos, cada uno en su papel, nos hacían llegar “Es que los partidos constitucionalistas, españoles, no saben llegar a los votantes vascos, se pelean entre ellos” y otros comentarios más, del todo peregrinos pero nada cercano a la verdadera razón.
Nadie comenta el reparto de papeles que se da en España a la hora de redistribuir la riqueza. Ninguno habla, de que el estado en general, es el malo de la película a la hora de recaudar impuestos y que las autonomías, ayuntamientos y demás organismos públicos, los buenos, se limitan a repartirse la recaudación. La Comunidad de Madrid, con su desmarque de esa filosofía, está provocando recelos.
Teniendo en cuenta la demostrada capacidad de nuestros políticos de repartir la recaudación en función de los intereses suyos y los del partido, tenemos la actual situación que permite el control total de la sociedad por los partidos, especialmente en las autonomías nacionalistas y con regímenes especiales a la hora de distribuir el dinero que se le ha quitados a otras.
Las autonomías que están marcando las líneas económicas y políticas de España, cada vez tienen más intervenida la economía, producen menos riqueza y en las que el dinero a redistribuir solo se gasta en eliminar la actividad industrial y en adoctrinar. En general, en pagar por no producir y tener el voto cautivo. Tenemos ayuntamiento con absoluta carencia de actividad comercial e industrial que imitan a las autonomías, conscientes sus gobernantes de que el dinero llegara vía presupuestos del Estado. Solo la capacidad de emprendimiento más que demostrada de un cada vez más pequeño sector de nuestra sociedad, hacen posible que este país, todavía, tenga ciertos tintes de economía liberal.
Que el coste del estado español es insostenible lo sabe todo iniciado en lo más básico de la economía. Llevamos de años, que ni se sabe, primero exprimiendo a las empresas de medianas hacia abajo y cuando esto no ha sido suficiente, deuda pública, a día de hoy, ya casi impagable. En esos mismos años, se han creado infinidad de organismos públicos del todo innecesarios, no se ha dejado de subvencionar para destruir los cimientos de nuestra sociedad, no se ha dejado de legislar contra el que crea riqueza y a favor del que no la quiere producir y ni siquiera colaborar. La llegada del virus que ha provocado el estado de alarma, dejará caer muchas caretas, muchos tópicos y muchos mantras y quizás los responsables, quizás, tomen conciencia de la realidad.
TODAS LAS REDES SOCIALES DONDE PUEDES ENCONTRANOS, HAY QUE ESQUIVAR LA CENSURA